Neuquinos renunciaron a la carne, lácteos y primeras marcas por la crisis
Las familias recorren varios supermercados para aprovechar las ofertas y así tratar de llegar a fin de mes con la alimentación.
20/09/2023 ECONOMÍALas familias recorren varios supermercados para aprovechar las ofertas y así tratar de llegar a fin de mes con la alimentación.
Si bien la inflación no frenó en todo el año, el cimbronazo posterior a las elecciones PASO se sintió muy fuerte en los productos alimenticios, con una suba en la Canasta Básica Alimentaria de Neuquén del 27,41 %. En una recorrida por diferentes supermercados del Oeste de la ciudad, LMNeuquén confirmó que la gran mayoría de las familias renunciaron al consumo habitual de la carne, a los lácteos y también a las primeras marcas.
Los vecinos recorren los diferentes comercios para acceder a las ofertas y si no les gusta el precio de lo que buscan esperan a conseguirlo en otro comercio o en otro momento.
La mayoría de los consultados dejó de comprar carne por su «excesivo valor» y también le dijeron chau a los yogures y mantecas. Otros dejaron de lado los productos de primeras marcas para llevarse «el más barato» y todos priorizan lo «más importante».
La carne, un lujo
A pesar de que históricamente el país es reconocido por la buena carne y su alto consumo entre sus habitantes, hoy se convirtió en uno de los productos más renunciado por los vecinos, ya que su valor está entre los 4500 y hasta 6 mil pesos el kilo.
«Se está viviendo una situación muy fea para todos, y uno va buscando precios por todos lados. Hay variedad de productos y vas buscando el precio conveniente para el bolsillo de cada uno, todas las marcas que antes usábamos las cambiamos por otras más económicas», confió un vecino a la salida de un supermercado.
Ya es mucho menos habitual ver salir a un cliente de un supermercado con un carrito lleno, muchos optaron por hacer compras más pequeñas e ir completando con los comercios del barrio.
Otra mujer contó a LMN que dejó de comprar «carne, huevos y pan» y dijo que se lleva lo «más básico posible» para poder vivir. «El tema es que no es solo la suba de la comida, también pagamos un montón de gas, de luz, subieron todos los servicios, la verdad que está imposible vivir», se lamentó.
Gisela, vecina del barrio Z1 confesó que son «muchos» los productos que dejó de comprar ante la crisis económica que se vive en el país. «Dejé de llevar más que nada los lácteos. No compro más yogurt ni manteca porque están muy caros», contó la mujer, quien además dijo que visita diferentes supermercados para aprovechar las ofertas y que las que más busca es la de pañales, ya que tiene un bebé y ese producto está «muy caro».
«Sí, cambié mucho los hábitos. Ya no compro arroz de primera calidad, ni salsas, ni aceites. También compro el papel higiénico más barato», contó a LMN Rigoberto, vecino de Villa Ceferino y padre de seis hijos. «Solo me quedan dos viviendo conmigo, están grandes y menos mal porque con esta crisis si tuviera que darle de comer a los 6 no se cómo haría», aseguró.
Los cambios en los hábitos de consumo de los neuquinos se dan con una Canasta Básica Alimentaria (CBA) de Neuquén en $168.834 en agosto, es decir, un 27,41% de variación mensual con respecto al mes anterior.
Y ese monto -de 168.834 pesos – es el que tuvo que alcanzar una familia neuquina para no estar por debajo de la línea de la indigencia. Los datos surgieron del informe realizado por el ISEPCi del Índice Barrial de Precios (IBP) del mes de agosto para la provincia, donde además marcaron que la Canasta Básica Total (CBT) también mostró un incremento mensual del 27,41%, significando esto un costo real de $376.499 para una familia promedio de 4 integrantes. Para no ser pobre, una familia neuquina tuvo que ganar 376 mil pesos.
Otros testimonios
Mirian del barrio Toma Norte, también dejó de consumir carne. «Para comer carne nos vamos a tener que morder la lengua, como se decía antes», dijo con disgusto, más que nada para las familias que tienen hijos chicos, de los que dijo que debe ser «espantoso».
«Para mis hijos y nietos quiero algo mejor, aunque yo no lo viva, pero que lo viva la gente joven, que tengan derecho a estudiar, hoy salís y no sabes si vas a volver. Hay que tirarse en la pileta», aseguró.
Graciela, vecina del barrio Progreso, se lamentó porque compró 5 cosas y gastó 5 mil pesos. «Dejé de comprar azúcar porque no consumo más porque soy diabética, tampoco compro más todo lo que viene envasado de verduras, ni milanesas de soja. Ya no los compro más porque son increíbles los precios», comentó la mujer, quien además dijo que como verdura y que para su hijo compra carne, «pero muy de vez en cuando».
«Por el momento sí dejé de comprar varias cosas. Por ejemplo, carne, que es lo que más me cuesta conseguir a precio hoy, busco en distintos comercios. Antes quizás uno compraba todo en un solo lugar, ahora ya no pasa eso, ahora recorrés buscando precios», relató.
Sofía, vecina del barrio Unión de Mayo, quien salió al supermercado con uno de sus nietos, dijo que «hay que comprar poquito no más». «Te quedás con las ganas de seguir comiendo, pero más no se puede comprar», concluyó.