Pueblo solar – sumarán 66 comunidades de Jujuy, Salta y Bolivia
Un total de 66 comunidades dispersas de Salta, Jujuy y el sur de Bolivia integran un proyecto binacional para incorporar en sus habitantes el concepto de pueblo solar
18/04/2016 MUNICIPIOSUn total de 66 comunidades dispersas de Salta, Jujuy y el sur de Bolivia integran un proyecto binacional para incorporar en sus habitantes el concepto de pueblo solar, en especial de la importancia del aprovechamiento de la radiación del sol para generar energía limpia en los hogares, como ya lo han adoptado ocho poblaciones de la Puna.
Se trata de un “proyecto nuevo” desarrollado en Salta “que podría comenzar a fin de mes, y consiste en la difusión y monitoreo del concepto pueblo solar” en 66 comunidades andinas, dijo hoy directora ejecutiva de la Fundación EcoAndina, Silvia Rojo.
“Son pueblos de Jujuy principalmente, unos cuantos de Salta y cinco de Potosí, en el sur de Bolivia”, detalló.
Hasta ahora, la iniciativa sólo se aplicaba en los parajes San Juan y Oros, Misa Rumi, Lagunillas de Farallón, Paicone, Cusi Cusi, Casa Colorada, San Francisco y Ciénega, por lo que “la idea es difundirlo a lugares en los cuales en algún momento hicimos algo pero no llegaron a completarse” los proyectos, señaló Rojo en diálogo con Télam.
Los ocho pueblos solares que ya tiene Jujuy sólo usan cocinas, calefactores de ambientes y calefones que convierten la luz del sol en calor, además de sistemas que aprovechan de la energía fotovoltaica para generación de electricidad.
Ahora realizarán talleres para explicar en pueblos dispersos del norte cómo aprovechar esta energía térmica -que convierte la luz en calor- para preparar alimentos “con cocinas solares, familiares o comunitarias”, explicó Rojo, quien participará de las actividades junto a un equipo de la Fundación integrado entre otros por una diseñadora industrial y técnicos en ese tipo de artefactos.
También explicarán a los pobladores el aprovechamiento de esta energía sustentable para la calefacción por aire caliente, principalmente en escuelas o centros comunitarios, y el uso de calefones o termotanques solares en casas particulares o en baños comunitarios, los que podrían estar climatizados y a la vez tener agua caliente.
“Es importante que otros pueblos puedan saber qué soluciones podrían tener respecto de la energía solar térmica, para así después generar nuevos proyectos”, indicó Rojo.
EcoAndina, que hace 28 años desarrolla “soluciones sustentables” a través de la adaptación de tecnologías apropiadas, será la encargada de ejecutar el proyecto financiado por la Fundación Mott, de Estados Unidos.
El proyecto “fue presentado el año pasado cuando todavía no había un interés concreto de la provincia en el tema. Ahora, con esta nueva ley de energía solar, existe interés y la pretensión de EcoAndina es que los pueblos realmente tengan una solución para la energía térmica y algún tipo de facilitación para que puedan progresar”, señaló.
La ley a la que aludió Rojo fue sancionada en enero de este año con el objetivo de establecer una política energética sostenible en todo el territorio provincial, en base a la promoción del aprovechamiento de la energía solar en sus diversas formas, ya sea como fuente de generación de electricidad como de calor.
Actualmente, apuntó, “en Argentina todavía no hay leyes que promuevan el uso de la energía solar ni el acceso, o sea de que haya posibilidades de créditos o financiamiento para quienes utilizan energía limpia”.
Lograr un avance de este tipo, dijo, “posibilitaría a estos pueblos a dejar de utilizar energía fósil como gas o combustible, o la proveniente de las plantas leñosas que están produciendo desertificación”, advirtió.
El último pueblo solar jujeño en tener energía limpia es San Juan y Oros, en el norte provincial, a partir de un proyecto conjunto de EcoAndina y la empresa Allianz, que realizó una inversión “que no fue muy alta”.
Durante cinco años, detalló, trabajaron para convertir a San Juan y Oros en un pueblo solar, al que dotaron de “19 cocinas -una para cada familia-, una cocina comunitaria con horno panadero y hornalla, calefacción en la escuela, un parador con dos habitaciones climatizadas con aire caliente y comedor “para que los visitantes puedan parar ahí y estar en un ambiente más cálido”.
También instalaron un baño solar comunitario, climatizado y con duchas solares.
“Fue realmente fue un cambio muy importante en el pueblo, fue un antes y un después de la instalación de los equipos porque esto vino a solucionar problemas graves como por ejemplo la calefacción en las aulas (en invierno la temperatura desciende a 20 grados bajo cero) y con esto levanta unos 15 grados respecto a la marca inicial y hace el ambiente más confortable”, aseguró.
La directora ejecutiva de la Fundación explicó que “los dos primeros años fueron de inversión y los tres siguientes de mantenimiento para lograr que el pueblo incorpore toda esta tecnología”, con artefactos desarrollados íntegramente en Jujuy con una duración de unos 15 años casi sin mantenimiento.