Masiva movilización en la primera huelga general en Italia contra el premier Renzi
13/12/2014 EL MUNDOMiles de personas reclamaron un giro de la política económica. Los sindicatos de izquierda chocaron con la policía en Roma, Milán y Turín. La reforma laboral flexibiliza condiciones de despido de trabajadores.
Miles de personas adhirieron ayer a la huelga general convocada por los dos mayores sindicatos de Italia contra la reforma laboral y la política económica del primer ministro Matteo Renzi. Bajo el lema «Cosi non va» (Así no puede ser), cerca de 50.000 personas desfilaron por las calles de Milán, 70.000 en Turín, 50.000 en Nápoles, 40.000 en Roma y 15.000 en Palermo para pedir al gobierno de izquierda que «cambie» su política económica. Se trata del primer paro general desde que el primer ministro de izquierda Renzi asumió el poder en febrero pasado. El gobierno «se equivoca al excluir al sindicato y no dejarnos participar en la política económica», denunció Susanna Camusso, secretaria general del mayor sindicato italiano, CGIL, de izquierda. «La emergencia que atraviesa este país se llama trabajo, hacen falta políticas para crear empleos, pero no un empleo cualquiera, sin derechos y sin profesionalidad», afirmó.
Desde Turquía, donde se encontraba para un foro económico, Renzi, advirtió que no cederá a la presión de los sindicatos. «Respeto al sindicato, pero no pienso como ellos. Italia tiene que cambiar inclusive para ellos», declaró tras confirmar la línea de sus reformas.
Unas 54 manifestaciones fueron organizadas en distintas ciudades del país para protestar contra la reforma laboral de Renzi que flexibiliza las condiciones de despido de los trabajadores con contrato fijo y que, a juicio de los sindicatos, introduce medidas ineficaces. En Milán y Turín, las dos grandes ciudades del norte industrializado, se registraron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden. La policía informó de nueve arrestos y las imágenes de la televisión mostraron a agentes con uniformes antidisturbios cargando contra los manifestantes, que les lanzaron petardos y otros objetos. En Turín se produjeron algunos altercados violentos cuando manifestantes intentaron romper una barrera policial para continuar con sus protestas, lo que desencadenó una carga policial con gases lacrimógenos y bastones de goma sin que se reportaran heridos. También en Milán la protesta alcanzó niveles de tensión cuando algunos participantes comenzaron a lanzar huevos, piedras y petardos contra la policía, un encontronazo que se saldó con 11 heridos. Hubo también represión policial en Roma, donde la marcha partió de la plaza del Esquilino para llegar hasta la plaza Santi Apostoli, en la que los manifestantes expresaron sus reivindicaciones. Cientos de globos con el rostro de Renzi adornado con la nariz de Pinocho fueron lanzadas para denunciar «las mentiras» del premier de izquierda.
El paro que afectó tanto al sector público como al privado, fue convocado por dos importantes sindicatos del país, CGIL y UIL (moderados) y se unió UGL (derecha). La confederación católica, CISL, la segunda por número de inscritos, no quiso adherir al paro y defiende un «pacto social».
El transporte ferroviario se vio afectado así como el aéreo, por la anulación de numerosos vuelos. Según los sindicatos, la mitad de los trayectos de tren y vuelos programados fueron anulados y el 70 por ciento de los colectivos pararon. Las grandes líneas de tren se vieron afectadas pero se mantuvo el servicio mínimo de alta velocidad.
Contra la Ley de Empleos. Para las organizaciones sindicales, las medidas de Renzi reducen los derechos y la dignidad de los trabajadores, y no favorecen la creación de empleo, además de legalizar formas de abuso por parte de los patrones. La nueva ley, llamada «Jobs Act» (Ley de Empleos), adoptada la semana pasada, prevé reducir los derechos y facilita los despidos durante los primeros años de contrato. Con el paro, los sindicatos esperan presionar al gobierno, que deberá legislar en los próximos seis meses mediante «decretos delegados» sobre los temas incluidos en la ley votada. Los gremios consideran que el peso de la crisis y recortes que afecta desde hace 3 años a Italia recae sobre los bolsillos de los trabajadores. Junto a delegaciones de trabajadores y desempleados desfilaron los estudiantes en Bari, Trieste, Pisa, Turín, entre otros. El desempleo afecta al 44 por ciento de los jóvenes en Italia, y la mayoría de los primeros trabajos que consiguen son precarios.
Renzi anunció también la modificación del polémico artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, un símbolo de la lucha social en Italia, que protege de los despidos abusivos. Los sindicatos critican también la ley de presupuestos para el 2015, cuyas medidas son consideradas insuficientes para reactivar una economía en recesión.