“Corralito” en Grecia: cierran bancos y limitan extracciones

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Ante la imposibilidad de pagar sus deudas al FMI, el BCE y bancos extranjeros privados, y para evitar una fuga masiva de dinero, el gobierno de Tsipras impuso una medida extrema. Colas en cajeros, protestas y pánico.

Los bancos en Grecia permanecerán cerrados por tiempo indefinido y el gobierno les ordenó restringir los retiros de dinero a recomendación del banco central del país, anunció ayer el primer ministro Alexis Tsipras.

Tsipras se abstuvo de abundar en detalles sobre la duración del cierre de los bancos o el tipo de controles que se impondrán en las transacciones bancarias.

Los nuevos acontecimientos han vuelto a poner en entredicho el futuro financiero de Grecia y si seguirá siendo miembro de la zona de 19 naciones que usan el euro como moneda común.

Las medidas fueron adoptadas luego dos días con largas filas en los cajeros automáticos del país, después de que Tsipras anunciara, para sorpresa general, que someterá a una consulta popular las propuestas de los acreedores sobre las reformas que debe adoptar Grecia, a fin de que le extiendan préstamos de rescate que le son cruciales.

El viernes, el Banco Central Europeo (BCE) decidió no incrementar la cantidad de dinero de emergencia disponible para las instituciones de crédito griegas, al que éstas pueden acceder desde el banco central, lo que implica que carecen de capacidad para reabastecer los depósitos, que disminuyen velozmente.

“Es ahora más evidente que esta decisión no tiene más propósito que chantajear la voluntad del pueblo griego e impedir que el proceso democrático del referéndum transcurra sin contratiempos”, declaró Tsipras en un discurso televisado a la nación.

La consulta popular está prevista para el próximo domingo. Sin embargo, el actual rescate financiero de Grecia expira el martes y los 7.200 millones de euros (8.000 millones de dólares) restantes no estarán disponibles para Grecia después de esa fecha.

Sin esos recursos, Grecia posiblemente carecerá de la capacidad para reembolsar al Fondo Monetario Internacional una deuda de 1.600 millones de dólares que vence este mismo martes próximo.

Durante todo el fin de semana se vieron filas de decenas de griegos ansiosos frente a los cajeros automáticos, preocupados por la posibilidad de que se impusieran controles financieros -lo que finalmente ocurrirá desde hoy- con el objeto de detener la hemorragia de fondos.

Algunas máquinas se quedaban sin efectivo, mientras que en otras las transportadores de caudales rellenaban con billetes.

La iniciativa del primer ministro, Alexis Tsipras, de convocar a un referéndum sorprendió a los socios europeos de Atenas y sumió las negociaciones del rescate con acreedores internacionales en un pozo de inestabilidad. El Parlamento aprobó la propuesta de celebrar un referéndum, y fijó la fecha de la votación para el 5 de julio.

Hasta ahora, el BCE ha permitido que los bancos griegos retiren dinero en créditos de emergencia del banco central griego, un salvavidas financiero que ha mantenido los cuatro principales bancos del país en funcionamiento. El BCE ha ido aumentando el crédito de emergencia poco a poco para compensar el aumento de retiradas en los bancos griegos.

Pero el BCE ha señalado que sólo puede mantener esa ayuda si los bancos son solventes. Si el gobierno griego no logra más ayuda antes de que expire su rescate mañana martes, cuando vence un cuantioso pago de deuda al Fondo Monetario Internacional, el banco europeo podría decidir que las entidades griegas ya no tienen fortaleza financiera, ya que tienen lazos financieros con el gobierno.

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Fuente: Los Andes