Sin trabajo estable ni changas, la realidad en muchos barrios santafesinos

Referentes vecinales de Villa del Parque, Centenario, Alto Verde, Santa Rosa de Lima, La Tablada y San Agustín; realizan una lectura del panorama actual para muchas familias santafesinas.

Referentes vecinales de Villa del Parque, Centenario, Alto Verde, Santa Rosa de Lima, La Tablada y San Agustín; realizan una lectura del panorama actual para muchas familias santafesinas.

De acuerdo a los datos aportados por Instituto nacional de Estadística y Censos (Indec), para no caer en la pobreza una familia tipo necesitó 21 mil pesos en agosto, aproximadamente, –de acuerdo al relevamiento realizado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Teniendo en cuenta ese guarismo, no es difícil imaginar las dificultades que están atravesando en la actualidad aquellos que perciben un haber mínimo jubilatorio que representa $8.637,13 a partir del 1 de septiembre, cuando se aplicó un aumento del 6,68%; o que solo cuentan con el respaldo de una Asignación Universal por Hijo de $1.684.

El mismo impacto sienten aquellos que perciben la Puam (Pensión Universal para el Adulto Mayor) que ahora alcanzó los $6.909,70 o una Asignación Universal para Hijo con Discapacidad de $5.491.

Y de igual modo están los que están desempleados en el Gran Santa Fe (Santa Fe, Santo Tomé, San José del Rincón, Arroyo Leyes, Recreo y Sauce Viejo), 15.000 personas de acuerdo a lo reflejado por la Encuesta Permanente de Hogares del Indec en el segundo trimestre de 2018. Algunos de estos últimos pueden haber tramitado el subsidio nacional de cobertura para este tipo de casos que alcanza los $3.982. Todas cifras muy lejanas de la suma que necesita una familia tipo para cubrir sus necesidades alimentarias.

“Lamentablemente puedo afirmar que cada vez hay más desempleados en el barrio. No hay trabajo y tampoco changas. Se cortó todo y la gente está desesperada”, aseguró a UNO Santa Fe María Ledesma, la presidenta de la vecinal Villa del Parque, quien afirmó que en la zona se vislumbra un importante incremento de pedidos de asistencia en los comedores.

“En el comedor Teresa Rocco –ubicado en Padre Catena 4500–, donde se ofrece desayuno, almuerzo y vianda nocturna a adultos mayores, el número de asistidos se incrementó notablemente. De 28 que iban el año pasado, pasaron a tener 35, más los 19 que solo llevan vianda por no poder concurrir”, agregó la mujer.

Un panorama similar describió sobre su barrio el vecinalista de Santa Rosa de Lima, Miguel Verón, al detallar que en los últimos meses se vieron obligados a incrementar en un 25% el número de raciones del comedor nocturno que funciona en la sede de su entidad, teniendo en cuenta que antes cocinaban una olla y media de 100 litros y hoy sí o sí deben hacer dos.

Asimismo, el hombre afirmó que por estos días asisten al comedor vecinos que «nunca había imaginado ver, porque era gente que siempre estuvo peleándola pero dentro de todo estaba bien, tenía sus changas y ahora no tiene otra alternativa para darle de comer a sus hijos».

Desde su Alto Verde natal, Rolando, del paraje La Boca, también le comentó a UNO Santa Fe que la situación de sus vecinos “está muy complicada” y aseveró: “En nuestro paraje, la mayoría se dedica a la pesca y la albañilería, y este segundo rubro está muy resentido ahora. La gente la está pasando mal, incluso los que salen a cortar pasto nos cuentan que ya no están trabajando como antes, a pesar de ser una changa dentro de todo barata”.

Al respecto, detalló que “son cada vez más los que se nos acercan a preguntar si tenemos algo para dar». «Son tiempos muy duros”, dijo.

Otros barrios

Panorama aparte tienen los vecinos de San Agustín y La Tablada. Hasta allí llegan todos los fines de semana los jóvenes del grupo de autoconvocados Lazos, quienes impulsan una copa de leche en el primer barrio y además están juntando fondos para organizar un comedor nocturno en el segundo.

“Los mismos vecinos fueron los que comenzaron a gestar la idea del espacio comunitario para la cena, cuando empezaron a notar que cada vez se les hacía más difícil conseguir los insumos para preparar una comida en sus casas”, contó Sofía, una de las voluntarias. Y agregó: “Acá la falta de trabajo es una constante”.

Coincidente con sus dichos opinaron los vecinos de Centenario, que colaboran en distintas instituciones de la zona y fueron consultados por este medio a los fines de tener una radiografía de cómo se vive “la crisis” en los barrios de la ciudad capital de la provincia.

En esa línea, José, presidente de esa vecinal, aseguró: “La frase «hacer la diaria» volvió a estar en el vocabulario de los vecinos que antes tenían por lo menos trabajos temporales que podían darle una seguridad. Hoy notamos más necesidades”, cerró.

Fuente: Uno