Tolar Grande, un pueblo que resurgió con todo su esplendor en medio de la Puna

La llegada de los servicios, el pleno empleo y la repoblación fueron los ejes de un plan destinado al resurgimiento de un pueblo en medio de la Puna. El turismo adquirió niveles y variantes en la oferta

La llegada de los servicios, el pleno empleo y la repoblación fueron los ejes de un plan destinado al resurgimiento de un pueblo en medio de la Puna. El turismo adquirió niveles y variantes en la oferta

Corría el año 2006 y Tolar Grande era una simple comisión municipal con poco más de una docena de habitantes.
El cierre de la pujante mina La Casualidad en la década del 70, que daba trabajo a gran parte de sus habitantes, y del ferrocarril en los noventa, hizo que la mayoría de sus pobladores abandonaran paulatinamente el pueblo en busca de oportunidades laborales.

En 2006 se puso nuevamente en vigencia la Ley 1340 y se le otorgó la categoría de municipio, que logró en 1951 pero que perdió vigencia en la práctica ante el abandono incesante de sus pobladores.

En 2007 fue electo el primer intendente de la localidad luego de décadas sin contar con una autoridad local: Sergio Villanueva. Desde entonces el municipio no paró de crecer.

De una docena de personas, Tolar Grande pasó a tener actualmente más de 400 habitantes. La gente no solo dejó de emigrar, sino que hoy son numerosos los que están volviendo, atraídos por el pleno empleo que posee el municipio.

“Cuando llegamos vivían solo 14 personas. Todos se fueron por el cierre del ferrocarril y de La Casualidad. Era un pueblo deprimido, el último antes de la frontera con Chile. Hoy residen 400 habitantes. Tenemos desempleo cero, la gente tienen trabajo en el municipio, en empresas presentes en la zona y en emprendimientos particulares”, contó a El Tribuno el intendente de Tolar, Sergio Villanueva.

La planificación estratégica desplegada logró grandes resultados con el paso de los años. “Nuestro plan de trabajo se basó en tres ejes: el repoblamiento, el mejoramiento de los servicios y la infraestructura, y el desarrollo económico local”, destacó Villanueva.

Entre los logros se destaca el acceso a los servicios de cloacas, agua y energía eléctrica, la construcción de viviendas, del colegio secundario y del acueducto local, así como la planta de tratamiento de residuos, con clasificación de basura y relleno sanitario. También se incluyó el servicio de transporte público, con una frecuencia semanal desde Salta a Tolar.

“Antes teníamos solo cuatro horas al día de luz, hoy son 24. Trabajamos con una mesa intersectorial en la que todos dan su opinión”, señaló Villanueva.

La minería también delinea un futuro promisorio, pero siempre bajo el cuidado de los recursos naturales desde la minería.

“Se vienen muchos proyectos metalíferos y de litio, pero siempre con el objetivo de cuidar nuestro medio ambiente y que la actividad minera se desarrolle incluyendo a nuestra gente local. Son seis proyectos que se van a desarrollar en la zona. Lindero, que es de oro, comenzará próximamente a construir el campamento”, adelantó Villanueva.

El turismo

Uno de los programas de trabajo fue el desarrollo del turismo como fuente genuina de empleo. Sin ir más lejos, se construyó la hostería municipal, las caminerías a los principales atractivos de la zona, como los ojos de mar, además de la conformación de circuitos cortos y largos, siempre bajo el turismo sustentable.

“Desarrollamos junto a la comunidad coya local para el desarrollo de un turismo que cuida la naturaleza y las tradiciones autóctonas”, señaló el jefe comunal.

Es así que hoy el pueblo es visitado principalmente por alemanes, franceses, italianos y españoles durante todo el año. Los salteños y los argentinos lo hacen sobre todo en la fiesta de la Pachamama.

El pueblo es, además, una meca para los amantes del montañismo y de la naturaleza. El solo hecho de recorrer los 360 kilómetros que separan Tolar de Salta capital ya es una aventura. El pueblo está perdido en el imponente paisaje de Los Andes.

Sustentabilidad
Tolar es el pueblo salteño donde más desarrollado está el turismo rural comunitario, que preserva la cultura y costumbres de los pueblos originarios.

Las decenas de familias que integran la red local Likan acogen a los visitantes en sus casas y les permiten participar de la cosecha, el pastoreo o la preparación de comidas. Las familias se dividen los servicios de alojamiento, gastronomía y artesanías, y fueron capacitadas en higiene, bromatología y atención al turista.

“La iniciativa es exitosa, con arribo de turistas franceses, italianos y argentinos que se quedan, en promedio, tres días”, señaló por su parte a El Tribuno Hugo Peyret, director de Cultura y Turismo de Tolar Grande.

Así, los turistas participan de los procesos de elaboración de artesanías en piedra ónix y tejidos. También se realizan visitas al Cono de Arita, una formación volcánica que se encuentra en el Salar de Arizaro, el más grande de Argentina; a los ojos de mar, espejos de agua salada donde se descubrieron estromatolitos vivos (formaciones bacterianas) y al cerro Macón, que provee de agua de vertiente al pueblo.

Tolar Grande se encuentra ubicada a 3.520 msnm. El pueblo se fundó en torno a la Estación del Ferrocarril Belgrano, cuando la actividad minera estaba en pleno desarrollo. En torno a Tolar Grande hay sitios únicos de interés natural, geológico, cultural y arqueológico.

La múltiple oferta de paisajes

Sus atractivos son únicos, como el Salar de Arizaro, el tercero más grande del mundo, el Cono de Arita, un monumento piramidal de 200 metros de altura rodeado de salares; El Arenal, una formación con bolsones de arena rodeada de cerros, en el que se encuentra también la Cueva del Oso, que atraviesa una de ellas.

Habitada por estromatolitos, una de las primeras formas de vida en la Tierra, el azul de las lagunas conocidas como “Ojo de mar” sorprende en medio de un salar.

Montañas y bancos de sal, formaciones calcáreas y los volcanes que rodean la zona, como Incahuasi, Guanaquero, Arizaro, Socompa y Llullaillaco completan un paisaje único.

El Túnel del Hombre Muerto cruza un pequeño cerro y está compuesto por cuatro burbujas o bóvedas y un puente en el centro, tachonados de estalactitas y columnas salinas.

Fuente: El Tribuno