Bachelet gobernará Chile bajo la presión de los movimientos sociales

Presidenta. Michelle Bachelet deberá mostrar una activa agenda de reformas a un país que cambió mucho.

Presidenta. Michelle Bachelet deberá mostrar una activa agenda de reformas a un país que cambió mucho.

El modo cerrado de hacer política predominante luego del retorno a la democracia ha terminado. La «calle» se ganó su lugar. Mañana asume la presidenta electa. Ya perdió cuatro viceministros por el veto de estudiantes y otros sectores afines.

La presidenta electa de Chile, Michelle Bachelet, volverá mañana al poder enfrentada a una compleja relación con los movimientos sociales, que ya derribaron a cuatro viceministros designados antes siquiera que asumieran sus cargos.

«(Hay que lograr acuerdos) de lo contrario, las protestas van a detener todo y la calle no puede tomar todas las decisiones», admitió la propia líder socialista. Con los inéditos cambios de gabinete ocurridos antes de la investidura presidencial, Bachelet y su equipo político son acusados de «desprolijidades» y falta de «prudencia», como dijo la senadora socialista Isabel Allende, quien asumirá la presidencia de la Cámara Alta.

Renuncias

Desde el retorno a la democracia en 1990, jamás un gobierno encaró una situación similar antes de llegar al poder. Desde la futura oposición de derecha y los empresarios muchos acusan de «debilidad». La primera caída fue la de la viceministra de Educación, Claudia Peirano, cuestionada por el movimiento estudiantil por ser opositora a la demanda de educación pública gratuita, principal promesa de campaña de Bachelet. La última en renunciar fue la viceministra de Defensa, Carolina Echeverría, criticada por los movimientos de derechos humanos por ser hija de un oficial acusado de violaciones a esos derechos y haber bloqueado demandas de víctimas como integrante del primer gobierno de Bachelet (2006-2010).

Presión pública

La presión de la opinión pública también obligó las dimisiones de los designados viceministro de Bienes Nacionales, Miguel Moreno, condenado por manosear a una mujer embarazada en el subterráneo, y del viceministro de Agricultura, Hugo Lara, investigado por estafa. ¿Cómo fueron posibles estos errores? ¿Cómo no previó estos problemas el futuro ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, a cargo de proponer las designaciones a Bachelet? Diversos analistas apuntan a la «falta de calle» de muchas de las nuevas autoridades del equipo político.

Desde el retorno de la democracia en 1990, con el dictador Augusto Pinochet liderando primero el ejército y luego a la oposición en el Senado, la política chilena fue definida casi exclusivamente «entre cuatro paredes», como dijeron sus propios protagonistas en esos años. Hubo una larga transición a la democracia, donde los actores sociales fueron marginados en la práctica de la toma de decisiones, como autoridades y dirigentes ciudadanos admitieron en esa época.

El 2011, año decisivo

Todo cambio en 2011, cuando estallaron unas 6.000 protestas sociales bajo el hoy saliente gobierno de Sebastián Piñera, que dejaron un muerto, más de 3.000 detenidos y 40 periodistas apresados o agredidos por la policía. Pero Bachelet y su ministro del Interior, además de otros asesores, estaban fuera de Chile durante esos años. Por eso muchos creen que no lograron dimensionar inicialmente la profundidad del cambio en el escenario político.

En ese marco, la líder de las protestas de 2011, la comunista Camila Vallejo, aunque dio su apoyo a Bachelet, advirtió que estará «con un pie en el gobierno y otro en la calle». Y no habrá tiempo para mayores acercamientos siquiera. La primera protesta social está ya convocada para el 22 de marzo. La segunda, para el 28 de este mismo mes.

Sin margen

Bachelet sabe que no existe más tiempo o espacio para errores. Por eso ordenó a sus ministros priorizar 50 medidas para los primeros cien días de su gobierno, entre ellas las principales demandas ciudadanas en educación, salud y reforma tributaria.

Recibe a Maduro

La agenda que tendrá hoy la presidenta electa Michelle Bachelet contempla una reunión bilateral con el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, según le aseguraron fuentes del nuevo gobierno al diario La Tercera. La futura mandataria destinará todo el día a reunirse de manera individual con jefes de Estado que lleguan al país para asistir a su asunción.

Fuente: La Capital de Rosario