Educación a distancia en el campo: costos de conexión a internet y otras dificultades

El encargado de una empresa proveedora del servicio da detalles sobre la conectividad en espacios alejados de la ciudad. Por otra parte, un concejal presentó en Bahía un proyecto para pedir la liberación de datos para plataformas educativas.

El encargado de una empresa proveedora del servicio da detalles sobre la conectividad en espacios alejados de la ciudad. Por otra parte, un concejal presentó en Bahía un proyecto para pedir la liberación de datos para plataformas educativas.

Días atrás La Nueva. publicó una nota sobre un estudiante universitario que pasa la cuarentena en un campo de Monte Hermoso, donde usa su paquete de datos móviles para estudiar porque no tiene acceso a internet.

El alumno contó que, como la compañía no tiene datos ilimitados, trata de reducir al mínimo su gasto y solo participa de las clases que considera más necesarias.

Ahora bien, ¿es posible llevar internet a esa zona? ¿implica mucho dinero?

Sebastián Colucci, encargado de una empresa proveedora de internet, señaló que si bien el servicio se puede llevar a cualquier lugar, en algunas zonas significa un costo muy grande.

«Una cosa es llevar servicio a una zona rural y otra, llevar servicio de calidad a una zona rural. Para llevar servicio de calidad se necesitan armar troncales de calidad y eso encarece mucho los costos, primero por una cuestión de distancia, se requieren estructuras (torres, equipamiento) que son mucho más caras que las que se usan en una ciudad; después, una vez montado eso, darle servicio al cliente requiere de otro tipo de equipamiento: no es lo mismo el que usamos para mil metros, que para 5.000 o 10.000», comenzó explicando.

Y agregó: «Cuando le ponés internet a clientes de la ciudad los radios de cobertura de las antenas son muchos más cortos que en el campo. En la ciudad tenés miles de clientes en 5 kilómetros a la redonda; y en zonas rurales capaz que con suerte tenés 5 o 6 campos; eso desde el punto de vista de la instalación. Respecto de la infraestructura, llamalo torres o elevaciones, también es mucho más costoso. El soporte, lo que es servicio técnico, también: en la ciudad vas y venís en un ratito; para ir al campo necesitás más tiempo, combustible y otro tipo de vehículo».

Señaló que en el caso de su empresa tratan de adecuarse al bolsillo de la persona que está en la zona rural, «de hecho, muchas veces el servicio urbano termina subvencionando una parte del servicio rural».

Según indicó, el costo para acceder al servicio en una zona rural también depende de la distancia y de la densidad poblacional del lugar: «En esos lugares entramos a jugar las medianas empresas, porque a las grandes no les sirve, no le es rentable». A las pequeñas o medianas tampoco, pero es un poco de «amor al campo».

Colucci aclaró que su empresa está llegando bien a las zonas rurales alrededor de Bahía Blanca y remarcó que una de las trabas para instalar internet puede ser el terreno: «Si el campo está metido en un bajo o tiene mucha altura, con lomas, eso te impide llegar si no tenés torres; y levantar una torre tiene un costo muy alto, que no es elevado para un productor agrario pero sí lo es para el trabajador rural».

Si hablamos de un campo ubicado a unos 14 kilómetros del centro de una localidad —como el caso del estudiante de Monte Hermoso—, «para llegar con un servicio de internet medianamente decente, el equipamiento que va en la torre sale 150 dólares, a eso hay que sumar el cable (una caja de cable de 300 metros vale 140 dólares), los soportes y el router, que es lo más económico. Si él tiene que pagar los equipos estamos hablando de 450 dólares de equipos nada más, siempre y cuando no necesite torre (altura), que vale entre 100 y 150 mil pesos».

Su empresa trabaja de una forma distinta a otras: cobra la instalación pero pone equipos propios que entrega en modalidad comodato, lo que significa que el cliente se hace responsable y que una vez que no quiera el servicio el equipo retorna a la empresa: «Para que la gente de los campos pueda conectarse hoy cobro 5 mil pesos en concepto de instalación y del resto me hago cargo yo. De esa forma bajo los costos del cliente y puedo intervenir cuando hay cambio de tecnología; por supuesto tardo mucho tiempo en recuperar lo invertido».

Sostuvo además que en el campo «el servicio mensual sale el doble que un servicio local» (si en Bahía pagan 1.000 pesos, en el campo unos 2.000), pero que es de buena calidad: «La gente piensa que por estar en el campo no va a tener un servicio similar al de la ciudad, pero no es así, puede tener un servicio igual o mejor».

Respecto de alguna medida gubernamental para atender estas diferencias geográficas detalló: «Uno de los aranceles que nosotros pagamos como proveedor de internet es un fondo nacional que se usa para llevar servicio a zonas no rentables: hay líneas de créditos no reembolsables y líneas a muy bajo costo (las hubo en el gobierno anterior, en este no me llegaron comunicados). En mi caso nunca encontré para zonas rurales pero sí para zonas chicas, aunque acceder era complicado, un trámite muy engorroso. Participé dos veces y nunca gané».

Piden datos libres
El concejal Federico Tucat (Juntos por el Cambio) presentó hace unos 20 días un proyecto para pedir la liberación de datos móviles para plataformas educativas de todos los niveles.

«Hay un convenio vigente entre el Ministerio de Educación y las telefonías para liberar los datos de las plataformas que sean Edu.ar más la plataforma Seguimos Educando. Lo que nosotros proponemos es que se extienda ese convenio a todas las plataformas habituales más Zoom, Jitsi, entre otras, que es por donde se dictan las clases», le dijo esta tarde a La Nueva.

El proyecto, que aún no fue tratado, también lleva las firmas de José López, Fernando Ascuaga y Matías Streitenberger.

En el escrito se explica que «las modalidades de educación a distancia previstas o adaptadas a estas medidas extraordinarias, requieren en la mayor parte de los casos el acceso a internet para poder ingresar en las plataformas y visualizar los contenidos para estudiantes y docentes».

«Muchos estudiantes no cuentan con conexión de internet en sus domicilios, lo que imposibilita poder seguir el dictado de clases virtuales y genera una desigualdad notoria en el acceso a la educación», agrega el proyecto.

Luego remarca que «el acceso universal a una educación de calidad es requisito para la integración social plena. De este modo, para asegurar la adecuada continuidad de todos los niveles educativos, en tanto derecho humano inalienable y fundamental para el desarrollo individual, se requiere habilitar la conectividad a todos los y las estudiantes con el fin de posibilitar metodologías de estudio remotas».

Fuente: La Nueva