Dilma Rousseff apoyará a Lula si disputa las presidenciales en 2018
15/10/2014 EL MUNDOBallottage en Brasil. El carismático líder del Partido de los Trabajadores sostuvo que una victoria del opositor Aécio Neves sería un retroceso para el país.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que el 26 de octubre próximo disputará la segunda vuelta de las elecciones, afirmó ayer que apoyará a su antecesor y padrino político, Lula da Silva, en caso de que el líder del Partido de los Trabajadores se presente a los comicios de 2018. «El presidente Lula no me ha dicho nada de eso, pero, en lo que depende de mí, lo ayudo», aseguró en una rueda de prensa la jefa de Estado, que fue elegida en 2010 con un fuerte respaldo de su antecesor y aspira a ser reelecta este mes para un nuevo mandato de cuatro años.
La gobernante dijo desconocer si Lula da Silva —quien ya gobernó entre 2003 y 2010— está pensando en disputar las próximas elecciones presidenciales, pero reconocer que esa posibilidad fue admitida recientemente por el presidente de la formación, Riu Falcao. El dirigente partidario, que es el coordinador de la campaña presidencial de Rousseff, dijo en una reunión este mes que los militantes del PT se pondrían «muy felices» en caso de que Lula acepte ser postulado a la presidencia en 2018. El ex jefe de Estado, que participa en la campaña de Rousseff este año insinuó el mes pasado que su nombre no puede ser descartado para las próximas presidenciales. «Ellos (la oposición) tienen que prepararse políticamente porque estaré vivo (en 2018)», dijo Lula en un mitin de Rousseff.
Críticas a Marina Silva. La presidenta también criticó a la ecologista Marina Silva, tercera candidata más votada en la primera vuelta de las presidenciales el 5 de octubre, por comparar a Lula con el senador socialdemócrata Aécio Neves, su rival en el ballottage. Silva, que el fin de semana manifestó su apoyo formal a Neves para la segunda vuelta, comparó un documento en que el líder opositor se comprometió a mantener las conquistas sociales de Brasil con uno divulgado antes de las elecciones de 2002 y en las que Lula se comprometió a mantener la política económica de su antecesor, Fernando Henrique Cardoso. «Considero esa comparación infeliz. Es desproporcional comparar un líder político del tamaño de Lula con mi adversario, bien sea por la trayectoria política y sus convicciones, o por lo que Lula hizo como presidente de este país y lo que el candidato hizo como gobernador de (el estado de) Minas Gerais», afirmó la mandataria brasileña.
El documento de Lula, conocido como la «Carta al pueblo brasileño», fue divulgado para calmar el mercado financiero, que vivía entonces una gran turbulencia ante la posibilidad de que el líder izquierdista amenazara la estabilidad económica.
Neves, por su parte, se comprometió a mantener las conquistas sociales en un documento destinado a garantizar el apoyo formal de la líder ecologista, que en la primera vuelta obtuvo 22,1 millones de votos, correspondientes al 21,3 por ciento de los sufragios válidos. Rousseff venció la primera vuelta con el 41,59 por ciento de los votos, mientras que Neves obtuvo el 33,55 por ciento.
Por otro lado, Rousseff comentó sobre la intención de acabar con la reelección que propusieron sus adversario Neves y Marina Silva. Según la jefa de Estado, nadie consigue hacer un gobierno efectivo en cuatro años y es preciso averiguar la motivación que está detrás de estas afirmaciones.
En 2013, un grupo de personas del PT lanzó la campaña «Vuelve Lula», reclamando la candidatura del ex mandatario para estas elecciones. Sin embargo, el ex tornero mecánico, desde un primer momento descartó presentarse y apoyó públicamente la reelección de Dilma.
Esta semana, haciendo campaña por ésta, Lula sostuvo que una victoria del opositor Aécio Neves sobre la actual jefa de Estado representaría un retroceso para el país. «La victoria de Aécio sería el regreso a algo que no resultó bien», sostuvo Lula en una entrevista de la revista semanal Carta Capital.
Comparaciones. Según Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010 y luego logró elegir a Rousseff como su sucesora, el país que heredó de Fernando Henrique Cardoso —correligionario de Neves en el PSDB de Neves— estaba en condiciones mucho peores que las actuales, tanto desde el punto de vista social como económico. «El Brasil de hoy está infinitamente mejor desde el punto de vista de las finanzas públicas, de la deuda interna pública, de la deuda bruta, de la política de intereses, de las reservas (de divisas)», sostuvo el ex presidente, quien recordó que cuando asumió el gobierno el país tenía 30.000 millones de dólares en reservas y una deuda de igual valor con el FMI.