Cuatro años de trabajo silencioso para que un árbol pueda ser plantado en las calles de Santa Fe
Los ejemplares crecen en el Vivero Municipal que funciona en el Jardín Botánico. 20 jardineros siembran las semillas y los ayudan a crecer, antes de trasplantarlos a los barrios de la ciudad. Por el Día Nacional del árbol plantaron unos 200 ejemplares.
25/09/2025 MUNICIPIOSLos ejemplares crecen en el Vivero Municipal que funciona en el Jardín Botánico. 20 jardineros siembran las semillas y los ayudan a crecer, antes de trasplantarlos a los barrios de la ciudad. Por el Día Nacional del árbol plantaron unos 200 ejemplares.
Durante la semana del pasado 29 de agosto -Día Nacional del Árbol- los empleados municipales plantaron unos 2 mil árboles en distintos barrios de la ciudad de Santa Fe. Con esta acción se espera sumar las especies al patrimonio forestal y potenciar la presencia de biodiversidad urbana, polinizadores y aves. Es de destacar que los árboles son de la zona del espinal santafesino y nativos, del valle aluvial del río Paraná.
Para poder llevar a cabo esta acción, hubo que esperar con paciencia cuatro años. Es es el tiempo que demanda la producción de los árboles que nacen en el Vivero Municipal, desde que se planta una semilla hasta que se toma la decisión de transplantarlo en un parque, plaza, paseo o vereda de la ciudad.
El Vivero funciona en el Jardín Botánico de Gorriti al 3900, un espacio verde de alrededor de 24 hectáreas habitado por unas 600 especies arbóreas y más de 90 especies de aves; un espacio de aprendizaje sobre flora y fauna autóctona y exótica, y un gran resguardo frente al ruido, el cemento y, en verano, el calor.
Allí funcionan tres viveros: ornamental, aromático y forestal. Su objetivo es la producción vegetal para reforestación de parques, paseos, vía pública e instituciones estatales. Unos 20 empleados todos los días siembran, podan, cuidan y abrazan con paciencia el cuidado de los árboles.
Diversidad
Los árboles como fuente de innumerables beneficios ofrecen la sombra, la protección de la biodiversidad – constituyéndose en el hábitat natural de variadas especies animales-, la belleza de un paisaje y una diversidad de productos como alimento, forraje, madera, leña y medicinas, entre otros.
La degradación de los bosques y la falta de árboles y espacios verdes en las ciudades privan a la comunidad de sus beneficios, motivo por el cual, los viveros son el punto de partida del cambio necesario para revertir esta situación y mejorar la calidad de vida de la población, apostando siempre al desarrollo sostenible.
De plantines a los paseos de la ciudad, todas las especies que se cultivan van a los espacios públicos. Flavio Raina.
“El Vivero Municipal es un espacio utilizado para la producción vegetal, que va desde plantines florales, plantas ornamentales, arbustos y árboles”, lo define Andrés Sarquis. Como licenciado en Biodiversidad es un apasionado de los árboles y dirige el Programa de Arbolado Urbano de la Municipalidad de Santa Fe. Está al frente del equipo que trabaja en el Vivero. Allí recibió al equipo de El Litoral para contar las curiosidades sobre esta labor de jardinería.
“Todo lo que se produce acá es para la ciudad de Santa Fe y Colastiné, en la costa. Se utiliza para ornamentar canteros en las plazas, en espacios verdes y en las veredas de los vecinos y vecinas”, agrega, mientras camina por los senderos del Vivero, llenos de flores y plantas recién regadas.
-¿Los vecinos pueden venir a comprar una planta o un árbol en el Vivero Municipal, como en cualquier otro vivero de la ciudad?
-No, está prohibida la venta y la compra. Todo vecino que necesita un árbol lo debe solicitar a través de las vías de comunicación ciudadana, llamando al 0800 777 5000 y se le dará la respuesta a su pedido. Lo que se produce acá es sólo para plantar en espacios públicos, no adentro de la casa de un vecino.
Ante los agobiantes calores
El Vivero Municipal es una dependencia de la Secretaría de Gestión Urbana y Ambiente, la cual tiene como misión transformar a Santa Fe en una ciudad sostenible, con un ambiente urbano con mejor calidad de suelo, agua y aire.
También se propone mejorar el hábitat aumentando la biodiversidad urbana, a través del desarrollo de áreas naturales, corredores biológicos y el enriquecimiento de los espacios públicos existentes.
Además se promueve la producción vegetal para el arbolado público, el paisaje urbano y la restauración forestal; y desarrollan corredores verdes como conectores lineales del paisaje urbano.
-Sarquis, ¿cómo es el proceso desde la semilla hasta lograr el árbol que se planta en un espacio público?
-Primero hacemos germinar las semillas en el Vivero y desde que saca las primeras hojitas, los primeros cotiledones, hasta que llega a una altura de más de 1,60 metros, y está preparada para la calle, transcurren unos cuatro años de cuidados diarios de las 20 personas que trabajan acá y llevan a cabo los transplantes cuando van creciendo y se necesita ir cambiándolos de macetas. Empiezan germinando en macetas pequeñas y van pasando a envases más grandes hasta llegar a uno de 3 litros. Ese trasplante es riesgoso, a veces algunos ejemplares no soportan.
-¿Cuándo los trasplantan en los espacios públicos se les hace un seguimiento, cuidado y control?
-Sí, se necesitan controles, sobre todo en los espacios verdes, a donde a veces el vandalismo les juega una mala pasada y a donde el riego se dificulta. Detectamos que el árbol que pide un vecino es regado y cuidado por él, pero el que está en el espacio verde nadie se hacer cargo. Entonces diseñamos un sistema de forestación y riego posterior, a través del cual todas las semanas pasa una cuadrilla municipal por cada sector y riega los ejemplares juveniles.
También coordinamos estas acciones con las cooperativas barriales, que realizan tareas comunitarias y los cuidan para que sobrevivan.
En el Botánico
Hace unos días atrás llovió en la ciudad y todavía hay algunos charquitos en el Botánico. Se respira un aire fresco, renovado, en este pulmón verde del norte de la ciudad. La zona del Vivero está plagada de colores, flores, fragancias, vida.
-¿Qué especies cultivan en el Vivero Municipal?
-Desde que iniciamos la gestión junto al Dr. Juan Pablo Poletti (intendente) intentamos cultivar sólo especies nativas, no hemos plantado ni un solo fresno en las calles.
-¿Por qué?
-Porque siempre es mejor, ya que la biodiversidad asociada a las nativas facilita que murciélagos, mariposas, orugas, avejas y aves nidifiquen y se alimenten de ese árbol, ya que están adaptadas por evolución en millones de años.
-¿Cuáles son estas especies nativas que cultivan?
-Guayaibí, curupí, guarán, timbó, laurel, jaracandá, ceibo, ingá, ceibo, lapacho rosado, amarillo, palo borracho… Son todas nativas, aunque no todas del espinal santafesino. Nuestra zona de bosques es muy baja y no siempre se adaptan bien a la vereda del vecino -explica Sarquis-, entonces optamos por especies que ganan altura y se adaptan a la ciudad, como el palo borracho y el lapacho rosado, que son nativas de la selva misionera y las yungas argentinas.
-Además de árboles, vemos plantines con flores…
-Sí, llegan al vivero en plugs (similares a los maples de huevos), los primeros 30 días de crecimiento necesitan muchos cuidados, y luego son trasplantados en la vía pública. No hemos producido plantines navitos ya que es muy dificultoso e ir a recolectar un plantín al monte tiene un gran costo operativo. Lo que sí sembramos y cultivamos son otras plantas ornamentales como cortaderas, cola de zorro, entre otras, que se pueden reproducir de esquejes y se adaptan al suelo. También benefician el ciclo de vida de insectos.
Aliados contra el cambio climático
Los árboles son aliados clave en la lucha contra el cambio climático: cada ejemplar maduro puede absorber en promedio hasta 22 kilogramos de dióxido de carbono al año y, a lo largo de su vida, más de una tonelada de este gas de efecto invernadero, según datos de la FAO. Además, al generar sombra y liberar vapor de agua, contribuyen a reducir la temperatura de las ciudades hasta en 2 °C, un factor decisivo frente a las olas de calor cada vez más intensas registradas por el IPCC. Su capacidad para mejorar la calidad del aire, disminuir la contaminación y regular el ciclo hídrico convierte a la forestación urbana y rural en una de las estrategias más eficaces y accesibles para mitigar los impactos de la crisis climática.
-¿Qué recomendaciones le dan a los vecinos para que cuiden y valoren los árboles y plantas que llegan del Vivero Municipal a las calles de la ciudad?
-El vecino tiene que tener muy en claro que detrás de cada árbol que se planta hay un esfuerzo muy grande de cuatro años. Si mi vecino ve un árbol algo seco, que lo riegue; si su perro está por pasar por sobre un cantero floral, que lo eviten; si ven que ese cantero necesita agua, que ayude a regarlo. Con estos pequeños gestos podemos permitir que la ciudad está más forestada, florecida y bella.
-¿Qué impacto tiene un árbol en la calle, en este contexto de cambio climático?
-Tener un árbol en la ciudad es un privilegio. No toda especie se adapta bien a una ciudad. Y nuestros árboles se han adaptado. Por ello hay que cuidarlos. Ya que los árboles ayudan a absorber agua y funcionan así como retardadores pluviales, generan oxígeno, dan sombra, bajan la temperatura y generan alimento y refugio para gran cantidad de especies que todavía pueden habitar las ciudades, como pájaros, murciélagos, mariposas, orugas e insectos.
-¿Cómo está la ciudad de Santa Fe hoy, en materia de forestación urbana?
-Cuando asumimos la gestión (diciembre 2023) encontramos una masa arbórea muy crecida, no vimos un plan de poda eficiente durante la gestión anterior. Y cuando consultamos a los empleados de planta y los directores, nos contestaron que no hubo un plan sistemático de cuidado de plantas y árboles. Así que, por pedido del intendente, retomamos los planes de poda, ya que ello ayuda a crecer mejor al árbol y despeja luminarias, lo cual contribuye a la seguridad.
-¿Cuántos árboles tiene hoy la ciudad?
-También, cuando asumimos detectamos que no existía ese registro, pese a que existe una Ley provincial (13836/2019) que ordena a las ciudades a realizar un censo de árboles, para saber la cantidad y el tipo de especies. Por lo tanto iniciamos un censo de arbolado. Esperamos tener los resultados a principios del año próximo.
-Saber cuántos y qué árboles tiene la ciudad, ¿para qué les va a servir?
-Podremos detectar, por ejemplo, cuáles son las especies que más se pierden por tormentas, y actuar en consecuencia. Si es necesario, ir eliminándolas del arbolado público, reemplazándolas por otras que resisten más.
Pero además, podremos saber la edad de los árboles actuales para conocer si tenemos un bosque joven o viejo, para determinar acciones a futuro. Por ejemplo, si detectamos que en barrio Sur tenemos una arboleda muy antigua o patrimonial, con más de 60 años, podremos direccionar nuestro plan de poda para evitar posibles riesgos y sembrar juveniles para ir sosteniendo la arboleda en el tiempo.
-Muchos vecinos piden que poden los árboles de su vereda y no obtienen respuesta, ¿tienen capacidad de respuesta?
-Yo le diría al vecino que tiene razón, y le pido paciencia. El 11 de diciembre de 2023, cuando llegamos a la Intendencia, había 40 mil pedidos de poda o extracción pendientes. Era una base de datos inmanegable.
Comenzamos a ordenar la información, a hacer recorridas con verificadores por los barrios, y detectamos que nunca se había actualizado esa base de datos. Si pasábamos por bulevar a donde debía haber un árbol caído no había nada.
Es decir que muchos casos estaban resueltos y la información no había sido volcada. Purificamos la base de datos y nos quedaron 10 mil reclamos pendientes, que también es muchísimo. De ahí en adelante priorizamos las urgencias y desde entonces acudimos a diario a solucionar este tipo de problemas, como por ejemplo, un árbol que corre riesgo de caer sobre una vivienda. Venimos bien, pero seguimos “detrás de la zanahoria”, todavía no pudimos responderle al vecino en el tiempo que nos gustaría hacerlo. Y ello se da por la cantidad de reclamos que se siguen sumando a los acumulados. Le pedimos paciencia al vecino.
-¿Dónde deben reclamar?
-Los vecinos tienen que llamar al 0800 777 5000 y brindar la mayor cantidad de detalles posible: si la rama toca la casa o los cables, el tamaño, si las raíces interfieren en desagues o cañerías, si levantan la vereda, que explique la situación. Esto nos permite ser eficientes al actuar, sabiendo si debemos ir con hidroelevador, retroexcavadora, etc.
“Santa Fe es una ciudad muy arbolada, con ejemplares patrimoniales de 90 años”, apuntó sobre el final de la entrevista Sarquis, y dejó un ejercicio ciudadano a realizar. “Les digo a los vecinos que cuando caminen por los espacios verdes los observen y los valoren, sobre todo en primavera y verano, con los calores agobiantes; que hagan el ejercicio de caminar por una vereda sin árboles y luego crucen a la otra con árboles y sientan la diferencia. Así entenderán la importancia de tener árboles en la ciudad”.