Rosario: Hay hasta cuatro puestos de venta ambulante por cuadra en calle San Luis

Comerciantes piden más control del municipio a los puestos sin habilitación y denuncian amenazas

Comerciantes piden más control del municipio a los puestos sin habilitación y denuncian amenazas

Comerciantes del centro de la ciudad salieron a pedir que se controle el ejercicio de la venta ambulante en el corredor de calle San Luis. Según señalan, los puestos interfieren la visual de las vidrieras de los locales y les plantean una competencia desleal al ofrecer, en muchos casos, la misma mercadería. En algunos sectores, hay hasta cuatro puntos de venta informal por cuadra. La mayoría ofrece artículos de indumentaria o lencería.
Los problemas de convivencia entre los vendedores ambulantes y comerciantes de calle San Luis se hicieron públicos este miércoles por la mañana, después de que los puesteros decidieran cortar la calle a la altura de Sarmiento, como respuesta a una serie de inspecciones para determinar si los puestos cuentan con autorización.

La ordenanza que fija los requisitos que debe cumplir el comercio en la vía pública o espacios verdes en Rosario lleva el número 7703 y se sancionó en 2004. La norma establece que los titulares de los puestos fijos deben contar con un permiso de la Dirección General de Habilitación de Industrias, Comercios y Servicios de la Municipalidad de Rosario.

Y, entre otros puntos, advierte que las instalaciones para la venta informal no deben entorpecer el tránsito de peatones ni obstaculizar la visión vehicular ni turbar el uso del inmueble frente al cual se instale. Además, estos puntos de venta deberán ubicarse a más de 30 metros de un negocio del mismo ramo ya establecido, no podrán estar en paradas del transporte urbano y tampoco formar aglomeraciones de personas alrededor.

Hace tres años se modificó el número máximo de permisos para la venta ambulante estableciendo que el cupo de habilitaciones «no podrá ser inferior al 0,1% del total de la población de la ciudad», es decir unas mil licencias. A mediados de mayo pasado, el municipio abrió el registro online para obtener los nuevos permisos.

Mantener «a raya».
«Nosotros venimos siempre señalando la necesidad de que la Municipalidad haga cumplir la ordenanza que regula la venta ambulante y que determina que nadie puede ejercer la actividad sin el permiso correspondiente», señaló Fabio Acosta, presidente Asociación Casco Histórico de Rosario, y advirtió que la norma es una buena herramienta para mantener «a raya» al comercio informal.

La entidad realiza en forma periódica relevamientos sobre los puntos de venta en la via pública que existen en el centro de la ciudad. El último se realizó antes de la pandemia de coronavirus y mostraba que la calle San Luis era el lugar preferido por los puesteros.

«Es una calle tentadora por la cantidad de gente que circula, por el perfil de clientes y por el tipo de productos que ofrecen, que es muy similar», advirtió Acosta y apuntó que, de acuerdo a la cuadra, llegaron a contar hasta cuatro puestos por cien metros. «Estimamos que después de la pandemia pueden existir algunos más, pero no advertimos un crecimiento significativo», apuntó.

Para los comerciantes de calle San Luis, la presencia de puestos de venta ambulante no es un problema nuevo. El referente del centro comercial, Miguel Rucco, destacó que hace tiempo que vienen lidiando con la venta ilegal.

«Hace años que venimos llevando proyectos al Concejo y a la Municipalidad para que se atienda esta realidad», destacó. Y si bien consideró que la problemática de la venta ambulante es «una situación muy sensible y difícil se resolver», advirtió que los dueños de los locales son los más perjudicados.

Rucco advirtió que en las cuadras de calle San Luis más relacionadas al comercio minorista _entre San Martín y Presidente Roca_ se llegan a contar hasta cinco puestos de venta ambulante por cuadra. «Estamos en contacto permanente con las autoridades municipales para resolver este tema», apuntó.

La protesta
El conflicto entre vendedores y puesteros se hizo público este miércoles a la mañana. Según denunciaron los comerciantes, los puestos se extienden cada vez más, al punto que bloquean la visión de las vidrieras de los locales.

“Hace mucho tiempo que venimos con este problema, incluso con amenazas. Los vendedores ambulantes no se quieren ir. Aducen que esa es su fuente de trabajo. Siempre dicen que tienen un permiso, pero no sabe de quién. Se fueron por un tiempo y hoy volvieron y lanzaron una protesta porque dicen que éste es su lugar de trabajo”, contó el encargado de un local de San Luis al 1100, muy cerca del lugar donde sucedió el incidente.

Pidiendo que se mantenga su identidad en reserva, el comerciante advirtió que “además de vender lo mismo que nosotros sin pagar impuestos, nos tapan las vidrieras. A eso hay que sumar que las veredas son muy angostas y la gente no puede pasar o directamente no puede detenerse unos instantes para ver las vidrieras. Ponen los puestitos y no dejan circular a las personas. Es algo que no se puede resolver”, subrayó.

Y agregó que por estas situaciones se hicieron denuncias en Tribunales y en todos los lugares en los que pudieron hacerlo. «Hasta nos reunimos con el intendente y uno de los dueños de comercio también salió por radio para plantear todos estos problemas. Nuestra idea no es sacarles el puesto de trabajo a los puesteros, el problema es que nos tapan las vidrieras y no dejan pasar a la gente”, remarcó.

“Nos amenazaron con que nos iban a mandar a la barra brava de un club para ajusticiarnos. Es difícil trabajar así. Corremos el riesgo de que un día estemos trabajando aparezcan estos tipos y nos rompan los vidrios”, agregó.

Fuente: La Capital