Neuquén: A 20 años de la pueblada que dio origen a los piqueteros

El 20 de junio de 1996 fue un punto de inflexión en la historia neuquina.

El 20 de junio de 1996 fue un punto de inflexión en la historia neuquina.

Los llamaron piquetes porque se hicieron en las picadas. Y quienes los protagonizaron tenían que tener un nombre: piqueteros.

El 20 de junio de 1996, Día de la Bandera, la provincia de Neuquén comenzaría a escribir un nuevo capítulo en la historia argentina. Nadie imaginaba que se día comenzaría a gestarse una protesta masiva en las ciudades de Cutral Co y Plaza Huincul. Sería la gran pueblada de la comarca petrolera.
A las 9 de la mañana de aquel jueves frío y con viento, una radio local comenzó a convocar a la gente a que proteste en las calles, tras la decisión del gobernador Felipe Sapag de dar de baja un precontrato que su antecesor Jorge Sobisch había firmado con la empresa Agrium para la construcción de la planta de fertilizantes en Cutral Co.

La noticia, que se había conocido el día anterior, había sido un golpe muy fuerte para la comunidad que ya venía sufriendo la peor crisis de su historia luego de la privatización de YPF. Cerca de 4000 personas habían sido indemnizadas, pero el dinero servía de poco porque la producción no existía y todos los que pusieron algún comercio con aquella plata se lo fueron comiendo entre ellos mismos.
Los cortes de gas y de luz por falta de pago eran otro problema sin resolver, más allá de los pedidos, por lo que el malestar era creciente y estaba a punto de explotar.

Nadie recuerda bien a quién se le ocurrió la idea de cortar los caminos. Dicen que fue algo casi espontáneo que se hizo luego de aquella arenga radial.

Ernesto «Jote» Figueroa tenía 44 años y fue uno de los primeros en sumarse a la protesta. De profesión albañil, tenía una familia que mantener y lo que ganaba en changas era algo miserable. «Uno de mis hijos me acompañó a la protesta», dijo al recordar los 20 años de aquel día histórico.
Figueroa reconoce que todo se inició tras una interna del MPN entre blancos y amarillos o felipistas y sobichistas. «No nos importó. Salimos porque la gente estaba harta y no tenía qué comer», aseguró a LM Neuquén.

La convocatoria a la protesta comenzó a correr de boca en boca, pero nadie sabía bien qué hacer para que fuera algo «importante», que se sintiera en toda la provincia y, si fuera posible, en el país.
Los llamados a la radio comenzaron a multiplicarse, aunque no faltaban quienes dudaban puesto que aquel reclamo, que todos creían justo, estaba teñido por la interna del partido provincial. Tanta era la bronca y la impotencia que pocos se acordaron del Día de la Bandera y de los actos que se habían organizado para honrar el emblema patrio.

Inicio: La interna del MPN fue el detonante de una bomba que venía creciendo hacía cinco años.

Durante las primeras horas de la tarde, algunos vecinos comenzaron a salir a la calle y cerca de las 16 se concretó el corte sobre la Ruta 22. El primer piquete estaba instalado, pero todavía no tenía repercusión.

Con el correr de los minutos, más vecinos se fueron sumando a la protesta y otros cortes se instalaron en caminos y picadas de la Comarca hasta que la noticia comenzó a correr rápidamente por los medios de comunicación de la provincia.

De nada sirvió la intervención de la jueza Margarita Gudiño de Argüelles, quien habló de sedición, pero luego se declaró incompetente. Tampoco los 400 gendarmes que el entonces ministro del Interior, Carlos Corach, envió a la zona cuando la situación se había desbordado.

«Yo estaba en el primer piquete esperando que llegara la Gendarmería», recordó Gutiérrez. Todos los manifestantes estaban armados con hondas y piedras para resistir cualquier represión.

Lo que comenzó con pequeños grupos de protesta se fue transformando en una gran pueblada que llegó a reunir a 30.000 personas. Era imposible frenar semejante manifestación popular.

Fue así como los vecinos pidieron la presencia del gobernador Felipe Sapag, quien tuvo que reunir a todo su gabinete en Cutral Co y comenzar a negociar con los indignados manifestantes.

Felipe los escuchó y comenzó a solucionar los problemas más urgentes: entregó bolsones de comida, ordenó la reconexión de los servicios de luz y gas y ofreció empleo en las plantas municipales a quienes ya no podían esperar un día más.

Seis días después del primer corte, finalmente se firmó un acta en la que el Gobierno atendió todos los puntos del petitorio que le habían entregado.

Las palabras «piquetes» y «piqueteros» se extendieron con el correr de los años por todo el país y son el reflejo (no siempre exacto) de la protesta y el hartazgo al que a veces llega la gente. Ambos términos nacieron en Cutral Co hace 20 años. Un día como hoy.

Una nueva pueblada, un año después, también comenzó en la comarca petrolera, pero esa vez tuvo origen en un reclamo sindical.

Figueroa: «Lo más hermoso que me pasó en toda mi vida»

Ernesto «Jote» Figueroa asegura que la pueblada de Cutral Co fue lo más hermoso que le pasó en la vida.
«Es cierto, estalló por una interna del MPN, pero no nos importó si era Sobisch o Sapag. Había hambre y miseria», recuerda.

Figueroa, quien hoy tiene 64 años y todavía se gana la vida como albañil, aseguró que la privatización de YPF marginó a todo el pueblo y lo dejó sumido en la pobreza. «Algunos pusieron kioscos y otros se fueron a vivir a algún lado, pero los que se quedaron acá se fundieron», dijo.

Por eso, aseguró que es muy importante que los concejales hayan declarado el 25 de junio (cuando llegó la Gendarmería) como el Día de la Dignidad de los Pueblos.

Siete años después de aquella protesta, Figueroa también llegó a ocupar un cargo público como concejal. «Fue una muy buena experiencia», aseguró el hombre que dice que es peronista de toda la vida y que aclara que nada tiene que ver con el kirchnerismo.

No obstante, Figueroa es muy crítico también con su partido y los dirigentes, a quienes califica de «atorrantes» e «inoperantes».

«Me declaro incompetente»

«Esto me excede. Yo me declaro incompetente y me retiro de aquí con la Gendarmería», dijo la jueza federal Margarita Gudiño de Argüelles cuando vio la enorme resistencia que habían montado los habitantes de Cutral Co y Plaza Huincul para exigir trabajo y mejores condiciones para vivir.
La jueza sabía que en la comarca petrolera se había armado una gran protesta social, pero nunca imaginó los alcances que tendría.

Fuente: La Mañana Neuquén