Preocupa que Rosario esté sexta en el ránking de eventos internacionales
Abril y mayo fue el peor bimestre de los últimos años para el sector de hoteles y gastronomía de la ciudad.
26/05/2016 MUNICIPIOSAbril y mayo fue el peor bimestre de los últimos años para el sector de hoteles y gastronomía de la ciudad.
Rosario busca sumar congresos y convenciones como alternativa para remontar un primer cuatrimestre complicado y perspectivas poco favorables para lo que resta del año en el sector. La ciudad se mantuvo en el sexto puesto como destino dentro de la Argentina en la realización de congresos internacionales en 2015 —con 9—, según el ránking de turismo de reuniones que publicó días atrás la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (Icca, por sus siglas en inglés), después de años de crecimiento. En esta movida también hay toda una cadena de servicios asociados que incluye hasta los traductores simultáneos.
Como si eso fuera poco, la hotelería registró en marzo y abril el peor bimestre de los últimos años, incluso respecto de enero y febrero, tradicionalmente bajos.
No obstante, Rosario alcanzó en todo 2015 los 328 encuentros de asociaciones y corporaciones, entre nacionales e internacionales, según informes públicos y privados.
No sólo se redujo el turismo de fin de semana, sino también asociado a la disminución de la actividad corporativa durante la semana. Además, en el rubro congresos y convenciones se desató una guerra entre ciudades —con subsidios de tasas o centros de convenciones públicos—, al tiempo que avanza una concentración de operadores profesionales del sector (OPC) con pooles de compra de eventos.
Entonces, la pelea por captar un mercado que se mantiene estable más allá de los vaivenes económicos, se vuelve atractiva. Así lo reconocieron fuentes del sector durante una jornada con el especialista de la Icca, Santiago González, a la que asistieron ejecutivos, profesionales, funcionarios y empleados del sector hotelero y prestadores de servicios en eventos agrupados en el Rosario Convention & Visitors Bureau, en Puerto Norte.
Referentes del sector ejemplificaron el movimiento de la actividad: un congreso de 300 personas le deja a la ciudad unos 3,5 millones de pesos, más otros 150 dólares promedio diario que gasta cada congresista durante su estadía. De allí la pelea conjunta público-privada para que el congreso del sector agropecuario Aapresid se quedara tres años más en Rosario (se estiman entre 3.500 y 5.000 asistentes) en Metropolitano.
Después de años de crecimiento, distintos actores que participan del negocio de congresos y eventos admitieron que deben retomar una agenda común de trabajo. No arrancan de cero, como tal vez ocurrió una década atrás, pero creen se debe salir como polo y ciudad a pelear congresos nacionales e internacionales. González señaló que en Argentina hay 128 asociaciones globales o regionales que tienen a su presidente o secretario general, la mayoría en Buenos Aires. Y casi la mitad no realizó su congreso en el país.
El negocio del saber. «Los congresos son una parte de la industria del conocimiento y Rosario tiene una importante academia universitaria EM_DASHun activo que no muchas ciudades tienenEM_DASH con la que se debe articular para atraer eventos de este tipo a la ciudad», dijo. Para el especialista, a veces, por ir detrás de los grandes congresos internacionales se pierden de vista otros de menor escala que requieren una menor inversión y que, después, pueden terminar siendo la semilla para el desembarco de eventos más globales de esas mismas ramas de la actividad que hicieron su evento en escala local.
De los 14 mil congresos internacionales de asociaciones que tiene registradas la Icca en el mundo, el 75 por ciento son de entre 50 y mil participantes.
Los ejecutivos, profesionales y funcionarios públicos locales admitieron la necesidad de una especie, primero, de relanzamiento de la «marca Rosario», articulando con sectores empresarios y sociales que, en otros ámbitos, como La Fundación de la Ciudad de Rosario, también vienen manifestando el mismo interés, de mostrar la infraestructura y las capacidades locales para atraer negocios hacia la ciudad, como son los congresos.