Historias de Gaza del cura mendocino
25/08/2014 EL MUNDOEn primera persona. El sacerdote sanrafaelino envía crónicas contando sus vivencias en la guerra que envuelve a la Franja de Gaza. Recibió una lección y dejó un mensaje.
En las crónicas que envía el padre Jorge Hernández, que está al frente de la única iglesia Católica en la Franja de Gaza, intenta reflejar los avatares que padecen a diario quienes sufren la guerra entre Israel y Palestina.
El cura sanrafaelino no emplea textos grandilocuentes, en general prefiere frases cortas acompañadas de un rosario de imágenes para describir la desolación que sobreviene al paso estrepitoso de la guerra.
“Es tremendamente difícil conceptualizar lo que significa tanta destrucción”, escribió el sacerdote luego de recorrer El Jiza’a. La visita del padre Hernández a la localidad situada al sur de Gaza en la frontera con Israel fue para “llevar ayuda a los más necesitados”, contó.
Niños que intentan hacerse de una gota de agua porque los depósitos fueron destruidos en los bombardeos, sueños reducidos a escombros y familias enteras que ven el futuro desvanecerse ante sus ojos son parte del panorama que se extiende hasta el horizonte.
¿Cómo hace la gente, cómo enfrenta todo esto, cómo se empieza?, se pregunta el cura sureño con el mundo que parece derrumbarse bajo sus pies, y de inmediato ensaya la respuesta: “Se empieza resignándose a aceptar la realidad y solo queda confiarse a Dios y recomenzar. Van a sus casas (ruinas), observan, repasan, recuerdan dónde estaba tal o cual cosa. Una silla, un zapato, un cuadro, un ladrillo, lo separan pues todavía es útil. Y así, con el resto. Se comienza de a poco y se camina un paso a la vez. ¡Qué fortaleza!».
Y tal vez, cuando uno menos lo espera, aparece esa señal desde lo alto que también sirve de lección. En medio de la devastada ciudad, un hombre ya mayor con el que había estado hablando lo despidió con esta frase: “No me queda más que Dios”.