Terremoto político en Europa: Alemania reconoció el genocidio armenio y provocó la queja de Turquía
El gobierno de Ankara, aliado clave de Berlín por la crisis de los refugiados, llamó a consultas a su embajador.
03/06/2016 EL MUNDOEl gobierno de Ankara, aliado clave de Berlín por la crisis de los refugiados, llamó a consultas a su embajador.
En momentos en que Alemania cuenta con Turquía como aliado clave para resolver la crisis de refugiados, el Parlamento en Berlín asestó hoy un batacazo sobre el tema más álgido de la diplomacia turca, calificando como «genocidio» la masacre sufrida por los armenios hace 100 años durante el Imperio otomano.
Todos los diputados del Bundestag, a excepción de un voto negativo y una abstención, apoyaron la resolución pese a las advertencias que venía lanzando Turquía. El gobierno en Ankara reaccionó de inmediato llamando a consultas a su embajador en Berlín y alertó que la medida «influirá seriamente» en las relaciones bilaterales.
«Nuestra intención no es sentar a Turquía en el banquillo de los acusados, sino decir que una reconciliación sólo es posible si se llama a los hechos por su nombre», justificó Volker Kauder, jefe parlamentario de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel.
La palabra «genocidio» figura así ya en el título de la resolución impulsada por el partido opositor Los Verdes y consensuada con las tres fuerzas que forman el Gobierno: la CDU de Merkel, su versión bávara (CSU) y los socialdemócratas (SPD).
El texto concluye que el destino de los armenios «ejemplifica la historia de exterminios masivos, limpiezas étnicas y genocidios que el siglo XX registró de forma tan horrenda». También reconoce la complicidad del Imperio alemán, que no intentó frenar la masacre pese a ser aliado del Imperio otomano cuando ocurrían los hechos.
Reacción
La reacción de Turquía fue fulminante. El gobierno en Ankara llamó de inmediato a consultas a su embajador en Berlín y el presidente Recep Tayyip Erdogan insistió en sus advertencias de los últimos días: «La decisión tomada por el Parlamento alemán influirá de un modo muy serio las relaciones entre Alemania y Turquía».
También el viceprimer ministro y vocero del gobierno Numan Kurtulmus consideró «un error histórico» el paso del Bundestag y el Ministerio de Exteriores en Ankara citó al encargado de negocios de la Embajada alemana en Turquía para pedir explicaciones.
Con un tono muy diferente, Merkel intentó descomprimir la tensión. La canciller, que había mostrado su apoyo a la resolución pero no participó en la votación «por cuestiones de agenda», apuntó que los dos países están unidos por «muchas cosas» y destacó el carácter «amistoso y estratégico» de las relaciones bilaterales.
El Imperio otomano asesinó a hasta 1,5 millones de armenios cristianos en la Primera Guerra Mundial, según las estimaciones, sospechando que pactaban a escondidas con la también cristiana Rusia, su rival en la contienda. Turquía, sucesora del imperio, lamentó lo ocurrido, pero rechazó siempre la denominación de «genocidio».
Sin embargo, una veintena de gobiernos, incluyendo los de Francia, Italia y Rusia designaron oficialmente como «genocidio» las matanzas. Hasta el papa Francisco calificó lo ocurrido con los armenios como «el primer genocidio del siglo XX».
Armenia celebró que Alemania se sumara ahora a ese grupo y consideró el voto en el Bundestag como una «valiosa contribución» al debate internacional sobre lo ocurrido.
«Mientras que Alemania y Austria, antiguos aliados del Imperio otomano, reconocen su parte de responsabilidad, las autoridades turcas niegan el hecho irrefutable del genocidio», señaló en Ereván el ministro de Exteriores armenio, Edward Nalbandian.
La escalada de tensión entre Berlín y Ankara abre un capítulo con consecuencias abiertas. Y no sólo para Alemania: Turquía viene de negociar con la Unión Europea (UE) un acuerdo para resolver el drama de los refugiados y su disposición a aceptar devoluciones de solicitantes de asilo es una pieza clave en la estrategia europea.