Proponen poner en valor el casco histórico de la ciudad de San Luis

Afirman que el viejo y nuevo templo de Santo Domingo son construcciones que deben contar con más protección.

Afirman que el viejo y nuevo templo de Santo Domingo son construcciones que deben contar con más protección.

Los arquitectos aseguran que la medida permitiría proteger las construcciones y serviría para atraer a los turistas.

Las ciudades se asemejan en su dinámica a esos manuscritos antiguos que se escribían y se volvían a reescribir. A lo largo de los años edificaciones nacen, mueren y son reemplazadas por otras. Pero algunos trazos originales merecen ser conservados por su valor y su historia, porque representan la esencia misma sobre la que surgió una comunidad. Por eso, arquitectos y urbanistas de San Luis proponen poner en valor y mantener adecuadamente los edificios históricos que rodean la plaza Independencia, como el Antiguo Templo Santo Domingo, la Fábrica de Alfombras y la ex Cárcel de Mujeres. Afirman que eso no sólo permitiría llevar un mejor cuidado del patrimonio cultural que poseen estas construcciones (que en algunos casos exhiben un importante deterioro), sino que también impulsaría la actividad turística.

“Todas las urbes antiguas tratan de tener una manzana de las luces o una manzana histórica, esto es lo que se puede ver en ciudades argentinas como Buenos Aires, Córdoba, Salta. En San Luis nos estamos debiendo un desarrollo similar. Lo poco que tenemos más antiguo, que orilla los años 1700, son los cascos históricos de lo que rodea la plaza Independencia. Es una manzana de mucho valor que debería ser preservada pero a través de un proyecto integral que sirva para atraer a los turistas y que ayude a proteger estas estructuras”, afirmó el arquitecto Manuel Shortrede, quien resaltó que el sector comprendido por calle 25 de Mayo entre San Martín y Rivadavia concentra las edificaciones de mayor relevancia histórica.

“A mí me parece muy importante que se trabaje sobre toda la cuadra. Es una manzana donde está el Antiguo Templo Santo Domingo, el Templo Santo Domingo actual, que tiene una arquitectura muy valiosa árabe granadina de 1933, la Fábrica de Alfombras, que es un lugar con muchísimo potencial, ya que puede tener un paseo y una apertura mayor a la sociedad y la Antigua Cárcel de Mujeres, un edificio que ahora usa la banda de música de la Policía. También está la ex Casa de Gobierno”, agregó.
El arquitecto Hugo Larramendi coincidió sobre la necesidad de poner en valor los edificios de este sector de la capital. “Siempre estuvo la intención de realzar y revalorizar el patrimonio arquitectónico, porque es la manzana germinal de la que nace toda la ciudad. Ya no hay más construcciones de la plaza original, pero los edificios religiosos que hay son históricos. Pueden ser reciclados para que el entorno tenga mayor vida”, afirmó. Además, señaló que en el desarrollo urbanístico puntano la plaza Independencia “fue despreciada desde un primer momento” y para justificar esta aseveración recordó que su pobreza y abandono fueron los fundamentos por los que se decidió crear la plaza Pringles a fines del siglo XIX.

“Para la puesta en valor hay que reunirse y hacer un debate con historiadores, economistas, arquitectos, ingenieros para intercambiar ideas y ver de qué forma se puede reciclar, es decir agregarle cosas que le otorguen mayor significación e importancia a la zona”, afirmó Larramendi.

En la Municipalidad de San Luis afirmaron que verían «con buenos ojos” un proyecto general de revalorización en los edificios. “Si bien en algunas épocas se han hecho trabajos de mantenimiento, por ejemplo cuando se celebraron los 400 años de la ciudad de San Luis, después no se han realizado más refacciones. Se dejó pasar el tiempo, han caído revoques y los frentes están deteriorados. La Fábrica de Alfombras sigue como entonces, y el templo nuevo de Santo Domingo también tiene sus problemas”, afirmó Ricardo Menéndez Beneitone, director de Patrimonio Histórico Municipal, quien no dudó en señalar que el mantenimiento de los edificios históricos en cualquier ciudad moderna implica un crecimiento cultural y representa una mayor oportunidad de ingresos por el turismo.

El deterioro

El llamado a realzar las edificaciones históricas de la ciudad también tiene su sentido de urgencia. Un ejemplo es el Antiguo Templo Santo Domingo, que por las intensas y continuas lluvias que cayeron durante el verano sufrió la apertura de un boquete de grandes dimensiones en uno de sus muros. La Municipalidad advirtió que la Catedral también presenta problemas estructurales.

En el resto de la ciudad

San Luis es una ciudad con casi quinientos años de antigüedad. Sin embargo, la mayoría de las construcciones que hoy existen no son las originales debido a que el material de construcción primigenio utilizado por los puntanos fue el adobe, lo cual derivó en estructuras precarias. Igualmente los especialistas destacaron que hay varias obras de épocas posteriores distribuidas en la ciudad que merecen la pena proteger.

“La calle Colón es una de ellas. Era acceso principal de la ciudad, y ahí se habían instalado las principales familias de San Luis. Todavía hay buenos ejemplos arquitectónicos. También tenemos otras estructuras relevantes como la que está en San Martín y Ayacucho, también la que está en Ayacucho y General Paz”, destacó Shortrede, y resaltó que en la ciudad todavía hay varias viviendas de estilo italianizante que exhiben más de 150 años de antigüedad.

Legislación

El pedido de resguardar el patrimonio arquitectónico tanto del casco histórico como de otras viviendas de la ciudad refleja que ha habido olvidos y descuidos. Los especialistas señalan que para revertir este proceso hay que cumplir las leyes existentes o en todo caso introducir legislaciones nuevas más concretas y que permitan resolver el dilema que se presenta entre la voluntad del propietario de sacarle un rédito económico al terreno donde está la construcción histórica y la necesidad del Municipio de preservarla.

“La ley de patrimonio provincial es muy interesante y completa. Está muy bien hecha, pero no se aplica. Tendría que haber un organismo que hiciera difusión y que creara los mecanismos de resarcimiento”, afirmó Larramendi, y destacó: “Si se le pone una restricción al propietario de un inmueble, éste tiene derecho a una indemnización. Pero estos mecanismos ahora no se ejercen, y como consecuencia el patrimonio no ha sido valorado”.

“La legislación para proteger los edificios públicos existente especifica cuáles son las construcciones que tienen un valor patrimonial y que debe ser creado un registro. Es una ley provincial y la Municipalidad adhirió a ella en diciembre del año pasado a través de una ordenanza”, señaló Menéndez Beneitone. El funcionario dijo que la clave para conservar el patrimonio arquitectónico puntano pasa simplemente por cumplir con lo reglamentado.

Sin embargo para Shortrede hace falta tener legislaciones más concretas, principalmente a nivel municipal. “Hay dos intereses que confluyen y es algo que ocurre en todas las provincias. El heredero de una casa tiene todo el derecho de disponer del inmueble, y además, en algunas ocasiones la vivienda está muy deteriorada, con problemas estructurales o de humedad. Pero muchas veces se encuentran con disposiciones en que le impiden seguir esta voluntad al ser consideradas como patrimonio y así los estás castigando. Por eso, hay que buscar una forma de resarcirlos”, dijo y resaltó que “hay otras ciudades que han logrado legislar esto y encontraron una ecuanimidad entre el bien económico que pierde el dueño y lo que gana el Municipio con la valorización de su patrimonio histórico”.

Fuente: El Diario de la República