La FAM bonaerense, un reflejo de diáspora de los intendentes del peronismo
La puja por la FAM Bonaerense, prolegómeno de la renovación de autoridades de la FAM nacional, no parece entusiasmar a los intendentes del peronismo, que suman un tercio del padrón a la convocatoria y ponen al frente a Eduardo Bali Bucca.
06/05/2016 POLÍTICALa puja por la FAM Bonaerense, prolegómeno de la renovación de autoridades de la FAM nacional, no parece entusiasmar a los intendentes del peronismo, que suman un tercio del padrón a la convocatoria y ponen al frente a Eduardo Bali Bucca.
La pelea por la FAM Bonaerense, hoy en manos del intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, no parece entusiasmar los corazones de los alcaldes del Frente para la Victoria, que no concurren, al menos masivamente, al llamado para reunir un número suficiente para retenerla.
La última convocatoria del espacio llevó a 20 alcaldes sobre un total de 55, y consagró como candidato a suceder a Descalzo a Eduardo Bucca, intendente de Bolívar, de perfil joven y buen anclaje entre los dialoguistas y los moderados, y no tanto entre el camporismo.
Quienes detentan hoy el poder en la FAM entienden que es ese el último reducto que, desde la neutralidad del ámbito institucional, puede convocar a todas las facciones del peronismo para hacer política.
Más allá del llamado al diálogo de CFK, esa estructura, de la mano de Julio Pereyra, es la única que pudo reunir en el mismo salón a Martín Insaurralde y los suyos y a Fernando Espinoza, por ejemplo. El último encuentro del bloque reunió a Julio Pereyra, Alberto Descalzo, Eduardo Bucca, Juan Zabaleta, Leonardo Nardini, Mariano Cascallares, Verónica Magario, Juan Pablo De Jesús, Francisco Echarren, Gustavo Cocconi, Hernán Yzurieta y a varios exintendentes que hicieron número en la foto, entre ellos el titular del PJ Bonaerense.
El esquema planteado en el último encuentro incluye, además de la conducción de Bucca, la creación de seis secretarías, cuyos titulares no están definidos y se elegirían entre quienes no abrevaron en el armado. Es, en estos términos, una suerte de “carnada” para juntar número.
De surtir efecto la estrategia, el FpV puede reunir hasta 55 intendentes, contra los 64 de Cambiemos y los diez de Massa. En la otra vereda, a pesar del impulso inicial, parecen haber perdido interés en el botín, con lo cual el peronismo se ilusiona con retenerla.