Masivo paro general en Nicaragua contra el gobierno sandinista

La protesta fue contra la violencia de policías y paramilitares del presidente Ortega, que ayer igualmente mataron a otros tres manifestantes.

La protesta fue contra la violencia de policías y paramilitares del presidente Ortega, que ayer igualmente mataron a otros tres manifestantes.

Nicaragua se paralizó ayer por completo por un paro convocado por la oposición contra el presidente sandinista Daniel Ortega para obligarlo a cesar la represión, pero los ataques a tiros de policías y grupos paramilitares contra los manifestantes recrudecieron en varias ciudades, aumentando a 161 el número de muertos en casi dos meses de protestas populares.

En la jornada, tres personas fallecieron en ataques armados de paramilitares y bandas violentas progubernamentales contra las barricadas de manifestantes en Nagarote (noroeste), Tipitapa (Managua) y Masatepe (sur), indicó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

El paro fue casi total en Managua, la capital y la ciudad más importante del país, y en los departamentos de Masaya, Granada (sur), Matagalpa, Estelí, Nueva Segovia (norte) y León (noroeste).En la capital, las calles lucían desoladas con algunos pocos autobuses circulando casi vacíos y presencia policial en varios puntos de la ciudad, observó la agencia AFP.

El paro de 24 horas fue convocado por la opositora Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia, que agrupa a amplios sectores sociales: empresarios, estudiantes y miembros de la sociedad civil, como forma de presionar al gobierno sandinista a detener los violentos ataques contra manifestantes y pobladores de sus fuerzas antichoques y bandas violentas afines al gobierno.

El paro «es una forma de presionar a este gobierno que está haciendo atrocidades, queremos una Nicaragua libre», dijo una habitante de un barrio capitalino, donde la gente sonó las cacerolas en repudio al mandatario sandinista.

Nicaragua vive un clima permanente de protestas que tiene bloqueadas sus principales rutas con casi 900 «tranques» y barricadas en ciudades semiparalizadas desde que el 18 de abril estallaron las manifestaciones contra una fallida reforma de la seguridad social. Pese a que Ortega dio marcha atrás con la reforma, las protestas continuaron y se extendieron, como una muestra de disconformidad de fondo contra el gobierno de Ortega, quien gobierna desde 2007 con su esposa Rosario Murillo como vicepresidente y mano derecha. Al autoritarismo creciente del matrimonio se suman acusaciones de corrupción generalizada. Los empresarios, aliados clave del gobierno sandinista durante muchos años, lo abandonaron ahora, al ver la popularidad y extensión del rechazo a Ortega.

Los mercados, bancos, supermercados, tiendas, estaciones de servicio y la mayoría de pequeños expendios de comida en los barrios de Managua y otras ciudades no abrieron sus puertas, mientras que en los colegios públicos los maestros quedaron esperando a los alumnos. «Está palmado (vacío) todo, la huelga la está apoyando la población», dijo el taxista Pablo Ramírez, quien desistió trabajar por falta de pasajeros.

El popular mercado oriental de Managua, con más de 20.000 negocios y 2.000 vendedores ambulantes que inician sus actividades en la madrugada, lucía abandonado, custodiado a su alrededor por barricadas para defenderse de saqueos. «El mercado está apoyando el paro», dijo Liliam Gámez, empleada de una tienda, que llegó a trabajar porque el jefe le pidió que cuidara el negocio. La inmensa mayoría de tiendas del mercado Roberto Huembes, en otro punto de la ciudad, no trabajaron, mientras que el resto de centros comerciales de la capital tampoco abrieron.

En medio del paro, paramilitares dispararon contra manifestantes en las ciudades de Nagarote, Tipitapa y Masatepe, causando al menos tres muertos y varios heridos, confirmó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que contabiliza hasta ayer 161 muertos.

«Están disparando!, gritaba la población de Tipitapa, donde centenares de mujeres salieron a la calle a sonar las ollas.También se produjeron ataques paramilitares en las ciudades de Jinotepe, Diriamba y León.En Managua, algunos barrios y la Universidad Autónoma de Nicaragua (UNAN), trinchera de estudiantes en protesta, fueron atacados por la madrugada. En Masaya, paramilitares armados «dispararon a mansalva a las trincheras», causando un herido de bala.La policía de este antiguo bastión sandinista continúa sitiada con barricadas que son defendidas por jóvenes con piedras y morteros caseros.

Fuente: La Capital