Por la pandemia, se incrementó el número de cartoneros en las calles de Mendoza

La crisis hizo que muchos que tenían otras actividades se volcaran a esta. Las voces de los que se dedican a la recolección informal.

La crisis hizo que muchos que tenían otras actividades se volcaran a esta. Las voces de los que se dedican a la recolección informal.

Al igual que en todo el país, Mendoza exhibe hoy nuevas postales que la pandemia dejó al descubierto y que, en su mayoría, están relacionadas con la pobreza, el desempleo y la desigualdad.

Así, la reaparición e incremento de los recolectores informales -especialmente en calles comerciales- representa una de las realidades que, a esta altura de la cuarentena, nadie puede negar.

Según el último censo, correspondiente al período anterior a la crisis de la Covid-19, existían cerca de 1.500 cartoneros en el área metropolitana, es decir, la zona que abarca Ciudad de Mendoza, Guaymallén, Las Heras, Maipú, Luján, Lavalle y Godoy Cruz.

El visible incremento de los también denominados “recicladores urbanos” tiene origen en situaciones puntuales, indicó Pablo Gareca, de la dirección de Emprendedores del Ministerio de Economía y Energía.

Si bien no descartó las necesidades crecientes que trajo aparejado el actual contexto económico, sostuvo que el cierre al público, por protocolo, de Lime Mendoza -la planta de reciclaje situada en Las Heras- ha obligado a unas 500 familias a buscar sustento en las calles.

Al mismo tiempo, la recolección diferenciada que llevan a cabo varios municipios, específicamente los jueves, contribuye también a que ese día quede evidenciado cierto incremento en la actividad.

En definitiva, apuntó Gareca, la tarea ha sufrido una reconversión, al tiempo que el Gobierno puso foco en formalizarla alentando, entre otras cuestiones, la importante labor de las cooperativas.

En Mendoza existen tres intermediarios (Corpa, Favorable S.A. y Coral Reciclados S. R. L.) dedicadas a la recuperación de desechos. Allí acuden los recolectores con el fin de vender el producto y subsistir.

“Obviamente, esta cuarentena extendida generó un aumento de actividades informales, como recolectores urbanos o vendedores ambulantes. Hay un sector que ha salido a buscar su sustento”, sostuvo Alejandro Verón, subsecretario de Desarrollo Social de Mendoza, quien admitió: “Toda ayuda estatal en estos tiempos resulta insuficiente”.

En tal sentido, valoró la labor del Gobierno en cuanto a la formalización de esta labor y dijo que Las Heras, Godoy Cruz, Guaymallén y Ciudad -por citar algunos ejemplos- han mostrado grandes avances en la materia.

Ellos también se reinventan
Hasta antes de este aislamiento que mantiene al mundo en vilo, los mellizos Eduardo y Marcelo Morales (ambos solteros, de 40 años), lavaban coches en el parque San Martín. Salían a diario desde su piecita prestada en el barrio Flores y ganaban como para ir tirando.

Pero de repente hubo que apelar al ingenio, y no quedó más remedio que salir en bicicleta por las inmediaciones a buscar residuos para vender.

Así, hoy en día los hermanos conviven con pilas de cartones, botellas, latas, chatarras, vidrio, cobre y aluminio desparramados por todo el terreno que poseen.

“Con mucha suerte hacemos 400 pesos por día”, dice Eduardo, el más charlatán, mientras se esperanza con el retorno del fútbol en el estadio Malvinas Argentinas, cuando solían obtener buenas diferencias al comercializar latas vacías.

Aldo Campo, de 63 años, lleva tanto tiempo de apliar cajas de cartón en la calle que ya perdió la cuenta. Eso sí: lo que sucede en esta época no lo vio nunca. Luego de trabajar, a veces, hasta 12 horas consecutivas, incluso los sábados -cuando hay más movimiento-, llega a obtener 1.200 pesos. Es que el kilogramo de cartón tiene un valor de 8,30 pesos.

“Hay gente nueva, muchos jóvenes y algunas mujeres. Cada uno cuida su territorio y las peleas son cosa de todos los días”, confiesa, y agrega que tiene cuatro hijos -algunos ya grandes- y un puñado de nietos a cargo. “¿Contagiarme? Ni lo pienso. Tengo que darles de comer”, suspira, en su zona de San Martín al 1500, y remata: “El hambre se ve en todas partes”.

Aldo destroza cajones con una habilidad que asombra. Cuenta que las horas en el centro transcurren a todo vértigo: almuerza al paso, mientras trabaja y, si tiene que ir al baño, acude a la estación de servicio.

La menor circulación de gente y los locales a media máquina (producto de la medidas para contener los contagios de coronavirus), no lo favorecen, pero asegura que ha padecido tantas crisis en la Argentina, que lo toma con calma.

“Empecé con esto cuando el kilo de cartón costaba 20 centavos”, recuerda, y estalla en una carcajada. Poco después de las 19, cuando junta el “grueso” que desechan los negocios, emprende la pedaleada hasta el barrio 25 de Mayo, en Las Heras. Así, todos los días. Y por eso se mantiene en forma.

Pascual Sánchez tiene 33 y heredó el trabajo de su papá, también cartonero. “En esta cuarentena pasó de todo: al principio, sin gente ni actividad, tampoco podíamos trabajar y me asusté, pero después se fue normalizando y empecé a ver muchos nuevos recolectores”, cuenta.

A ojo, calculó unos 40 kilogramos de cartón perfectamente acomodado en el carro que arrastra su vieja bici. En pocas horas juntará lo de toda la semana y se llevará unos 2 mil pesos, como mucho.

Recuperación y datos económicos
Con los datos sociales obtenidos en el último censo, el Gobierno de Mendoza indicó que se recuperan aproximadamente 45 mil kilos de materiales reciclables secos por día (es decir, cerca de 30 kilos por recuperador urbano).

En promedio, cada recuperador obtiene por día alrededor de 445 pesos. Esto es el resultado de 290 pesos en cartón; 12 en vidrio; 99 en metales y 44 en plásticos.

Esto hace un total de 445 pesos diario por recolector. Es decir, se recuperan por día aproximadamente 668 mil pesos.

Fuente: Los Andes