“Mayo textil” en Bariloche: historias de mujeres que con sus emprendimientos encontraron una forma de vencer a la adversidad

Se está desarrollando en Bariloche “Hilo latente III - Mayo textil 2025”, una propuesta que tiene como objetivo transformar a la ciudad en un espacio donde artesanías, diseño, expresiones artísticas y demás convergen teniendo como marco hilados, fibras y colores

Se está desarrollando en Bariloche “Hilo latente III – Mayo textil 2025”, una propuesta que tiene como objetivo transformar a la ciudad en un espacio donde artesanías, diseño, expresiones artísticas y demás convergen teniendo como marco hilados, fibras y colores que llaman a despertar los sentidos.

La Asociación de Artistas Plásticos, la Mesa Textil y la Escuela Municipal de Arte la Llave confluyen con el objetivo de poner en valor expresiones textiles como forma de creación, identidad y encuentro.

Así, hay muestras y espacios de venta de productos.

Diversas actividades están pautadas en distintos puntos de la localidad.

Los espacios escogidos son el Salón Cultural de Usos Múltiples (SCUM), el Puerto San Carlos, Casa Bachmann y La Escuela Municipal de Arte la Llave.

Habrá talleres, charlas inspiradoras y capacitaciones. Se abordarán temas como los tintes naturales, diseño de indumentaria y bordado, telar mapuche, vestuario escénico y joyería textil.

La agenda semanal de actividades puede seguirse vía Instagram en @escuela_lallave, @labachmannaapb y @asociacionartistasplasticosbariloche.

En cuanto a las emprendedoras que muestran y ofrecen para la venta sus producciones en el SCUM y el Puerto San Carlos, debe decirse que detrás de las creaciones siempre hay una historia que envuelve de amor cada producto.

¿Cómo llegaron a dedicarse al rubro? ¿Desde cuándo lo hacen? ¿Por qué? ¿Nacieron en Bariloche o llegaron desde otras localidades? Las preguntas pueden repetirse, pero las respuestas siempre son únicas…

EMPRENDER, UN MODO DE GANARLE A LA ENFERMEDAD

Milena Guevara, que es parte de Uniendo tramas, tenía un negocio de venta de indumentaria en la calle Onelli.

La irrupción de una enfermedad, años atrás, la hizo cerrarlo.

Básicamente, las cuestiones derivadas del padecimiento impedían cumplir con los horarios comerciales.

Realizó un tratamiento y fue a quirófano.

Algunas secuelas aún hoy le imposibilitan, por ejemplo, permanecer de pie durante un período extenso.

Milena no bajó los brazos.

Pensó en una alternativa que no requiriera su permanencia en el local. Así nació Possin, un emprendimiento de lencería femenina. “Hace tres años que me dedico a esto, y me permite trabajar desde casa, con mis tiempos, teniendo en cuenta los días buenos y los malos”, señala Milena, quien ofrece sus productos a través de las redes sociales y, asimismo, participa en diversos encuentros, como Mayo textil. “Estar en estos espacios hace que la gente pueda ver lo que hacen las emprendedoras”, destaca.

Si bien cuando estaba en su local Milena vendía vestimenta diversa, a la hora de encarar la iniciativa de fabricación propia desde su hogar, optó por apuntar a la lencería. La consulta obvia es por qué, a lo que ella responde: “Vi que era un rubro poco explotado; hay muchas personas que hacen remeras y otras cosas, pero no tantas que realicen algo así”. Además, recalca: “A cada prenda le pongo mi impronta”. En tal sentido, señala que incluye distintas combinaciones, que “juega” con las telas. “Eso me hace crear cosas diferentes todo el tiempo”, afirma.

Por otra parte, tuvo en cuenta un reclamo que solía abundar entre sus clientas durante la época del local en Onelli: la escasez de talles. “Por lo general, las grandes marcas hacen talles de manera estándar; cuando tenía la tienda, me pedían, por ejemplo, un tamaño large y no tenía, porque donde conseguía la ropa no había”, indica.

Al respecto, expresa: “Vi, en la sociedad, una necesidad de talles para cuerpos más ‘reales’”.

En la actualidad, el espectro de tamaños que maneja lo mide por escalas del uno al cinco, lo que equivale a decir que  incluye lo que podría denominarse extra large, o inclusive doble extra large, algo poco habitual.

Además, entre sus diseños resaltan las bombachas menstruales. “En Bariloche prácticamente no se hacen”, comenta. Se trata de ropa interior pensada para absorber una cantidad considerable de líquido, equivalente a lo que harían varios tampones o toallitas femeninas. Son lavables y pueden ser utilizadas múltiples veces, lo que las convierte en una opción más sostenible y económica que las desechables. También son vistas con buenos ojos por quienes piensan en la ecología, ya que, al evitar los residuos clásicos de los productos que se comercializan habitualmente, son tomadas como “respetuosas” del medioambiente. Incluso están quienes remarcan que reducen el riesgo de alergias o irritaciones devenidas del uso de toallitas o tampones. Cabe señalar que, para poder fabricarlas de manera adecuada, Milena realizó un curso especial.

Aparte de la ropa interior, en esta época, cuando el frío se hace presente, la mujer ofrece también pantalones pijamas fabricados con polar.

“Siempre me gustó emprender”, sonríe.

Refiriéndose al encuentro de Mayo textil, teniendo en cuenta que este mes suele considerarse de baja afluencia turística, Milena desea que los habitantes de la ciudad muestren interés en la propuesta. “Ojalá que los residentes puedan venir y así conocer los productos de sus vecinos, porque las emprendedoras somos gente de Bariloche”, concluyó.

CUANDO COMBATIR LA ANSIEDAD DEVIENE EN UN OFICIO

A veces se planea un cambio de vida y la existencia misma se confabula para que la renovación sea más radical de lo pensado.

Romina Giorgini –integrante de Ovillo, tejidos patagónicos– es oriunda de Buenos Aires, pero en un momento de su vida comenzó a viajar para realizar temporadas laborales en diversos sitios, como Carlos Paz, Las Leñas y Bariloche.

Puntualmente, acá trabajaba en una guardería del cerro Catedral, cuidando niños.

En una de sus travesías, decidió, junto a su pareja, que “el” lugar para probar una residencia estable era esta parte de la Patagonia, así que aquí se instalaron.

Pero el momento en que arribaron estuvo acompañado de la erupción del complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle, en Chile, cuando las cenizas invadieron Bariloche.

“Necesitaba despejar la cabeza, y también tener otro ingreso”, cuenta Romina, sobre la consecuencia de aquella “lluvia volcánica”. Así nació su emprendimiento, Viva la Pepa.

Ella había comenzado a tejer alrededor de los veinte años para combatir la ansiedad. “Una de las cosas que me calman, precisamente, es hacer trabajos manuales, y el tejido es algo que me puedo llevar a cualquier lado. Siempre tengo un ovillo y una aguja en la mochila… Tejo en el colectivo, en un barcito, en la playa…”, explica.

Y las cenizas volcánicas la llevaron a transformar esa terapia en un modo de vida.

Probando entre diversos tipos de prendas, se dio cuenta de que le gustaba mucho hacer gorros, tanto para niños como adultos.

También teje mitones y chalequitos para los más pequeños.

Siempre con el colorido como signo característico. “No tejo nada liso”, aclara, y especifica que utiliza lana cashmilon hipoalergénica, precisamente porque la mayoría de las prendas son para niños.

Hace un año comenzó a participar de los espacios proporcionados por la Secretaría de Producción y Empleo municipal. Así, pasó a ser parte de Ovillo, grupo que define como: “Un colectivo de mujeres tejedoras emprendedoras en el que me encanta participar”.

“Cada una tiene su estilo, su impronta, y nos vamos fortaleciendo”, expone, y añade: “Me ayudó a trabajar en equipo, porque, en general, ser emprendedora es bastante solitario; poder hacerlo en compañía resulta buenísimo”.

Fuente: Cordillerano