Cuba le hace un guiño a la juventud

La titular de la Federación de Estudiantes Universitarios recordó que en diciembre se cumplieron dos años de los anuncios sobre la decisión de Cuba y Estados Unidos de restablecer relaciones.

La titular de la Federación de Estudiantes Universitarios recordó que en diciembre se cumplieron dos años de los anuncios sobre la decisión de Cuba y Estados Unidos de restablecer relaciones.

Con un guiño a la juventud y al recambio generacional, Cuba celebró ayer, un día más tarde de la fecha exacta de la gesta, un nuevo aniversario del levantamiento popular que derrocó al dictador Fulgencio Batista. Con un masivo acto que convocó a miles, el 58º aniversario de la Revolución Cubana estuvo encabezado por el presidente Raúl Castro –y la figura del líder cubano Fidel Castro, que sobrevoló el encuentro– y en el cierre tuvo a una representante del área juvenil, que en su discurso ratificó la vigencia del proceso que atraviesa la isla. “Cuba no cederá en la defensa de sus principios revolucionarios y antiimperialistas, y no olvidará su historia y sus símbolos, ni renunciará a sus compromisos. A nuestra juventud, heredera y continuadora de las luchas y victorias de nuestro pueblo, dedicamos este aniversario”, proclamó Jennifer Bello, única oradora del encuentro, diputada, titular de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y miembro del Consejo de Estado.

La ceremonia fue encabezada por una cúpula octogenaria que lanzó ayer, en forma de masiva parada militar, un mensaje en el que proclamó la vigencia de una Revolución que perdió hace poco más de un mes a su líder. Miles de cubanos desbordaron la Plaza de la Revolución, con banderas de la isla y carteles que recordaban a Fidel Castro, mientras su hermano Raúl y los representantes del gobierno ocupaban los lugares centrales de la tribuna. Entre los invitados al acto estuvieron dos líderes de las FARC de Colombia, Rodrigo Londoño, alias Timochenko e Iván Márquez –el acuerdo de paz se negoció en La Habana-, y la viuda de Fidel Castro, Dalia Soto, tomada del brazo de uno de sus cinco hijos.

En el discurso de la titular de la FEU estuvo marcado por cierto tono de misiva soberanista dirigida a Washington, a pocos días de la asunción del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien se manifestó en contra de la política de acercamiento impulsada por Barack Obama. De entrada, Bello recordó que en diciembre se cumplieron dos años de los anuncios sobre la decisión de Cuba y los Estados Unidos de restablecer las relaciones diplomáticas y de iniciar un proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales. En ese sentido, la diputada señaló que “no habríamos llegado a este momento sin la heroica resistencia del pueblo cubano y su lealtad a los ideales y principios que lo han guiado a lo largo de su historia como nación”.

Por otra parte, Bello dejó en claro que algunos reclamos van más allá del recambio: insistió en exigir el levantamiento del bloqueo que Estados Unidos mantiene sobre la isla y pedir la devolución de la base naval de Guantánamo a la isla. “Cuba tampoco dejará de exigir el fin de los programas subversivos e injerencistas, dirigidos a provocar cambios en el orden político, económico y social que nuestro pueblo escogió soberanamente”, advirtió la legisladora.

Como Raúl Castro no habló de la cuestión el 27 de diciembre, cuando cerró la sesión de la Asamblea Nacional, las palabras de Bello fueron las primeras oficiales sobre los riesgos del proceso de deshielo a partir de la inminente llegada de Trump a la Casa Blanca. En su opinión, aún queda mucho por hacer en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, por lo que consideró que el proceso será largo.

La dirigente declaró el sistema nacional actual como “Martiano” (por el prócer José Martí), socialista y fidelista, y aseguró que el proceso contará con el respaldo de la juventud. El llamado relevo generacional tendrá un punto fuerte en febrero del 2018, cuando haya elecciones en las que el presidente Castro no será candidato, según él mismo anunció.

Con todo, el protagonista indiscutible de la jornada pareció ser Fidel Castro, presente en fotografías, citas y consignas, de las que la más coreada fue la misma que se usó durante los actos fúnebres por su muerte, hace poco más de un mes: “Yo soy Fidel”. El desfile, ensayado puntillosamente y que se dividió en bloques histórico, militar y popular, comenzó con puntualidad a las 7, con 21 salvas de artillería y el himno cubano.

Abrió la marcha la caballería mambisa, que representaba a los soldados campesinos que lucharon contra España en 1868 en la primera de las guerras de independencia. Después, cuatro columnas de jóvenes vestidos como guerrilleros desfilaron en homenaje al ejército Rebelde que comandó Castro, seguido por 3.000 niños de uniforme que agitaron sus pañuelos azules y la réplica a escala del yate “Granma”, del que desembarcó en Cuba, en 1956 y proveniente de México, el grupo que 3 años después triunfaría sobre la dictadura de Batista. Desfilaron también brigadas alfabetizadoras, combatientes internacionalistas, médicos, deportistas y batallones de todas las instituciones de las Fuerzas Armadas que dieron paso al desfile popular, al que acudieron miles de personas. “Somos Fidel”, “Yo me muero como viví”, “Sí se pudo, sí se puede y sí se podrá” o “Somos el pueblo” fueron de las consignas que se repetían en las pancartas que asomaban entre miles de banderas cubanas de todos formas y colores.

Fuente: Página 12