Cada vez son más los rosarinos que se desplazan en bicicleta
Eligen la bicicleta como medio de transporte porque tiene varias ventajas, entre ellas la económica. La mayoría de los nuevos ciclistas se bajó del colectivo
28/01/2025 MUNICIPIOSEligen la bicicleta como medio de transporte porque tiene varias ventajas, entre ellas la económica. La mayoría de los nuevos ciclistas se bajó del colectivo
Entre las múltiples transformaciones del paisaje urbano de la última década se cuenta sin duda la proliferación de ciclistas en Rosario. Por economía, practicidad, sustentabilidad, salud y autonomía, cada vez son más los rosarinos que han elegido la bicicleta, que se impone en el mundo, para el traslado al trabajo, al lugar de estudio o para la recreación.
La infraestructura, los servicios y el entorno ayudaron. En este 2025, los rosarinos tienen más de 200 kilómetros de ciclovías y bicisendas por las que circular, donde en algunos puntos y horarios incluso se produce saturación; disponen de un sistema público de alquiler de rodados con casi 90 estaciones distribuidas en los seis distritos, así como avenidas cerradas al tránsito vehicular los domingos durante algunas horas -circunstancia que alienta el uso de la bicicleta-, a lo que se suman cadetes repartiendo mercadería incluso por la noche. ¿Por qué tanta gente elige esta movilidad activa y sustentable? ¿Cómo pueden incorporarse más usuarios y en qué condiciones de seguridad, accesibilidad e infraestructura?
Sobre la multiplicación de ciclistas en las calles rosarinas, la directora del Instituto de Estudios de Transporte de la UNR, radicado en la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura, María Laura Pagani, concluye que obedece a un “cambio cultural multifactorial”. Por un lado, influye la “eficiencia económica” de la bicicleta, ya que tras la inversión inicial para adquirirla el costo de mantenimiento es mínimo o se puede recurrir al sistema municipal Mi bici Tu bici (que dispone de 565 rodados y registra 135.962 usuarios, de acuerdo a datos oficiales), “más accesible que el boleto de colectivo para un viaje de ida y vuelta”. Por supuesto que en la ecuación económica influye el valor del pasaje del transporte público, históricamente más caro en el interior del país que en Buenos Aires, donde además hay diversas opciones para trasladarse como trenes y subte.
Pagani apunta otra ventaja comparativa de la bicicleta: otorga a sus conductores “confiabilidad” en cuanto al tiempo de viaje de un punto a otro, algo que se vuelve “más imprevisible” arriba del colectivo. “El cambio en la conciencia también pasa por el impacto ambiental. Se ve de a poco una transformación, empujada por políticas que impulsan modos menos contaminantes”, describe la experta. “La conciencia ambiental es muy fuerte en los jóvenes, que incluso usan la bici para ir a bares en plan salida nocturna”, añade.
Más lugares para bicicletas
El transeúnte atento habrá observado bicicleteros repletos en cercanías de negocios gastronómicos. De hecho, estos soportes fueron creciendo por iniciativa pública y privada y también es posible por ordenanza municipal (de 1986, modificada en 2023) dejar los rodados sin costo dentro de playas de estacionamiento, donde autos y motos sí pagan.
El cambio cultural que menciona Pagani excede lo local, según advierte. “En el mundo los centros financieros están llenos de ejecutivos de saco y corbata en bicicleta. Hay un crisol de gente usándola, está más masificada, no asociada solo a los estudiantes y a la clase trabajadora. Estudiamos ciudades con menos habitantes que Rosario donde sí se asocia a la clase trabajadora y se entiende como una pérdida de estatus, por lo que se apela al auto para ir a cuatro cuadras”, sostiene la directora del Instituto de Estudios de Transporte. “Aquí algunas personas se bajaron del auto para subirse a la bicicleta, pero no es una transición masiva. Nos seguimos manejando como un pueblo grande cuando ya es una gran ciudad: no resistimos la tentación de ir en auto y estacionar a una cuadra”, señala.
En otras palabras, la mayoría de los nuevos ciclistas “se bajaron del colectivo”, sobre todo durante la pandemia de coronavirus. Ese período “fue un quiebre en cuanto a movilidad, un plan inesperado de promoción de la movilidad ciclista. Muchas de esas conductas se mantuvieron en el tiempo: recién el año pasado se recuperaron los pasajeros del transporte urbano pre-pandemia, costó cuatro años volver al mismo nivel”, explica la ingeniera civil, además docente universitaria.
Cómo retener arriba de la bicicleta a quienes hoy resuelven sus traslados cotidianos pedaleando es el quid de la cuestión. “Cuando se reduce el ingreso medio de la ciudadanía de a pie, hay un fuerte incremento de la bici y de la moto como vehículos más económicos y de uso personal. En este contexto se está viendo eso, que también se vio en 2001”, aporta Pablo Frontalini, de la asociación civil STS, una ONG nacida hace 15 años que trabaja distintos proyectos relacionados con lo socioambiental, entre ellos Rosario en Bici.
Frontalini agrega que “siempre se vivió como un desafío desde el Ente de la Movilidad (del municipio) retener a la población que adopta la bici por razones económicas, también se trabaja a nivel mundial de esa forma. Lo mismo pasó en la pandemia: la gente se volcó a la bici, luego bajó un poco y ahora está subiendo de nuevo”.
Ciclistas en aumento
Las mediciones oficiales más recientes se remontan al censo de caracterización ciclista de 2022, según el cual el 7,14 por ciento de las personas realizan sus viajes en bicicleta dentro de la ciudad. El dato surge del sistema de monitoreo del Plan local de Acción Climática 2030 (ficha Nº58), donde también se afirma que sólo en el sistema Mi bici Tu bici se hicieron 935.800 viajes entre julio de 2023 y julio de 2024 y que se proyectan en total 250 estaciones.
“Es importante fomentar el uso de la bicicleta, como es importante el mantenimiento de las ciclovías y controlar que no sean invadidas por otros vehículos, fundamentalmente en los barrios”, advierte Frontalini sobre algunos de los reclamos actuales y permanentes de la organización, a lo que se agrega que haya más “infraestructura verde”, es decir sombra. “Aun en días de intenso calor como los de este verano vemos muchos ciclistas al sol, algo que se puede mejorar y tener en cuenta a la hora de planificar nuevas ciclovías: el efecto isla de calor en la ciudad se va a incrementar, sobre todo en la medida que se talen árboles y no se desaliente el uso del auto particular”, asegura el activista, y pide “conectar los tramos sueltos de red de ciclovía”.
La ingeniera Pagani coincide. Califica a la red de carriles para bicicletas, nacida de políticas públicas en las que Rosario ha sido pionera en América Latina, como “bastante densa”. Asimismo, hace hincapié en la necesidad de extenderla, interconectarla y mantenerla, generando lo que se denomina “infraestructura segregada o separada del tránsito” para mayor protección de quienes circulan. Por otro lado, “es importante construir un mapa de demanda de la movilidad de la ciudad para captar la demanda insatisfecha, es decir quienes se quieren mover de un punto a otro y no tienen cobertura”, dice.
“Usar la bicicleta para trasladarse trae un beneficio personal porque aporta a la salud y es más independiente -ante un embotellamiento el ciclista puede elegir un camino alternativo-, y tiene beneficios sociales, comunitarios, porque colaborás a que no haya congestionamiento”, retoma Frontalini, de Rosario en Bici, y enumera otras bondades: “ocupás menos espacio que si vas en auto solo; disminuís la contaminación ambiental y sonora; el entorno se percibe más seguro”. La ONG que integra como voluntario “suma a las políticas públicas y a las normativas con propuestas, aportes, discusiones”, además de promover el uso de la bici no sólo en términos recreativos sino lisa y llanamente como medio de transporte. De momento, la tendencia va en esa dirección.
Responsabilidad y cuidados
La cantidad de personas que se desplazan en bicicleta por la ciudad va en aumento. ¿Qué requisitos deben tener en cuenta? Desde 1998 existe un Código de Tránsito, que tuvo dos ordenanzas modificatorias en 2003 (ordenamiento vial para ciclistas) y en 2021 (para dispositivos de movilidad personal, que incluye, por ejemplo, los monopatines eléctricos). La normativa establece y exige medidas de seguridad, además de penalidades en caso de que se cometa una falta, para un medio de locomoción que deja muy expuesto el cuerpo de sus conductores. Y también de sus acompañantes, ya que cada vez son más los chicos trasladados en las sillas traseras, incluso el sistema público Mi bici Tu bici ofrece esta modalidad para niños de uno a seis años.
“Es importante sostener las políticas, transmitiendo las responsabilidades y los cuidados que deben tener todos los usuarios de la vía pública”, recomienda la ingeniera civil María Laura Pagani, especialista en temas de transporte. Desde el proyecto Rosario en Bici, de la organización no gubernamental STS, alientan “el respeto de las normas de tránsito, mejores condiciones para que los ciclistas participen de manera cómoda y compartir la vía pública lo más pacíficamente posible”, cuenta uno de sus integrantes, Pablo Frontalini.
“Muchas veces se acusa a quien maneja una bici de no respetar las normas de tránsito sin tener en cuenta que nuestra participación en siniestros viales es mínima, y que solemos ser las víctimas de los siniestros viales. Según nuestro relevamiento, en la Argentina la principal causa de muerte de ciclistas es el atropellamiento por un auto desde atrás”, recuerda el activista.
En la ciudad el casco no es obligatorio pero sí recomendable. Las que sí son obligatorias son las luces, una roja trasera y una blanca delantera, por la noche. Se sugiere usar cintas reflectivas para sumar visibilidad en tobillos, muñecas, brazos, casco y asiento, además de dotar al rodado de un timbre o bocina para advertir la presencia a los demás, en especial a los peatones.
Cómo profundizar en el nuevo paradigma de movilidad urbana
La Secretaría de Movilidad del municipio lleva adelante capacitaciones para divulgar el concepto de movilidad urbana “desde una mirada hacia la convivencia y la sustentabilidad de la ciudad” en el marco del programa Educar para la Movilidad. El año pasado, por ejemplo, realizó por primera vez el curso teórico práctico “La enseñanza del uso de la bici”, junto con la Secretaría de Deporte y Turismo. Éste y otros seminarios resultan atractivos para maestros y profesores porque la iniciativa tiene resolución ministerial, lo que impacta en el escalafón docente. En rosario.gob.ar se pueden descargar manuales y recursos didácticos como herramienta de uso para docentes y también para familias.
Existen además otros espacios gratuitos de capacitación y formación para quienes usan o desean comenzar a usar la bicicleta para trasladarse. Entre ellos la Escuela Ciclista y la Mini Escuela Ciclista para infancias con el objetivo de que niños desde los dos hasta los doce años aprendan acerca del uso de la bici a través de juegos.