EE.UU. expulsó a 15 diplomáticos cubanos

Desde noviembre de 2016, 22 diplomáticos estadounidenses en Cuba han sufrido alteraciones en su estado de salud, que Estados Unidos califica como “ataques”. Cuba reaccionó con indignación a la decisión de Washington.

Desde noviembre de 2016, 22 diplomáticos estadounidenses en Cuba han sufrido alteraciones en su estado de salud, que Estados Unidos califica como “ataques”. Cuba reaccionó con indignación a la decisión de Washington.

Estados Unidos anunció ayer la expulsión de 15 diplomáticos de la embajada de Cuba en Washington para asegurar la “equidad” entre los dos países, cuatro días después de ordenar salir de la isla a más de la mitad de sus funcionarios hasta que se aclaren los misteriosos ataques a la salud que están sufriendo. “La decisión se tomó por la incapacidad de Cuba de dar los pasos apropiados para proteger a nuestros diplomáticos de acuerdo con sus obligaciones bajo la Convención de Viena”, dijo el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson. “Esta orden garantizará equidad en nuestras respectivas operaciones diplomáticas”, añadió en un comunicado. La medida supone un nuevo golpe a la política de deshielo con Cuba que llevó a cabo el presidente demócrata Barack Obama, que en 2015 retomó las relaciones con la isla tras más de 50 años de ruptura.

Cuba reaccionó con indignación a través de su ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez. “El gobierno de Estados Unidos, con estas acciones políticamente motivadas e irreflexivas, es el responsable del deterioro presente y probablemente futuro de las relaciones bilaterales”, dijo en una rueda de prensa en La Habana.

El Departamento de Estado entregó una lista al embajador cubano en Washington con los nombres de las personas cuya partida pide en el transcurso de los próximos siete días, explicó hoy un alto funcionario del departamento de Tillerson bajo condición de anonimato. Estos diplomáticos no han sido declarados, no obstante, personas no gratas. “No es una señal de cambio en las relaciones ni una atribución de culpabilidad a Cuba de los ataques”, dijo a la prensa el funcionario citado. “Continuamos manteniendo relaciones diplomáticas con Cuba”, manifestó Tillerson por su parte.

Estados Unidos ha dejado en su embajada en La Habana el personal mínimo necesario para emergencias y para asistir a los norteamericanos en la isla. La tramitación de visados regulares ha quedado suspendida allí. Y el Departamento de Estado recomendó a los ciudadanos estadounidenses que no se desplacen a la isla. Desde noviembre de 2016, 22 diplomáticos estadounidenses en Cuba han sufrido alteraciones en su estado de salud, que Estados Unidos califica como “ataques”, con síntomas como pérdida de audición, mareos, zumbidos, dolores de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultades para dormir. La cifra dada hoy es superior en una persona a la que se conocía hasta ahora porque ha habido una reevaluación de alguien que sufrió síntomas en enero.

El sindicato del Servicio Exterior de Estados Unidos aseguró recientemente que algunos sufrieron además “lesiones cerebrales traumáticas leves”. El último episodio registrado por el Departamento de Estado se dio en agosto. En mayo ya expulsó a dos diplomáticos por este tema, por lo que el total ahora es de 17. Los ataques, que medios estadounidenses describen como “acústicos”, tuvieron lugar en residencias del personal diplomático y en hoteles que frecuentan ciudadanos norteamericanos. La Habana ha reiterado no tener nada que ver con los ataques y Washington no ha acusado nunca hasta ahora al Gobierno de Raúl Castro de estar detrás.

Estados Unidos colabora en la investigación que lleva a cabo Cuba y dirige en paralelo una propia. No descarta que haya un tercer país detrás de lo que está pasando. Pero nadie sabe cuál es la fuente que ha generado los problemas de salud a los estadounidenses. El Departamento de Estado no tiene conocimiento de un caso similar en alguna otra de sus embajadas en el hemisferio occidental. “Hemos tenido un problema realmente grande en Cuba, tendremos algo que decir sobre esto bastante pronto”, dijo Donald Trump el viernes pasado después de que el Departamento de Estado anunciara la retirada de más de la mitad del personal de la embajada hasta que se aclaren las cosas. “Han hecho algunas cosas malas”, manifestó el presidente de Estados Unidos.

Desde el Departamento de Estado se aclaró que la petición a Cuba para que saque a los 15 diplomáticos de Washington no significa una escalada en lo que medios estadounidenses califican como crisis en las relaciones. “Refleja un proceso en desarrollo”, indicó el funcionario que habló con los periodistas. No obstante, nadie explicó por qué la medida de expulsar a los cubanos se acordó ayer y no el viernes, cuando se ordenó la salida de los estadounidenses de la isla.

Aquel día, el senador republicano Marco Rubio, una de las voces a las que más atención presta Trump en este tema, igual que en el de Venezuela, instó al Departamento de Estado a expulsar al mismo número de cubanos de la legación en Washington que los que ordenó salir del país caribeño. “La embajada de los Estados Unidos en La Habana debería ser reducida a una sección de intereses y debemos estar preparados para considerar medidas adicionales contra el régimen de Castro si estos ataques continúan”, manifestó hoy Rubio.

Fuente: Página 12