Trabajo infantil, un flagelo naturalizado al que Santa Fe da batalla

En la provincia esta problemática se encuentra principalmente en el empleo agrícola y doméstico. Para el gobierno provincial, su prevención y erradicación es un objetivo prioritario.

En la provincia esta problemática se encuentra principalmente en el empleo agrícola y doméstico. Para el gobierno provincial, su prevención y erradicación es un objetivo prioritario. Hoy las estrategias del Estado implementadas para este fin aumentaron su demanda.

El trabajo infantil en Argentina está prohibido por ley, sin embargo uno de cada 10 chicos, de entre 5 y 15 años, es víctima de esta problemática que vulnera todos sus derechos. Cuando los niños deberían estar estudiando y jugando, muchos están siendo explotados. El 12 de junio se celebró el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil y la fecha puso nuevamente en agenda una realidad difícil de visibilizar y que necesita un trabajo activo de diferentes instituciones de la sociedad para su erradicación.

Según la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (Eanna) 2017 –elaborada por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación junto con la OIT y Unicef– la Región Centro, donde se incluye a Santa Fe junto a parte de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y La Pampa, lidera el ranking de la mayor cantidad de casos de trabajo infantil con 195.406 casos; seguida por Gran Buenos Aires, con 188.612.

En Santa Fe, el último estudio sobre la problemática realizado por el gobierno provincial es de 2011 y todavía los datos del año pasado relevados en la región por Nación no fueron difundidos. Sin cifras específicas, el trabajo infantil en la provincia es una problemática real a la que el gobierno local busca erradicar implementando en los últimos años estrategias y políticas concretas reconocidas a nivel internacional y únicas en su tipo en el país.

La realidad del trabajo infantil en Santa Fe
En la provincia el principal tipo de trabajo infantil que existe es el agrario, vinculado a la explotación intensiva. El segundo es el empleo doméstico. Las causas facilitadoras de esta problemática son la pobreza, la desigualdad y la naturalización de estas prácticas de vulneración de derechos a partir de culturas dominantes y ancestrales.

«Así se aprende a trabajar», «así se madura», son frases que todavía se escuchan cuando un chico es obligado a realizar trabajos remunerados o no. «Muchas veces está naturalizado que los niños y niñas desarrollen tareas laborales acompañando a sus padres. Por eso también resulta difícil detectar el trabajo infantil, porque no se reconoce como un problema en muchos casos. La raíz de todo esto también está en la pobreza y las necesidades», explicó Pablo Ronchi, director provincial de Trabajo Decente.

El funcionario señaló que los sectores que más se identifican con esta situación son aquellos con salarios a «destajo» (por cantidad), «fundamentalmente en las cosechas y siembras». «Cuando el ingreso de la familia depende de la cantidad de la cosecha, obviamente mientras más integrantes participen de la tarea mayor puede ser el rendimiento», dijo.

«También, a través de la información cruzada con el Ministerio de Educación, sabemos que hay niños y niñas que dejan de ir a la escuela para quedarse a cuidar a sus hermanitos más pequeños en sus casas y esa es una tarea intensiva de trabajo», agregó Ronchi.

Asimismo reconoció que en la zona urbana es común que «los niños y niñas estén en los semáforos haciendo malabares, pidiendo ayuda, vendiendo flores, recolectando basura», pero reveló que estas situaciones «en general también están vinculadas con alguna estructura familiar que organiza».

En este sentido aclaró que al trabajo infantil hay que analizarlo según el contexto y «no es lo mismo una tarea que se desarrolla dentro de la familia, donde incluso la legislación es un poco más permisiva en estos casos, que cuando realizan tareas para un tercero en una explotación comercial». En el primero de los casos destacó que desde la cartera de Trabajo existe un protocolo de acción conjunta con la Subsecretaría de Derechos de Niñez, Adolescencia y Familia, para el abordaje de estas «situaciones más complejas». «Pero también nosotros trabajamos en visibilizar que eso no corresponde y que los niños a esa edad tienen que estar jugando, en la escuela, divirtiéndose, aprendiendo, y teniendo una niñez plena», sentenció.

Santa Fe entre las cinco mejores
En 2011 la provincia inició el programa «El trabajo no es cosa de chicos» y se instaló el primer Centro de Cuidado Infantil (CCI) en la ciudad de Coronda, donde se detectó en ese momento que muchos hijos de peones faltaban a la escuela en época de cosecha de frutilla, la principal actividad económica de la zona.

Los CCI en Santa Fe ya suman alrededor de 35, funcionan en 25 localidades a lo largo de la provincia y brindan atención integral a más de dos mil niños y niñas de 0 a 4 años y niños escolarizados con trayectorias escolares discontinuas.

Esta experiencia fue seleccionada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como una de las cinco mejores de América latina y el Caribe en materia de prevención y erradicación del trabajo infantil y que hoy continúa en fortalecimiento y expansión.

Los centros son lugares seguros donde los padres dejan a sus hijos más pequeños durante sus jornadas de trabajo y los más grandes pueden cumplir con la escolaridad. «A través de los programas que llevamos adelante buscamos que los más pequeños puedan tener un lugar de cuidado, de atención de la primera infancia, con estimulación temprana, con alimentación saludable, con estrategias pedagógicas adecuadas a la edad», señaló Ronchi.

Mayor demanda de asistencia
«Este año hemos recibido muchos pedidos para renovar y abrir convenios. Estamos creciendo en números de CCI», confirmó Ronchi. Reconoció entonces: «Esto se debe a que por una parte la problemática es más visible y ese es un trabajo importante que hemos hecho desde la provincia y por eso también hay que darle cobertura; y por otra que hay más necesidades de las familias más humildes por una situación económica que empeoró, donde se han perdido muchas fuentes de trabajo genuinas, y esto impacta en un aumento de la problemática indudablemente».

Uno de los próximos Centros de Cuidado Infantil a inaugurarse se proyecta en la ciudad capital. «En Santa Fe trabajamos en un proyecto de prevención del trabajo infantil urbano, fundamentalmente para niños que acompañan a sus padres que hacen tareas de recolección de residuos, cartoneo, cirujeo. La idea es sacar a los chicos de esos espacios, donde están expuestos a muchos riesgos», adelantó el funcionario.

Los CCI responden a diferentes contextos y contienen a hijos de trabajadores que realizan tanto tareas rurales en la producción y cosecha de frutas, verduras y hortalizas, en la actividad pesquera y la producción tambera; como trabajos urbanos en la construcción, recolección informal de residuos y casas particulares. Por esa razón el número de centros varía dependiendo de la época del año, ya que su apertura en algunas zonas está directamente ligada a los meses de producción intensiva.

Resultados
Los resultados de esta política son positivos en materia de conciencia social, educación y desarrollo de los niños y niñas. «Lo que vienen reconociendo desde hace un tiempo las comunas y Educación es que se evidencia una mejora en la adaptabilidad escolar, la predisposición al aprendizaje y sociabilización en niños y niñas que han pasado por los CCI», detalló el funcionario de la cartera de Trabajo. «Además hemos logrado mayor conciencia respecto de que el trabajo no es cosa de chicos», celebró.

Destacó también la importancia de la presencia de estas instituciones del Estado, que proponen discutir y visibilizar una realidad específica, en «territorios que muchas veces son lejanos», hacia el interior de la provincia.

Objetivo prioritario
Hace 10 años la provincia asumió la responsabilidad de hacer frente a esta problemática y creó la Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (Copreti), vigente a la actualidad. Un órgano de diálogo social conformado por representantes estatales, empresariales, sindicales y de la sociedad civil, en el que sus participantes aportan al desarrollo de las políticas de Estado

Hoy este compromiso se renueva en la Agenda de Trabajo Decente 2017-2020 y hasta está contemplado en el proyecto de Reforma Constitucional que el propio gobernador Miguel Lifschitz envió a la Legislatura. El mismo prevé modificar la redacción del artículo 20 que especifica lo que se admite como trabajo en la provincia, haciendo una referencia explícita a la prohibición del trabajo infantil. «Este es un avance importante, porque le da una jerarquía constitucional a un derecho que nosotros estamos impulsando como política pública. Permitiría que a partir de ahí se puedan establecer normativas que nos den más herramientas para trabajar sobre esta problemática», aseguró Ronchi al respecto.

A juicio por explotación laboral
Desde la incorporación del trabajo infantil en el Código Penal, el gobierno de Santa Fe realizó nueve denuncias penales. Una de estas, realizada en 2016, fue elevada a juicio y es la primera vez en que la Justicia ha imputado a los responsables de la explotación laboral a menores de edad.

Un operativo sorpresa del Ministerio de Trabajo detectó este tipo de irregularidades en un campo de arándanos en Santa Teresa, en el extremo sur de la provincia. Varios menores de entre 12 y 16 años trabajaban en condiciones precarias en el cultivo. A los acusados, un matrimonio que explota la plantación, se les atribuye el delito de aprovechamiento ilícito de trabajo infantil, en calidad de coautores.

Fuente: Uno