Miles de campesinos marcharon al Congreso de Paraguay para reclamar la renuncia de Cartes

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Concluyó frente al Congreso Nacional, en pleno centro de Asunción, la llamada «larga marcha» llegada desde distintos puntos del país para reclamar la renuncia del presidente Horacio Cartes, un giro profundo en la política socio-económica y la aplicación real de una reforma agraria que desconcentre la propiedad de la tierra.

«Horacio, Horacio/fuera del Palacio» fue el grito más repetido entre los campesinos, concentrados en la plaza frente al Congreso y venidos básicamente en varias columna salidas desde el norte (Concepción, San Pedro y Canindeyú) y el este (Caaguazú, Guairá y Caazapá), convocados por el partido Paraguay Pyahurá, con el apoyo de la Federación Nacional Campesina (FNC), el Frente Guasú y otras organizaciones.

En la Plaza de Armas, frente al palacio legislativo, esperaban otros grupos procedentes de las zonas cercanas a Asunción, que tuvieron a su cargo diversas actividades, incluyendo una sonada condena a la política agropecuaria del gobierno frente al ministerio de Agricultura.

Las columnas -que de madrugada hicieron un alto para descansar, porque marcharon desde el jueves 5- incluyeron entre sus consignas el cese de la represión en el campo, la reforma agraria, el rechazo a la privatización de empresas estatales y el repudio a la narcopolítica.

El secretario general de Paraguay Puahurá (Paraguay Nuevo,en guaraní), Eladio Flecha, advirtió que Cartes «sólo sirve a los intereses de una pequeña minoría de privilegiados», que serían «los latifundistas, ganaderos, agroexportadores y narcotraficantes».

Por su parte, la coordinadora de la columna Este, Agusta Caballero, destacó que en su camino hacia Asunción, los campesinos recibieron «el apoyo y solidaridad de los ciudadanos por cada ciudad que se pasaba”, hecho que atribuyó a que “el pueblo está inquieto y descontento», porque “el paraguayo pobre no tiene futuro, está angustiado y desesperado”.

Para Caballero, la solución a los problemas de los paraguayos pasa por «la renuncia de Cartes» y la constitución de un «Gobierno patriótico» formado por un conjunto de personalidades «honestas y democráticas» que «orienten al pueblo organizado a un programa de desarrollo y de soberanía nacional».

Parte de los problemas que denuncia el sector es que la producción de soja se volvió una de las mayores fuentes de divisas del país y convirtió a Paraguay en el cuarto exportador de este producto del mundo, pero también favoreció el uso de semillas transgénicas y el empleo de agrotóxicos que perjudican la salud de la población rural y aceleran el agotamiento de los recursos del suelo.

El secretario adjunto de la Federación Nacional Campesina (FNC), Marcial Gómez, otra de las principales organizaciones que respaldan la protesta, denunció a la agencia Efe que en Paraguay «los narcotraficantes financian las campañas electorales e incluso encabezan las listas de los partidos», por lo que llamó a «plantear debates y asambleas ciudad por ciudad», para que «el pueblo participe permanentemente en su propia organización».

Gómez juzgó que el sistema económico «profundiza la dependencia internacional, la entrega y el saqueo de los recursos naturales», y puso como ejemplo la cuestionada Ley de Alianza Público-Privada, impulsado por Cartes, que habilita la participación de empresas privadas en la gestión de servicios públicos, iniciativa rechazada por organizaciones sindicales.

Paraguay es uno de los países del mundo con mayor concentración de tierras, la mayor parte de ellas en manos empresarios dedicados a la exportación agrícola y ganadera, que sitúa al país sudamericano como el sexto mayor exportador de carne bovina.

En contraposición con este sistema, los manifestantes plantean «una reforma agraria» que «transforme la tenencia de la tierra, elimine el latifundio y desarrolle la producción agrícola para satisfacer las necesidades internas», así como la «producción industrial ligada a la materia prima nacional», sintetizó Gómez.

La marcha contra el gobierno “antinacional y antipopular” juntó a las dos columnas en Calle Ultima, y desde ahí una única concentración avanzó hasta el Congreso, donde se llevó a cabo el acto de cierre. En otras ciudades se hicieron marchas de apoyo, entre ellas en Buenos Aires, donde un grupo se concentró frente a la embajada, en Las Heras al 2500.

Quedó establecido, además, que habrá otra convocatoria el 1 de marzo, en coincidencia con la fiesta nacional del Día de los Héroes, y que se propondrá entonces la formación de un Congreso Democrático y Popular, reseñó la estatal agencia IPP.

Casi como una respuesta a las denuncias de la falta de avances en una reforma agraria, la misma agencia IPP publicó hoy que las empresas Kansol SA y Roswell y compañía, propietarias de tierras expropiadas el año pasado a favor de la comunidad indígena Enxet Sawhoyamaxa, se niegan a percibir la suma correspondiente a la indemnización porque no quieren entregar los terrenos.

Una orden judicial obliga al Banco Nacional de Fomento (BNF) a crear una cuenta donde se depositaría el dinero, a partir del triunfo legal de la comunidad indígena, que llevó el caso a instancias internacionales.

En junio del 2014 se promulgó la ley que declara “de interés social y expropia a favor del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI)” las tierras para cederlas luego a la comunidad Sawhoyamaxa del Pueblo Enxet, pero las empresas recurrieron a la Corte Suprema de Justicia con una acción de inconstitucionalidad, luego rechazada, y con un recurso de “aclaratoria” que frena el traspaso.

Fuente: Tucumán Hoy