El próximo balotaje francés será un referéndum acerca de Europa

Los europeístas interpretan como una gran victoria el 24 por ciento de Macron, pero los candidatos eurófobos, euroescépticos y eurorreticentes obtienen más del doble de los sufragios.

Los europeístas interpretan como una gran victoria el 24 por ciento de Macron, pero los candidatos eurófobos, euroescépticos y eurorreticentes obtienen más del doble de los sufragios.

París, Bruselas. Europa recibió ayer con alivio el resultado electoral francés, que abre las puertas del Elíseo a Emmanuel Macron. “La segunda vuelta es un referéndum sobre Europa”, resumió el comisario europeo Pierre Moscovici ante un grupo de corresponsales comunitarios en Bruselas. El responsable de Asuntos Económicos del Ejecutivo de la Unión Europea mostró un apoyo rotundo, cerrado y categórico a Macron para la segunda vuelta de las presidenciales previstas para el próximo 7 de mayo.

“Hay un candidato proeuropeo, Macron, y una candidata que quiere salir del euro y romper la Unión Europea, Marine Le Pen”, afirmó el socialista francés Moscovici. “Europa debería hacer todo lo que esté en su mano para conseguir que Le Pen tenga el menor apoyo posible en segunda vuelta”, agregó el funcionario. “Votaré por Macron, por Europa y contra el Frente Nacional”, subrayó, después de que el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, diera también apoyo explícito a la última esperanza del europeísmo continental.

Algunos suspiros pueden ser atronadores: el respiro de alivio en Bruselas fue ayer como un redoble de tambor. Las presidenciales francesas eran una suerte de finalísima para el populismo continental, después del Brexit, la elección de Donald Trump en Estados Unidos y una primera derrota para los ultras en Holanda hace unas semanas.

Todos los sondeos dan ahora la victoria por un amplio margen a Macron en la segunda vuelta; lo contrario, el triunfo de Le Pen, podría provocar la salida de Francia del euro y la posterior ruptura de la Eurozona. Con la derrota de François Fillon queda afuera la agenda más liberal (o neoliberal), una versión francesa del thatcherismo; con Jean-Luc Mélenchon fuera de la segunda vuelta, se elimina también la agenda de la izquierda, más aún con la peor derrota del Partido Socialista Francés desde 1969 y la socialdemocracia tradicional en peligro de extinción en varios países de la Europa continental.

Moscovici, sin embargo, alertó contra voces que hablan del final de la ola populista. “El escenario catastrófico de una presidenta del Frente Nacional no va a producirse, pero el resultado de la primera vuelta da cuenta de un país muy fragmentado, fracturado, y la obligación de franceses y europeos es estar vigilantes de cara a la segunda vuelta”. También en Berlín el paso de Macron a la segunda vuelta ha supuesto un alivio que desde los despachos oficiales no se han preocupado demasiado en ocultar. Con el Reino Unido de salida y las fuerzas eurófobas galopando a buen paso por el continente, la sintonía y la complicidad entre París y Berlín es un factor crucial para la estabilidad del proyecto europeo. Macron consigue una victoria sólida y los sondeos le dan la presidencia con claridad el 7 de mayo.

Los europeístas interpretan como una gran victoria el 24 por ciento de Macron, pero los candidatos eurófobos, euroescépticos y eurorreticentes obtienen más del doble de los sufragios. Le Pen sigue en carrera y su victoria sería una suerte de Stalingrado: ni siquiera los mercados le han puesto precio. En cambio, Macron tiene el viento a favor de inversores y de instituciones de la UE. Las ideas liberales del candidato de ¡En Marcha! suenan a música celestial en Europa.

Fuente: La Voz