La pobreza detectada en Casilda está por encima de la media nacional
El dato surge de un relevamiento comunitario de seguridad social realizado por profesionales de la UNR.
05/11/2019 MUNICIPIOSEl dato surge de un relevamiento comunitario de seguridad social realizado por profesionales de la UNR.
La preocupante realidad socioeconómica que viven centenares de familias casildenses, quedó reflejada en un relevamiento comunitario de seguridad social que arroja datos tan reveladores como alarmantes en materia de necesidades insatisfechas.
El trabajo demuestra que la pobreza en la cabecera del departamento Caseros, donde viven cerca de 40 mil habitantes, trepó a un 44 por ciento, lo que está por encima de la media nacional del 35,4 por ciento, según la última medición realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) en el primer semestre de septiembre, cuyo organismo también toma como indicador los niveles de ingreso del grupo familiar como se hizo en la comunidad casildense.
La situación es aún peor en el populoso barrio Nueva Roma, que supera ampliamente el promedio general con un 64 por ciento de su población por debajo de la línea de la pobreza. Y no menos elocuente resulta que el 14 por ciento que forma parte del universo de pobres no pueda cubrir la canasta alimentaria.
El relevamiento se inscribe en el marco de un convenio de colaboración entre la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la Comisión Bicameral de Seguimiento de Fondos de la Seguridad Social que, entre otros legisladores, integra la senadora nacional por Santa Fe, María de los Angeles Sacnun, quien impulsó la iniciativa.
Después de debutar en territorio rosarino, Casilda se convirtió en la segunda ciudad santafesina en formar parte del sondeo que, entre otras variables, apuntó a conocer inquietudes, preocupaciones y necesidades de jubilados y otros sectores de la sociedad.
El informe sobre los resultados del trabajo desarrollado entre julio y agosto por un equipo de profesionales de la UNR fue presentado en el Salón Dorado de la Municipalidad ante la presencia de representantes de instituciones locales vinculadas al tema y del Concejo Municipal, cuyo organismo planteó oportunamente la posibilidad de que Casilda sea integrada al relevamiento.
De la información recabada no solo resulta preocupante los altos índices de pobreza sino también aspectos vinculados con el campo laboral ya que un 49 por ciento de la franja de personas que trabajan no está registro, algo que supera lo identificado en Rosario donde la informalidad detectada fue de un 27 por ciento.
«Que sólo un 51 por ciento esté en relación de dependencia y el resto no registrado es alarmante ya que esa debilidad en las relaciones laborales se traduce en la cobertura en salud, donde un 41 por ciento de los encuestados asiste a la salud pública, un 22 por ciento a Pami, un 21 por ciento cuenta con obra social, un 14 por ciento con prepaga, y un 2 por ciento con mutual. Evidentemente el alto porcentaje de asistencia a los efectores públicos está estrechamente vinculado con el desempleo, que es de un 13 por ciento, y el trabajo informal registrado en la muestra».
Así lo evaluó la licenciada en ciencia política, Franca Bonifazzi, quien fue una de las responsables del trabajo junto a la abogada previsionalista y coordinadora del grupo, Liliana Coronel, y al antropólogo, Juan Irigoitia, quien diseñó y monitoreó los cuestionarios realizados.
De los encuestados un 96 por ciento manifestó que los aumentos previsionales fueron «insuficientes» mientras que un 44 por ciento aseguró haber accedido a un crédito de Anses en los últimos tres años, siendo los titulares de la AUH quienes más lo requirieron, mayoritariamente (en un 70 por ciento), «para pagar alimentos, vestimenta, impuestos y cancelar deudas», explicaron los profesionales.
Asimismo apuntaron que «del relevamiento se desprende un alto nivel de desconocimiento sobre las medidas previsionales, pero mucha facilidad por parte de Ansés para promover el crédito y comprometer en endeudamiento a los sectores más desfavorecidos».
De lo relevado «el tránsito por la escolaridad es el indicador que se presenta más favorable ya que solo un 13 por ciento no finalizó el primario, el 66 por ciento asistió al nivel secundario y finalizó un 49 por ciento mientras que un 30 por ciento accedió a estudios superiores y terminó un 17 por ciento».
Cabe resaltar que del total de los consultados un 60 por ciento percibe prestaciones de la Ansés, tal el caso de los jubilados casildenses de los cuales el 55 por ciento accedió a su haber por moratoria previsional y solo un 20 por ciento ingresó al programa de reparación histórica.
Al respecto, Coronel recordó que «la Ley de moratoria previsional y la ampliación del salario familiar a los trabajadores informales a través de la AUH permitió ubicar a Argentina como uno de los países con mayor cobertura de protección social alcanzando un 97 por ciento de la población, lo que se puso en jaque con la reforma previsional y el ajuste a través de las modificaciones de la movilidad».
En ese contexto señaló que «la naturaleza del organismo fue modificándose, siendo hoy uno de los que brinda políticas de créditos masivos a los sectores populares, con tasas por encima del 54 por ciento».
Sobre el estudio, Bonifazzi explicó que «Casilda fue incorporada como una ciudad de contraste con Rosario al estar en el corazón del centro de desarrollo agro-pampeano». Así se avanzó por los barrios Barracas, Alberdi, Yapeyú, Centro, Nueva Roma, Timerman, San Carlos, Parque, Empleados de Comercio, UOM, Granaderos a Caballo y Los Robles «donde se abordaron variables sobre la situación socioeconómica de la población así como el nivel de conocimiento y la opinión sobre las leyes previsionales además de hurguetear sobre el acceso y el destino a los créditos de Ansés», puntualizó.
El relevamiento también sumó preguntas abiertas que generaron elocuentes respuestas que fueron volcadas en el informe, las cuales ponen de relieve «la gran deuda social pendiente en la localidad de Casilda», dijo Bonizza.
Entre los testimonios publicados se destaca el de una mujer desempleada y madre de tres hijos, quien aseguró que «hace dos años que no compramos ropa y comemos sobras de la carnicería». Igual de duro fue el relato de un hombre de 59 años al sostener: «Cortaba pasto para la Municipalidad hasta que en marzo perdí el trabajo y hay días que no sé para dónde agarrar. No tenemos comida, pasta de dientes, ropa, ni detergente».
Presentación. Los resultados del trabajo fueron expuestos en el Salón Dorado del municipio casildense.
Los números de la desigualdad
«Lo recabado en este estudio revela la gran deuda social pendiente de respuesta en la ciudad de Casilda»