Las Ferias Francas de Misiones cumplieron 30 años de trabajo colectivo, innovación rural y políticas públicas

A 30 años del nacimiento de las Ferias Francas en Misiones, productores, funcionarios y consumidores celebran una historia de trabajo colectivo, innovación rural y políticas públicas que surgieron de una crisis.

A 30 años del nacimiento de las Ferias Francas en Misiones, productores, funcionarios y consumidores celebran una historia de trabajo colectivo, innovación rural y políticas públicas que surgieron de una crisis. De Oberá al resto del país, los testimonios reconstruyen una historia que ya es patrimonio misionero.

El 26 de agosto de 1995, siete familias productoras se reunieron en una plaza de Oberá con una propuesta sencilla: vender directamente lo que producían. Lo que entonces parecía un ensayo de supervivencia se convirtió en una revolución silenciosa que hoy cumple tres décadas y se expande por toda la provincia de Misiones.

“Fue producto de una crisis muy profunda”, recuerda Marta Ferreira, ministra de Agricultura Familiar. “Lo importante es que se enfrentó con propuestas. Mientras unos protestaban, otros pensaban cómo salir adelante. Así nacieron las ferias”, reflexiona. Desde aquel primer intento, ya hay más de 80 ferias francas funcionando en el territorio misionero.

Elsa Mabel Rech, feriante de Gobernador Roca, se suma a esta celebración con su historia de resiliencia. “Al principio veníamos bajo los árboles. Llovía, volaba todo, sombrillas, lonas… pero igual seguíamos. Vendíamos lo que podíamos. Hoy tenemos tinglado, estamos bien ubicados y seguimos creciendo”.

La historia de las Ferias Francas es también una historia de políticas públicas construidas con y para el sector productivo. “Las ferias dieron origen a programas, proyectos, tecnificación de chacras y fortalecimiento del valor agregado”, destaca Facundo Cuenca, subsecretario de Comercialización del Ministerio. “Son espacios de desarrollo económico, social y cultural para nuestras familias agricultoras”.

Para Romilda Dahmer, vecina de Posadas, las ferias son mucho más que una opción de compra. “Es un paseo, una rutina de fin de semana. Es de la chacra a la mesa, como se dice. Ya tenemos nuestros proveedores, les hacemos pedidos. Hay un vínculo muy especial”.

Mirta Rivero, productora de El Soberbio, coincide: “Empezamos hace 15 años. Hoy traemos queso, miel, lechón, todo lo que hacemos en la chacra. Nos tuvimos que adaptar: antes era todo en efectivo, ahora ya usamos billeteras virtuales, transferencias. Es un desafío, pero vamos aprendiendo”.

El avance tecnológico llegó también a las chacras. Muchos productores hoy manejan ventas con Mercado Pago o transferencias bancarias, y participan en programas como “Ahora Feria”, que otorgan descuentos al consumidor. Cuenca remarca que este crecimiento fue acompañado con capacitaciones, tanto presenciales como virtuales, en agregado de valor y gestión comercial.

Marta Ferreira subraya la dimensión social del proyecto: “Estos siete pioneros nos dieron algo más que una feria: nos dejaron el modelo para pensar políticas públicas. Nos enseñaron que hay otras formas de construir futuro en medio de la adversidad”.

Los testimonios de los feriantes no dejan lugar a dudas: el trabajo de la chacra es diario, familiar y colectivo. “Toda la familia trabaja”, cuenta Mirta. “Desde mi mamá hasta mis hijos, cada uno aporta algo. Y gracias a nuestros clientes, seguimos firmes después de tantos años”.

María Ester, vecina del barrio Chacra 32-33 donde se ubica una de las tantas ferias, aporta su mirada cotidiana: “Hace años que no falto ningún domingo. Las verduras son frescas, los precios justos, y ya todos nos conocemos. Ellos saben lo que me gusta y me lo guardan”.

Además de la calidad, el componente humano es clave. “Acá uno hace sociales”, dice Elsa. “Ya tengo mis clientes, charlamos, nos conocemos. La feria es mi lugar. Me gusta. Me quedo con esto, porque como colono, esto me representa”.

La ministra Ferreira remarca que esta celebración no es solo un homenaje, sino un compromiso. “Celebramos la historia, pero también el presente y el futuro. Porque las ferias no solo resisten, evolucionan”.

A 30 años de su nacimiento, las Ferias Francas no son solo mercados populares. Son puntos de encuentro, espacios de dignidad laboral, canales de consumo responsable y, sobre todo, un legado vivo del trabajo misionero.

Fuente: Misiones Online