«Lula candidato o Lula en campaña»
El desgaste del gobierno de ultraderecha, la cuña a crear con los conservadores, la posible vuelta del ex presidente con los derechos políticos restaurados, un posible frente continental.
23/02/2021 EL MUNDOEl desgaste del gobierno de ultraderecha, la cuña a crear con los conservadores, la posible vuelta del ex presidente con los derechos políticos restaurados, un posible frente continental.
En 2018, cuando Luiz Inácio Lula da Silva fue impedido de participar en las elecciones a través de la guerra judicial o lawfare, respaldada por los militares como acaba de reconocerlo el entonces jefe del Ejército, Fernando Haddad asumió el desafío de ser el candidato del Partido de los Trabajadores. Fue una candidatura poco menos que heroica: tuvo que llevar adelante una campaña contrarreloj mientras el líder del PT permanecía en prisión sin derecho a formular declaraciones. En esas pocas semanas Haddad logró llegar al segundo turno, donde obtuvo 47 millones de votos frente al vencedor, Jair Bolsonaro, que tuvo de su lado a los banqueros, los medios de comunicación, los generales y los jueces.
En esta entrevista con PáginaI12, Haddad no oculta su intención de enfrentar nuevamente al ex capitán en los comicios de 2022, cuando dispondrá de más tiempo para hacer campaña y contará con el respaldo de Lula en libertad, un dato nada simpático para el campo conservador. Usando una expresión carnavalesca el exmandatario, que continúa proscripto, le propuso a Haddad sacar «el carro a la calle» (poner «o bloco na rua») como hacen las comparsas de barrio.
«Con esa frase que ha repercutido mucho, Lula quiso decir que no deje pasar el tiempo, que recorra el país con nuestro programa para que la gente lo compare con el desastre de Bolsonaro, el peor presidente de la historia. Bolsonaro no gobierna, está en campaña permanente con vistas a 2022», explica Haddad. De inmediato aclara que «Lula será el candidato» si le restituyen los derechos políticos. Para ello es necesario que san anulados los del exjuez Sergio Moro en la causa Lava Jato.
–¿Lula será rehabilitado?
–Lula es muy escéptico sobre la posibilidad de recuperar sus derechos políticos, su escepticismo no tiene nada que ver cuestiones jurídicas, lo que está en juego son razones políticas. Considera muy difícil que los dueños del poder asuman la verdad y admitan la persecución que hubo en su contra. Desde su punto de vista la mentira del Lava Jato fue contada en un solo día y la verdad será contada de a poco. Mi perspectiva es algo distinta, creo que hay una hendija, no digo una ventana, que puede permitir que se haga justicia con Lula. Hoy tengo alguna esperanza, al contrario de 2018 cuando no tenía ninguna expectativa sobre la posibilidad de que lo dejaran presentarse a las elecciones.
–¿Qué escenarios imagina?
–Que Lula sea candidato o que Lula trabaje en la campaña.
–¿Usted acepta postularse ?
–Sí, claro. Existe una expectativa en ese sentido. Vamos a trabajar hasta el último minuto para que Lula recupere sus derechos, pero si eso no ocurre nosotros ya pusimos nuestro nombre a consideración (del PT).
–El discurso mediático alimentó un antipetismo que aún sobrevive. ¿Cómo revertirlo?
–Hay que reconectarse con la población, tenemos un año y medio de trabajo para saber qué le pasa a la gente, queremos discutir el atraso en la vacunación, la pérdida de renta y puestos de trabajo, la cuestión ambiental, el aislamiento internacional de Bolsonaro. Queremos dialogar con la parte civilizada del país, que es la mayoría, que comienza a comprender qué significa Bolsonaro, hay que desmontar a Bolsonaro. El antibolsonarismo ha crecido mucho, el antibolsonarismo ya supera al antipetismo.
–¿Cuál es su prioridad política en estos momentos?
–La primer iniciativa es buscar que la derecha, si queda fuera del ballottage en 2022, no vote a la ultraderecha. Recordemos que el gran problema de 2018 fue que la derecha votó a Bolsonaro en la segunda vuelta, violando su compromiso con la democracia. Se deben explotar las contradicciones entre la derecha y la ultraderecha, un viejo profesor dijo que en Brasil los liberales no son muy democráticos y los empresarios no son muy defensores del libre mercado.
–¿Al decir derecha se refiere al Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso?
–En 2018 el PSDB postuló a Joao Doria como candidato a gobernador de San Pablo, Antonio Anastasia para gobernador de Minas Gerais y Eduardo Leite en Rio Grande do Sul. Los tres votaron a Bolsonaro en el segundo turno.
–¿Es realista apostar en una alianza con Joao Doria en 2022?
–Lo corrijo, yo no hablo de una alianza con Joao Doria en 2022, él puede votar a su candidato en la primera vuelta pero en la segunda puede votar al PT en lugar de a Bolsonaro, y luego puede ser oposición al gobierno del PT. Vea lo que pasa actualmente, Bolsonaro ofende semanalmente a Doria, le dice las peores bajezas. Yo me pregunto, ¿Doria tendrá coraje de votarlo?.
–¿Son comparables las Lawfare de Brasil y Argentina?
–Son muy diferentes. En Argentina el Poder Judicial no obtuvo una victoria contra Cristina similar a la que obtuvo acá contra Lula. Aquí la Lawfare fue expeditiva, destructiva, el caso brasileño se parece más al de Ecuador, donde Rafael Correa no pudo ser candidato.
Un homicida
Las encuestas publicadas desde de diciembre muestran a un Bolsonaro con la popularidad en baja y el ascenso del repudio a la vacunación lenta y la política sanitaria ante la Covid-19. Según los especialistas ese retroceso indica que se acabó la paciencia con Bolsonaro en sectores de la clase media que lo votó. Pero pese a ese retroceso conserva un treinta por ciento de popularidad, que refleja a ese público que lo vivó este verano cuando se paseó sin mascarilla e despotricando contra el aislamiento social por las playas de San Pablo y Santa Catarina.
–Nada indica que Bolsonaro está acabado.
–Bolsonaro moviliza a esa gente afecta al individualismo extremo, que cultiva una especie de darwinismo social, es un sector vinculado al crecimiento de la Teología de la Prosperidad, del movimiento neopentecostal, que combina con el neoliberalismo extremo, que no se interesa por la pandemia
–Cuando ya fueron superados los 246 mil muertos…
–Estamos batiendo récords, en los últimos 31 días la media diaria fue de más de mil muertos, mientras el gobierno sabotea el aislamiento social y promueve el tratamiento con hidroxicloroquina, una droga que no tiene efecto sobre el coronavirus. Bolsonaro manipula a la opinión pública con la cloroquina e incitando a que se vacune quien quiera y el que no quiera que no lo haga, sembrando dudas. Los números de la pandemia en enero y febrero son el fruto de lo que Bolsonaro plantó durante casi un año. Si no se toman medidas concretas es posible que en 2021 tengamos tal vez el mismo número de muertos que en 2020, cuando se superaron los 200 mil.
–Los números oficiales indican 10,1 millones de infectados, se sospecha que hay más.
–No hay ninguna duda de que hay más, este gobierno es absolutamente irresponsable al naturalizar la más grave pandemia de los últimos cien años.
–Human Rights Watch considera que Brasil «saboteó» la vacuna y el Tribunal Penal Internacional comenzó a analizar una denuncia por «genocidio.
–Bolsonaro primero saboteó el aislamiento social y la vacuna, desoyó todas las recomendaciones sanitarias hechas por especialistas, razones que fundamentaron varios pedidos de impeachment. Este gobierno actúa de forma criminal. Existe una discusión doctrinaria respecto de si a Bolsonaro incurrió en genocidio o no. Yo tengo mis tengo dudas sobre genocidio, pero estoy seguro de que incurrió en homicidio, él promovió la muerte.
–¿Cuántas muertes pudieron evitarse?
–Si Brasil hubiese adoptado las medidas sanitarias recomendadas por los especialistas actualmente habría entre 70 y 80 mil víctimas fatales. Se puede decir que todo lo que supere los 70 u 80 mil muertos ocurrió por responsabilidad del gobierno. Brasil tiene cerca de 2,7 por ciento de la población mundial y cerca del once por ciento de los muertos por la pandemia. Quiere decir que respondemos por el triple de fallecimientos respecto de nuestra población, una desproporción enorme.
Radicalizar la integración
Haddad analiza el caso brasileño en clave latinoamericana, destacando el contraste del gobierno de extrema derecha frente a un contexto en el que se destacan las administraciones progresistas de Argentina y México.
–¿Qué impacto tendría una victoria del PT en la región?
–Las elecciones de 2022 serán importantes para Brasil y la región. Es vital que Brasil cambie de rumbo, es obvio que hay fuerza suficiente en Argentina y en México para resistir las pretensiones de Bolsonaro de expandir la ultraderecha, pero no es suficiente resistir a Bolsonaro, hay que construir algo en común.
–¿Construir con más integración?
–Soy un entusiasta de la integración radical de América Latina, incluyendo a México, no veo futuro para la región sin un proceso de integración radical. La pandemia es una oportunidad para organizar nuestras acciones. para actuar en común, con vistas al bienestar de nuestra gente. Si Brasil tuviera un gobierno progresista en 2022 creo que con Alberto Fernández, con Andrés Manuel López Obrador, con el presidente boliviano Luis Arce, con la eventual victoria del candidato aliado de Rafael Correa en Ecuador, podremos impulsar un programa de desarrollo regional. Un proyecto que podría ser superador, incluso, del que fue hecho en su momento por los presidentes Kirchner, Lula, Chávez, Evo y Correa. Lo que ellos hicieron fue algo grande, pero nosotros podríamos ir más allá incluso, radicalizando la integración.