Rescatan las tareas de Brasil para combatir el trabajo esclavo

Protesta-contra-el-trabajo-esclavo-en-Brasil-300x200Brasil es referencia mundial en la lucha contra el trabajo esclavo, aunque subsistan muchos problemas y desafíos. Así lo declaró el pasado lunes el coordinador del Proyecto de Combate al Trabajo Esclavo en Brasil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Luiz Machado, durante un encuentro sobre el tema celebrado en la ciudad de São Paulo.

«Tenemos mecanismos [en el país] que no hemos encontrado en ningún otro lugar del mundo, como los grupos especiales de vigilancia que sirven a todo el territorio», explicó.

Machado destacó aún el Plan Nacional para la Erradicación del Trabajo Esclavo, del gobierno federal, que promueve diversas acciones en ese ámbito. «Por ejemplo, la prevención y asistencia a las víctimas, de modo que podamos romper el círculo vicioso de la esclavitud. Aunque sea rescatado, el trabajador sigue vulnerable y muchos regresan a la esclavitud».

Según el representante de la OIT, el segmento de la población más vulnerable al trabajo forzado en Brasil son los hombres adultos, de regiones subdesarrolladas, que buscan trabajo en otros estados o son reclutados. Sin embargo, a escala global, los más esclavizados son las mujeres y los niños. «Es un crimen dinámico y en otras partes del mundo está conectado con el tráfico de personas y la explotación sexual», explicó.

La coordinadora del Núcleo de Enfrentamiento a la Trata de Personas del Estado de São Paulo, Juliana Armede, informó que, en São Paulo, la mayoría de los trabajadores esclavizados están ubicados en la región rural. «Algunos estados de Brasil son muy ricos sobre algunos aspectos, pero pobres en lo referente a políticas públicas. De ahí que, al no tener acceso a esos beneficios, las personas terminan siendo víctimas de la esclavitud».

En el entorno urbano de Brasil el foco principal del trabajo esclavo está en el sector de construcción y en la industria textil, mientras en las zonas rurales la práctica está asociada tanto a pequeños como a grandes cultivos. «Dentro de esos dos universos existe una multitud de problemas. Eso también ocurre porque tenemos un sistema de producción que opera de manera muy desigual. Hay siempre un grupo que explota y otro que es explotado. No evolucionamos desde el punto de vista de las estructuras económicas capaces de monitorizar problemas sociales», concluyó Juliana Armede.

Fuente: Tucumán Hoy