Elecciones en España: por qué los ciudadanos tienen una visión tan negativa de la economía del país si esta crece más que la de Alemania o Francia
Mientras los principales indicadores económicos dan pie al optimismo, la mayoría de los españoles califica de "mala" o "muy mala" la situación de la economía del país. ¿Por qué sucede esto?
24/07/2023 EL MUNDOMientras los principales indicadores económicos dan pie al optimismo, la mayoría de los españoles califica de «mala» o «muy mala» la situación de la economía del país. ¿Por qué sucede esto?
Si se le pide a un español que valore la situación económica de su país seguramente la califique negativamente, a pesar de que cuenta con unos indicadores económicos que invitan al optimismo. ¿Por qué esta disonancia entre la percepción y los datos?
Con un Producto Interno Bruto (PIB) al alza y una inflación y desempleo a la baja, los institutos económicos y expertos consultados por BBC Mundo valoran la situación de la economía española en términos generales de forma positiva.
Sin embargo, en el reciente barómetro de junio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España, un 43,1% de los ciudadanos calificó de “mala” la situación económica general y un 13,8% de “muy mala”.
Esta discrepancia entre percepción y realidad se ha visto intensificada aún más durante la campaña electoral de cara a las elecciones generales del 23 de julio, en la que los partidos políticos han usado las cifras en su beneficio, destacando los indicadores que más le convienen.
Mientras el presidente del gobierno y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, afirma que la economía española “va como una moto”, el presidente del conservador Partido Popular (PP) y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, insiste en que “está estancada”.
España se prepara así para unas elecciones que tienen a la economía como uno de los temas centrales y en las que, según los sondeos, el PP se convertiría en el partido más votado, seguido del PSOE y en las que la clave para formar gobierno estará en los terceros partidos: el de extrema derecha Vox -que todo apunta a que gobernaría con el PP- o la recién estrenada coalición española de izquierdas Sumar, que se convertiría en socio del PSOE en un gobierno de coalición.
En economía no hay verdades absolutas
“Cada uno mira lo que le conviene. Uno dice que crecemos muy deprisa y el otro dice sí, pero que caímos más deprisa (durante la pandemia)”, explica a BBC Mundo Javier Quesada, experto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). “Mientras uno habla del PIB, otro habla del PIB per cápita. Esto es parte del juego”.
“Qué duda cabe que si la economía va bien es bueno para el que está en el poder para poder renovar su mandato y que el que quiere llegar al poder tiene que buscar que la población perciba la necesidad de cambiar para lo que hay que convencerla de que no está en una buena situación”, detalla.
“Esto hace que la opinión pública ahora mismo esté muy contaminada por las noticias favorables o desfavorables”, agrega sobre el debate actual entre los principales líderes políticos sobre la situación de la economía.
La misma opinión comparte Martí Parellada, catedrático de economía de la Universidad de Barcelona y presidente del Instituto de Economía de Barcelona (IEB), quien explica que a la hora de entender la visión negativa que los españoles tienen de la economía hay que tener en cuenta “un primer componente, que es el componente de la batalla electoral”.
“Lógicamente si la alternativa al gobierno actual utiliza como argumento sustancial en contraposición al gobierno que la situación económica es mala, probablemente esto acabe incidiendo en las encuestas de opinión de los españoles”, declara a BBC Mundo.
«Se informa interesadamente y además hay que tener en cuenta el gran número de indicadores y periodos temporales de análisis o de referencia que existen. Por tanto, siempre habrá alguna argumentación más negativa utilizando datos solventes y siempre habrá una interpretación más positiva», apunta.
El crecimiento de la economía española
En 2022, España registró un crecimiento del PIB del 5,5%, situándose como el séptimo país con mayor aumento de la Unión Europea, según los datos de Eurostat (oficina de estadística europea), por delante de otras grandes economías europeas como Países Bajos (4,3%), Italia (3,7%), Francia (2,5%) y Alemania (1,8%).
Asimismo, el Banco de España mejoró su pronóstico para este año y estimó que el PIB crecerá a una tasa del 2,3%, mientras, la inflación continuará moderándose y cerrará 2023 en un promedio del 3,2%, frente al 8,4% registrado en 2022.
“En mi opinión, no creo que se pueda valorar la situación de la economía española de otra manera que no sea positivamente. Los indicadores son desde cualquier punto de vista buenos”, valora Parellada, aunque reconoce que existen problemas de productividad y una renta per cápita por debajo de la media de la Unión Europea (UE).
La fortaleza de las exportaciones, junto al dinamismo del empleo y la relajación de los precios energéticos son algunos de los principales responsables de la mejora del pronóstico del Banco de España.
“El momento actual de la economía española es muy positivo. Pero también es verdad que si la ponemos en un contexto más general a medio plazo, la economía española ha sido la última en recuperar la caída del PIB sufrida durante la covid”, analiza Omar Rachedi, profesor adjunto del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad en la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (Esade).
A esta lenta recuperación hay que sumar la elevada deuda pública española que volvió a marcar un nuevo récord histórico en mayo al superar los 1,54 billones de euros por el enorme impacto de la pandemia en la economía. Este es uno de los puntos débiles de la economía española.
La importancia de la cesta de la compra
La inflación se moderó en junio con un índice de precios al consumo (IPC) del 1,9% en junio, frente al mismo mes del año pasado, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), gracias, entre otras cosas, a que la factura de la luz o de la gasolina se han abaratado respecto a los máximos de 2022.
Estas cifras contrastan con las de Francia (5,3%) y Alemania (6,8%), lejos aún del objetivo del 2% que fija el Banco Central Europeo. Sin embargo, el precio de los alimentos sigue por encima del 10% lastrando así la cesta de la compra de los hogares.
“Cuando vas al supermercado sueles tener en cuenta más el cambio de los precios de un producto que quizás sueles comprar más a menudo o que son más importantes para ti, así que aunque quizás solo un par de productos suben tu sensación es que hay un incremento muy generalizado de la inflación, aunque esto no sea verdad”, explica Rachedi a BBC Mundo.
Para entender por qué la sociedad percibe que las cosas van peor de lo que dicen los indicadores macro, hay que fijarse en lo micro. Lo que la gente percibe no es cuánto ha crecido el PIB, sino el precio de la gasolina, de los productos de la cesta de la compra o de la factura de la luz.
“Si miras los datos macroeconómicos, parece que todo está bien. Se ha creado empleo, la inflación va remitiendo, todo eso es favorable. Ahora bien, si hablas con la gente puede que tengan otra percepción”, declara por su parte Quesada.
“Se ha encarecido mucho la vida y se ha encarecido en lo que la gente percibe de forma más directa, como la alimentación, que se ha disparado”, reflexiona. “La gente ve que cada vez llegan con más dificultad a final de mes porque la inflación se come las mejoras salariales que se han producido pero que van por detrás del crecimiento de los precios”.
La inflación es uno de los principales miedos de la población y la principal enemiga de los gobiernos. “Los datos macroeconómicos son muy buenos, sí, pero hay una palabra mágica, que se llama inflación. La inflación que sigue estando alta en toda Europa y que se carga gobiernos. Eso es una lección que nos da la historia de Europa”, explica a BBC Mundo Cristina Monge, politóloga y profesora de la Universidad de Zaragoza.
“Puedes tener datos macros estupendos, pero ves que te han subido 200 euros al mes la hipoteca o que vas al supermercado y que la cosa ya no cunde como antes. Por lo tanto, la percepción en la microeconomía no es igual que en la macroeconomía”, apunta la experta.
Narrativa económica
El caso de la percepción negativa de la economía no es algo único de España. De acuerdo con una encuesta publicada recientemente por el Pew Research Center, la mayoría de los adultos en 18 de 24 países entrevistados calificaron como “mala” la situación de la economía de sus países.
En España, un 72% de los encuestados la valoró negativamente, una cifra que está en la media del estudio en el que solo México, India, Indonesia y Países Bajos registró una mayoría que la calificó de “buena”.
“Se puede tener un crecimiento que esté concentrado en algunas partes de la población, por lo que no todo el mundo puede beneficiarse de este crecimiento”, comenta Rachedi. “Los datos de empleo y de parte de la política fiscal me hacen pensar que, en general, la situación no es tan negativa como se percibe por la población”.
“Esta discrepancia no es solo algo de España. Exactamente el mismo debate existe ahora mismo en Estados Unidos, donde otra vez hay niveles récord de empleo, pero la gente sigue teniendo una idea de que hay casi una recesión y una crisis que sigue siendo anunciada y nunca aparece”.
En su opinión, esta discrepancia en parte puede ser una herencia de los últimos 20 años de crecimiento en los que se ha beneficiado una parte de la población con una renta mayor. Pero también se debe, en parte, a lo que el premio Nobel Robert J. Shiller calificó como «narrativa económica».
«Una narrativa económica es una historia contagiosa que tiene el potencial de cambiar la forma en que las personas toman decisiones económicas». Esta teoría explica cómo el relato puede configurar nuestra percepción de la realidad y, en opinión de Rachedi, podría ser lo que está sucediendo en España.
“Si se repite siempre la misma historia se puede tener un efecto muy importante sobre la población, sobre todo, en un momento como el de ahora en el que las redes sociales son tan importantes”, apunta.
“Yo creo que en parte también se debe a las características de esta recuperación con un crecimiento de PIB que viene también con una inflación elevada. Por ejemplo, esto es muy interesante cuando se mira la correlación tan fuerte que hay en EE.UU entre los sondeos a favor del presidente y el precio de la gasolina. Ahí se ve cómo cada vez que el precio de la gasolina sube, hay una caída del apoyo al presidente”.
En las elecciones de este domingo en España se verá cuál de las «narrativas económicas» ha convencido más a los votantes o si la percepción de muchos ciudadanos de que cada vez es más difícil llegar a fin de mes es razón suficiente como para cambiar de gobierno.