La Iglesia de Inglaterra ordenó su primera obispa desde su creación
27/01/2015 EL MUNDOLibby Lane, de 48 años, es la nueva obispa de Stockport y la primera mujer que asume desde 1534, cuando fue creada la Iglesia de Inglaterra por el rey Enrique VIII.
Libby Lane se convirtió ayer en la primera obispa de la Iglesia de Inglaterra, anglicana, en una ceremonia en la espléndida catedral gótica de York, que pone fin a cinco siglos de discriminación.
Elizabeth Jane Holden Lane, de 48 años, es la nueva obispa de Stockport, y la primera mujer en asumir esta función desde que en 1534 el rey Enrique VIII fundó la Iglesia de Inglaterra, la primera de la Iglesia Anglicana.
Sus superiores jerárquicos posaron las manos en su cabeza y pronunciaron la oración de la consagración ante las dos mil personas reunidas en el templo.
«Haz descender el espíritu de tu servidora Libby para el oficio y labor de obispa en tu Iglesia», dijeron. Lane, con un hábito negro, blanco y violeta, afirmó su fe y hizo juramento de obediencia y lealtad durante la ceremonia de dos horas.
Cuando se le preguntó a la congregación si aceptaban la ordenación de Lane, la mayoría respondió que sí, usando la fórmula «It is!», pero alguien gritó «¡No, no está en la Biblia!».
Lane, casada con otro sacerdote y madre de dos hijos, estaba acompañada en la ceremonia por Justin Welby, arzobispo de Canterbury, líder eclesiástico de la Iglesia Anglicana, y por John Sentamu, obispo de York, segundo en rango de importancia. Libby Lane toca el saxofón, es de Manchester United y en 1994 ya se convirtió en una de las primeras mujeres sacerdotes, en la misma ceremonia de ordenación de su marido. La nueva obispa estudió teología en la Universidad de Oxford y desde 2007 ejercía de vicaria de la Diócesis de Chester, en la región de Manchester.
Es la primera obispa de la Iglesia de Inglaterra, pero no de la Anglicana, porque ya existen en Gales, Estados Unidos, Australia, Canadá y Suazilandia (en Africa).
Su nombramiento pudo producirse porque el sínodo cambió las reglas para permitir la elección, y el parlamento británico y la reina aceptaron el cambio. La enmienda que abrió la puerta al nombramiento fue bautizada como «Canon 33» y establece que «un hombre o una mujer pueden consagrarse a la función de obispo».
La singularidad de Lane podría acabar pronto porque este año está prevista la sucesión de los obispos de Leicester, Gloucester, Oxford y Newcastle y se espera a una mujer entre los elegidos.
La comunidad anglicana cuenta con 80 millones de fieles en 165 países y su líder supremo es el rey de Inglaterra, en este caso Isabel II.
En una entrevista difundida poco antes de su nombramiento, Lane admitió que se siente intimidada por el reto que afronta, porque «todo lo que diga y haga será escuchado por millones de personas».
Al mismo tiempo, espera que su caso sirva de inspiración. «Si mi nombramiento sirve para que al menos una niña levante la mirada y se dé cuenta de que tiene capacidades y potencial, y que quienes la rodean no tienen que decirle lo que es posible y lo que no, me sentiría honrada».