Sobrevivientes de Auschwitz piden que no se olvide el horror del holocausto
28/01/2015 EL MUNDOEnfático llamado a la tolerancia en el septuagésimo aniversario de la liberación del campo de concentración nazi, situado a unos 43 kilómetros al oeste de Cracovia.
Recordar el Holocausto, ejercer la tolerancia hacia todas las personas y comprometerse para que nunca más vuelva a ocurrir un crimen semejante contra la humanidad fueron algunos de los llamamientos pronunciados ayer en el 70 aniversario de la liberación del campo de concentración alemán de Auschwitz, situado a unos 43 kilómetros al oeste de Cracovia.
Líderes mundiales se reunieron con sobrevivientes del campo de concentración establecido en Polonia como parte del sistema nazi para exterminar a los judíos europeos y a otras personas calificadas de indeseables como homosexuales y gitanos, a siete décadas de que las tropas aliadas lo capturaran en 1945.
«Todos debemos recordar», señaló el sobreviviente Roman Kent ante casi 50 jefes de Estado y gobierno. Ante mandatarios como el presidente francés François Hollande y el alemán Joachim Gauck, hizo un llamamiento para que una masacre semejante jamás vuelva a ocurrir.
«Si ustedes, los líderes del mundo, pueden recordar, entonces no habrá espacio en el mundo para otras injusticias, como Darfur, Biafra y Kosovo», aseveró.
Al menos 1,5 millón de personas fueron gaseadas, golpeadas hasta la muerte, fusiladas o murieron por enfermedades o de hambre en Auschwitz.
El presidente polaco Bronislaw Komorowski se refirió a ese campo de exterminio como un «infierno de odio y violencia» y dijo que no puede haber ambigüedad sobre los crímenes cometidos por el régimen nazi.
«Los nacionalsocialistas alemanes convirtieron a mi tierra polaca en un cementerio judío eterno», manifestó a los sobrevivientes de Auschwitz, y urgió a un fin de la intolerancia, el racismo y el antisemitismo.
Kent dijo que los sobrevivientes como él jamás podrán olvidar lo sucedido en Auschwitz. «Los gritos de los niños asesinados resuenan en mis oídos hasta que muera. La atrocidad de entonces está grabada en mi memoria».
«Nosotros los sobrevivientes no queremos que nuestro pasado sea el futuro de nuestros hijos», evocó Kent, a quien de a momentos le falló la voz.
Asimismo se realizaron ceremonias conmemorativas en otras ciudades del mundo, incluyendo Jerusalén, Nueva York y Praga.
En Jerusalén, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu amenazó con represalias a los atacantes del Estado de Israel. «Aquellos que juegan con fuego se quemarán», dijo Netanyahu, citado por medios israelíes, durante un acto conmemorativo en el Museo del Holocausto Yad Vashem.
Netanyahu se refirió a un tiroteo desde Siria: horas antes habían impactado dos cohetes disparados desde allí en las Alturas del Golán, ocupadas por Israel. Su tarea como jefe de gobierno de Israel es proteger al país de las amenazas, dijo. También aprovechó la oportunidad para manifestarse contra un acuerdo con Irán.
Cuando los soldados del Ejército Rojo liberaron Auschwitz el 27 de enero de 1945, allí quedaban unos 7.500 presos enfermos y consumidos. Los miembros de las SS nazis que dirigían el campo de exterminio habían escapado previamente y habían forzado a decenas de miles de cautivos a huir con ellos. Antes, las cámaras de gas y los crematorios habían sido destruidos para que no quedaran huellas de los crímenes cometidos por los alemanes.
Localizado en el sur de Polonia, Auschwitz fue el mayor campo de exterminio creado por los nazis. Pese a que los judíos fueron las principales víctimas, allí también fueron asesinados prisioneros soviéticos de guerra, polacos, homosexuales y presos políticos alemanes.
El 27 de enero fue designado Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto a partir de una resolución dictada en 2006 por las Naciones Unidas. Alemania recuerda el aniversario desde 1996.
Gauck alertó durante un acto en el Parlamento alemán de la necesidad de no poner punto final nunca al capítulo más oscuro de la historia alemana. «No hay identidad alemana alguna sin Auschwitz», afirmó ante los diputados reunidos en el Bundestag, después de guardar un minuto de silencio al inicio de la sesión parlamentaria.
«El recuerdo del Holocausto sigue siendo una cosa de todos los ciudadanos que viven en Alemania. Pertenece a la historia de este país», agregó.
La ausencia más destacada fue la del presidente ruso Vladimir Putin, cuya intervención militar en Ucrania llevó las relaciones entre Moscú y Occidente a su punto más bajo desde la Guerra Fría.
Polonia es uno de los críticos más vehementes de la anexión de Crimea por parte de Rusia y su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania. Cauteloso de las consecuencias políticas domésticas, Polonia no envió una invitación diplomática completa a Putin, dijeron fuentes a Reuters. En lugar del líder ruso asistió su jefe de gabinete, Sergei Ivanov. La Otán dijo que Rusia ha enviado soldados y armamento para ayudar a los separatistas, acciones que Putin niega.
De todos modos, Putin hizo un llamamiento a la vuelta a la cooperación internacional, en un acto en el Museo Judío de Moscú en el que recordó el 70 aniversario de la liberación. Alabó también la gran contribución del pueblo judío a la lucha contra el fascismo. Medio millón de judíos lucharon en el Ejército Rojo y casi 200.000 cayeron en combate. Después encendió velas negras acompañado del principal rabino de Rusia, Berel Lazar.
Por su parte, el Papa Francisco recordó el sufrimiento de las víctimas. «Auschwitz es un grito de dolor que, en ese gran sufrimiento, está pidiendo un futuro de respeto, de paz y de encuentro entre los pueblos», escribió el líder la Iglesia católica en su cuenta de Twitter.