En tres años aumentó un 40% el número de cartoneros en el centro de Rosario

Según un informe de la Dirección de Economía Popular municipal, en 2021 eran 582 los recolectores informales, cifra que trepó este años a 819.

Según un informe de la Dirección de Economía Popular municipal, en 2021 eran 582 los recolectores informales, cifra que trepó este años a 819.

Según el Relevamiento de Recuperadores Urbanos realizado por la Dirección de Economía Popular municipal, hay 819 cartoneros que realizan su trabajo en el macro y microcentro rosarino. Un dato que marca un aumento del 40% en el número de recolectores informales de residuos, ya que en 2021 eran aproximadamente 582 los que realizaban esta actividad.

«Al bajar dramáticamente la ocupación de personal no calificado en distintas actividades productivas de la ciudad, con profunda incidencia en el rubro de la construcción y la escasez de changas en las zonas barriales por la crisis económica que atravesamos, nos encontramos con una avanzada cantidad de hombres ‘ociosos’, que rápidamente solicitan en el barrio una carreta que les permita a lo menos un ingreso cotidiano», advierte el informe.

Para el relevamiento, la Municipalidad de Rosario tomó como base el trabajo en los diferentes puntos de acopio establecidos por los diversos colectivos de cartoneros que trabajan en la ciudad que mantienen contacto con la Dirección de Economía Popular, como el de Richieri y Montevideo, La Toma (Tucumán y Corrientes), Canal 5 (Libertad y San Juan), Pueyrredón (Rivadavia y Pueyrredón), El Esfuerzo (Tucumán y Lima), La Peruana (Ricardone y Mitre), El Barquito (Francia y Carballo) y Centro (San Luis e Italia).

De los 819 recuperadores urbanos —tal el nombre empleado por el municipio— encuestados, 704 pertenecen a los ocho grupos de acopios mencionados, mientras que 115 pertenecen a La Lagunita y Grupo Calasanz, ubicados en barrios donde el relevamiento continúa en curso.

Perfil de los recolectores
Entre otros de los resultados de la encuesta, el municipio relevó que 9 de cada 10 de los entrevistados son varones. «Este dato refiere un cambio sustancial con respecto al relevamiento realizado en 2021, donde el número de mujeres trabajando en procesos de recuperación en la zona del macrocentro de la ciudad ha disminuido del 23,1% al actual 8.1%», destacan en el informe. Se agrega a esto que la mayoría de los grupos familiares posee una sola carreta, por lo cual sea el hombre quien sale a trabajar, mientras que las mujeres toman otras responsabilidades.

«La disminución drástica de los precios de venta del material ha hecho que muchas mujeres que realizaban esta actividad la dejen en favor de otras tareas de la economía popular como ferias populares, tareas de cuidado y del hogar, elaboración de viandas de comidas para vender en el vecindario. Ya no es rentable mantener otra carreta recorriendo la ciudad», agregan desde el municipio.

En cuanto al rango etario, sobre el total de entrevistados, un 76,3% tiene menos de 50 años, siendo el porcentaje más amplio el de la población de 20 a 35 años, con un 52%. «Este dato debería ser explicado por la dureza de las condiciones de trabajo, la continua trashumancia de los recorridos y la falta de oportunidades en encontrar referencia laboral en el sector formal», apuntan. En comparación con el relevamiento de 2021, el porcentaje de mayor edad (de 50 a 75 años) aumentó un 10.4%.

En lo que respecta a las condiciones de hábitat de los recuperadores urbanos, el 84.9% regresa a una casa después de terminar su jornada laboral, ya sea propia o alquilada, mientras que el 13,5% se encuentra en situación de calle. Sin embargo, desde el municipio advierten que esos varían en el rastreo barrial, donde muchos de los recuperadores utilizan su propia casa para la clasificación y el acopio de los materiales a reciclar. Además, casi 6 de cada 10 cartoneros no posee teléfono celular, por lo menos al momento de realizada la entrevista o no recuerda su número. Sobre su nivel educativo, el 32.1% de los encuestados no terminó la primaria y el 27.5% no finalizó la secundaria, con un 5% de analfabetismo.

Cartón y metal
Con respecto a los turnos de trabajo, casi el 78.9% de los encuestados realiza la actividad en más de un turno de trabajo, comenzando sus actividades entre las 6 y las 9 de la mañana y finalizando hasta bien entrada la tarde, según la estación del año. El turno noche es utilizado sólo por el 2.5% de los recolectores informales.

En el ítem acerca de los materiales recolectados, el municipio relevó que el 29.3% recolecta cartón y metal simultáneamente, mientras un 32.4% acondiciona y vende papel y cartón con exclusividad, el 29.6% recolecta cartón y otros (vidrio y plástico). «Estas diferencias tienen que ver tanto con la rentabilidad de estos materiales, como con la disponibilidad de las herramientas de trabajo. Es más fácil transportar y acomodar cartón y papel que plásticos preformados dentro de una carreta», aclaran.

«Este dato —agrega el municipio— nos permitirá generar diversos dispositivos laborales para que la recolección de otros materiales (en especial plásticos que tienen un mayor valor de mercado) incidan directamente en la capacidad productiva del sector. Por ejemplo, si pudiéramos acompañar las recorridas de algún dispositivo (ya existentes y no muy onerosos) para achatar las botellas de Pet, deberíamos poder aumentar los ingresos de los recolectores, ya que el producto casi triplica al cartón en el mercado».

El bolsón dentro de una carreta estándar es utilizado por el 88% de los encuestados, aunque casi un 12% arrastra el bolsón sin ningún otro implemento. «Este dato nos habla de la escasez de carretas tanto como del valor de las mismas, que ronda los 80 mil pesos. Acompañar en el mantenimiento de las unidades de carretas debería ser un objetivo central del accionar de la Dirección», sostiene el informe. El 58.5% de los carros son propiedad de los recolectores. El resto son prestados o alquilados, a un precio promedio de 1.500 pesos por día completo al momento del relevamiento. Asimismo, el 92.4% de los encuestados realiza el recupero de materiales en vía pública como única fuente de ingreso.

Fuente: La Capital