Insólito piquete de presuntos cafiolos contra el cierre de burdeles en San Lorenzo
08/03/2014 CURIOSIDADQuemaron cubiertas en la zona roja porque dicen que el municipio no los deja «trabajar», después de las últimas clausuras en los locales Casablanca, Soleil y Can-Can.
Después de concretarse en San Lorenzo la clausura de todos los bares nocturnos —los conocidos burdeles— que continuaban abiertos, el jueves por la noche un grupo de diez personas integrado por presuntos cafiolos montaron un piquete en avenida San Martín y Cayetano Silva, de esa ciudad.
El blanco de las críticas fue el intendente Leonardo Raimundo, a quien apuntaron como el responsable de dejarlos sin su «fuente de trabajo. No puede ser que Raimundo nos deje sin poder trabajar. Por el puerto, históricamente esta ciudad ha tenido lugares para que los hombres se recrearan y pasaran un buen momento. ¿Y ahora qué hacemos?», se quejó a viva voz uno de los «damnificados» al diario digital SL24, y no paraba de mostrarse con una postura hostil hacia los vecinos que se quejaban del ruido y el humo de las gomas que ardían.
Esta reacción de parte de este sector «de la noche» se produjo luego de que las autoridades de San Lorenzo arremetieran contra los burdeles, que fueron clausurados porque «se comprobó que no cumplían con las medidas de funcionamiento exigidas para continuar en actividad», según un parte oficial de la Municipalidad.
Tal cual lo publicó La Capital en su edición de ayer, por primera vez la ciudad vivió el fin de semana pasado sin los conocidos bares nocturnos, y auqe tres de ellos fueron clausurados por el municipio, mientras los dueños de los dos restantes se presentaron voluintariamente y pidieron la baja del derecho de registro de inspección para cesar con la actividad.
Los operativos que se dieran la semana pasada fueron sobre los locales Casablanca, Soleil y Can-Can, donde se encontraron irregularidades que «violaban el rubro» con el que fueron abiertos, tal cual lo contó a este diario el intendente Raimundo.
Mientras tanto, los locales Playboy y el histórico Black Cat (con más de 45 años de trayectoria en el rubro) cerraron por voluntad de sus propietarios.
Quienes regentean la actividad de los otros burdeles resisten a la decisión política de erradicar de San Lorenzo los locales donde se presume que se facilita la prostitución, que es una acción penada por el Código Penal. Por eso, todos los cañones en la protesta de este jueves apuntaban al intendente Raimundo, a quien culparon de «no poder seguir trabajando».
Después de algunas horas de protesta, que generó complicaciones para los automovilistas y despertó la queja de los vecinos, personal policial procedió a desalojar a los manifestantes, informó el portal del grupo Agenda.
El piquete se desarrolló en San Martín y Cayetano Silva, donde comienza lo que en San Lorenzo se reconoce como la zona roja, ahora en vías de extinción.