Elecciones municipales en Brasil, trampolín para no bolsonaristas ni lulistas en 2022
"Se espera un crecimiento de la centroderecha tradicional y de una nueva coalición de centroizquierda", dijo a Télam el cientista político Vinicius Rodrigues Vieira, de cara a los comicios locales del próximo domingo.
13/11/2020 EL MUNDO«Se espera un crecimiento de la centroderecha tradicional y de una nueva coalición de centroizquierda», dijo a Télam el cientista político Vinicius Rodrigues Vieira, de cara a los comicios locales del próximo domingo.
Las elecciones municipales del domingo en Brasil pondrán a prueba gestiones locales pero también la fuerza de los dirigentes que quieren posicionarse en la línea de largada para las presidenciales de 2022, con favoritismo para quienes no se encuentran encolumnados detrás del presidente Jair Bolsonaro o del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
«Se espera un crecimiento de la centroderecha tradicional y de una nueva coalición de centroizquierda», dijo a Télam el cientista político Vinicius Rodrigues Vieira, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Armando Alvares Penteado (FAAP).
Al contrario de otros países, las municipales en Brasil no son elecciones de medio término, porque no son legislativas ni funcionan como referéndum, aunque si hay víctimas: la primera es el Presidente, que se juega por alcaldes que no pueden elegirse.
Un punto a tener en cuenta es el poder que tiene por ejemplo el grupo mediático Globo, el más grande del país, para dar señales del poder económico desde ahora para 2022: se puso hacer campaña para buscar el «Joe Biden brasileño», así como en 2018 sus editorialistas rezaban por un «Emannuele Macron brasileño», pariendo a Bolsonaro.
Los nombres
Entre los nombres que pueden surgir después de las elecciones municipales del domingo están el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el laborista y exministro Ciro Gomes, el comunista Flavio Dino, gobernador del estado de Maranhao, y sobre todo una proyección nacional del Demócratas.
Heredero del Partido Frente Liberal, que apoyó a la dictadura militar, Demócratas tiene un sector bolsonarista, pero podrá pisar fuerte en caso de vencer como se espera, Eduardo Paes en Río de Janeiro y Bruno Reis en Salvador.
Están dentro de los Demócratas hombres de peso institucional como el jefe de Diputados, Rodrigo Maia, que promocionan la candidatura del animador televisivo de Tv Globo y magnate ultraliberal Luciano Huck.
Huck en 2018 llamó a votar a Bolsonaro a los jóvenes ultraliberales por sobre el docente Fernando Haddad. También de Demócratas, el exministro de Salud Luiz Henrique Mandetta, un bolsonarista arrepentido, tiene tickets para construir en 2022.
En esa misma línea Demócratas tiene en Salvador, capital de Bahía, estado gobernado por el PT, una de sus fortalezas, con Antonio Carlos Magalhaes Neto como intendente, que deberá fácilmente elegir a su vice Bruno Reis como su sucesor.
En Río de Janeiro, el exalcalde Eduardo Paes, que era del Movimiento de la Democracia Brasileña de los encarcelados exgobernadores Luiz Pezao y Sergio Cabral podrá posicionar aún más a Demócratas, en caso de derrotar al pastor Marcelo Crivella, alcalde bolsonarista de la ciudad maravillosa.
En San Pablo Doria, Gobernador que apoyó a Bolsonaro en 2018 y ahora se pasó a la oposición con la pandemia, debe mantener el control del ala derecha del PSDB del expresidente Fernando Henrique Cardoso y posicionarse para 2022 con la agenda menos estatista de todas.
El exjuez y exministro de Justicia bolsonarista Sérgio Moro aparece también como opción para 2022 y ha mantenido diálogos con Huck. Sin partido, Moro cuenta con aliados de la política de la extrema derecha no bolsonarista.
Para el profesor Vieira, las elecciones de 2020 provocarán el retorno a la política tradicional teniendo en cuenta el zenith del momento ‘antipolítica’ que representó en 2018 Bolsonaro, tras los escándalos de corrupción que cruzó a todos los partidos políticos.
En ese marco, según Vieira la figura de Gomes aparece para ocupar el liderazgo de la centroizquierda compitiendo con el inhabilitado Lula.
Para eso Gomes trazó una alianza entre su fuerza, el Partido Democrático Laborista (PDT) con el Partido Socialista Brasileño (PSB), que gobierna Pernambuco, Paraíba y Espirito Santo. En Río la comisaria Martha Rocha, del PDT, tiene chances en las encuestas para un balotaje contra Paes mientras que en San Pablo el conservador Marcio França está en cuarto lugar, aunque con chances en las encuestas.
«Esta centroizquierda debería ser la que se construya sin el PT para 2022», dijo el cientista político a Télam.
Aparecen candidatos de Lula y Gomes enfrentados en Fortaleza y Recife.
En ese marco, la performance de Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), en San Pablo, que puede ir a la segunda vuelta, lo calificará como «el Bernie Sanders brasileño», con proyección nacional y una opción renovada a la izquierda alineada con el PT, según Veira.
Ciro Gomes, tercero en la elección de 2018, se fue a Paris para evitar hacer campaña para Haddad y se presentó la semana pasada ante Biden con una carta en la que afirma que será un candidato en el 2022 con valores parecidos a los que los demócratas enfrentaron a Trump.
Lula, que conserva un cuarto del electorado, está inhabilitado por haber sido condenado por Moro en 2018 y su legado, por el momento, es incierto, así como el futuro del PT si no hace alianzas.
Su candidato Jilmar Tatto está quinto con 4% en las encuestas en San Pablo y en Río la candidata del PT Bendita da Silva marcha cuarta, pero en el pelotón que disputa el balotaje.
De todos modos, se espera que el PT salga del pozo de su peor performance histórica, la de 2016, año de destitución de Dilma Rousseff.
Un punto clave para la izquierda será la ciudad de Porto Alegre, donde lidera la excandidada a vicepresidente Manuela Dávila, del Partido Comunista do Brasil, cuyo mayor líder es el jurista y gobernador de Maranhao, Flavio Dino.
Movimientista, Dino acepta un frente con la derecha moderada para derrotar a Bolsonaro en 2022 y es considerado por todos como un nombre en alguna fórmula presidencial.
Un punto clave para la izquierda será la ciudad de Porto Alegre, donde lidera la excandidada a vicepresidente Manuela Dávila, del Partido Comunista do Brasil
Defensor de Lula pero crítico a la hegemonía que el PT tiene de la izquierda, Dino puede definir el rumbo en caso de que acepte ser el vice de Ciro Gomes.
Y en ese escenario no se puede obviar al gran fenómeno outsider de las municipales que es el expresidente de Atlético Mineiro Alexandre Kalil, quien puede ser reelecto en primera vuelta con el 65% de los votos en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais.
La ensalada de siglas con los 30 partidos que tiene Brasil forma parte también de las alianzas de ocasión, con bolsonaristas y lulistas aliados en 100 municipios pequeños y la unión por ejemplo del PT con las fuerzas que apoyaron el impeachment contra Dilma Rousseff.
Nada es líneal en al micropolítica de Brasil. Tampoco en la macro.