Intendentes del Este de Mendoza reclaman obras para poder mantener la provisión de gas

GASODUCTO1
La región de San Martín, Junín y Rivadavia precisa de un nuevo gasoducto de seis pulgadas para normalizar la habilitación de conexiones. La provincia busca fondos en la Nación.

Los departamentos de San Martín, Junín y Rivadavia precisan desde hace más de un año de un nuevo gasoducto en la región, una obra que ronda los 150 millones de pesos y cuya habilitación permitiría ganar presión y volumen para sumar conexiones de gas a la red existente y proyectar nuevos entramados.

El reclamo de los tres intendentes por esta nueva cañería de seis pulgadas y 16 kilómetros de extensión (desde Santa Rosa a San Martín) se escucha desde hace más de un año y el gobierno de la provincia respondió días atrás, durante el almuerzo de la FAI en Rivadavia, que está buscando financiamiento en la Nación para encarar los trabajos.

«Hoy no podemos presentar en Ecogas ningún plano de ampliación de la red porque no nos lo habilitan, y eso es así porque no hay gas suficiente», dice el intendente de Rivadavia, Ricardo Mansur y menciona ejemplos: «Hoy, el gas domiciliario se habilita cuando se trata de viviendas individuales o proyectos presentados hace más de dos años pero si usted edifica un complejo de casas, por ejemplo, sepa que le van a habilitar el gas sólo para algunas viviendas y en el resto deberá usar garrafas».

Mansur sigue con los ejemplos y cuenta que tiene en el departamento una docena de salones de uso múltiple funcionando con garrafas y que tampoco puede llevar el gas a la escuela o al centro de salud de Andrade, porque no hay factibilidad de conexión del gas: «Hoy el servicio está tan disminuido que se han suspendido todas las conexiones nuevas, salvo algunas domiciliarias».

Enseguida menciona la cañería que se enterró por calle Avellaneda hacia Santa María de Oro: «En esa zona hay una bodega que tuvo que renunciar explícitamente a la idea de conectarse al servicio, para que le dieran el gas al resto de  los vecinos de la zona. Le doy otro caso: está terminada la segunda etapa del gas para La Reducción y Los Árboles, pero para habilitarla, el municipio tuvo que construir y ceder a Ecogas una cañería de potenciación del servicio, que a la comuna le costó 500.000 pesos. Sin esa obra no habría gas para toda esa región».

En Junín la situación es similar: los vecinos de un barrio inaugurado este año en zona de Mundo Nuevo se manejan con garrafas porque todavía no se han podido conectar a la red y lo mismo pasa con el barrio Nicolás Silvestre, en Algarrobo Grande, donde a comienzos de año se hizo la obra de gas pero los vecinos siguen con garrafas. «No sé por qué, pero todavía no nos dejan conectarnos y es una picardía tener los caños en la puerta y seguir cambiando garrafitas», se queja Mirta, una vecina. Desde su despacho, el intendente Mario Abed, resume: «Sin el gasoducto nuevo, proyectar cualquier obra de gas se complica mucho».

En San Martín, el problema es similar y el intendente Jorge Giménez asegura que tuvo que pelear la factibilidad de gas para las 400 viviendas que se construyen al norte de la ruta 7: «Primero la factibilidad estaba y luego la quitaron. Me quejé porque estamos hablando de un megaproyecto habitacional y ahora me dicen que la conexión se hará. El problema de fondo es que el desarrollo no puede estar atado a que nos falte gas. No es posible que no se pueda proyectar un barrio o que una industria no se instale porque no se puede conectar al gas».

La obra que los tres intendentes reclaman es un nuevo gasoducto, que debe desprenderse del que corre al norte de Santa Rosa hacia el oeste, y desde allí viajar 16 km hasta Buen Orden, en San Martín. «Es una obra de 150 millones de pesos que, por convenio con Ecogas, tiene que hacer la provincia.

El Gobernador anunció durante el almuerzo de la FAI que estaba buscando fondos en la Nación para ejecutarla y que pensaba incluirla en el Presupuesto 2015»; agregó Mansur.

Fuente: Los Andes