Castricone: «La situación social en los barrios rosarinos es muy difícil»

El sacerdote puso de relieve que, pese a la gravedad de la situación, "hay mucha contención por parte del Estado".

El sacerdote puso de relieve que, pese a la gravedad de la situación, «hay mucha contención por parte del Estado».

El sacerdote de barrio Tablada Claudio Castricone analizó ayer el último informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), que reveló que el índice de pobreza en el país llega al 38 por ciento, calificó como «muy difícil» la situación en los barrios de Rosario y descartó de plano que puedan producirse estallidos sociales hacia fin de año.

«Si no hay agitadores, vamos a tener un fin de año tranquilo. Nuestros movimientos sociales y los pobres saben que los muertos los ponen ellos», destacó el religioso.

En ese sentido, puso de relieve que «hay mucha contención del Estado y de las organizaciones sociales», y consideró que «la gente también está esperanzada en que la situación mejore con el próximo gobierno».

A la hora de identificar las causas que llevan a que en los barrios la situación esté muy difícil, no dudó en apuntar a «la falta de empleo y la inflación, que no deja de subir».

Castricone se mostró algo optimista de cara al futuro y admitió que «el clima está más tranquilo. Sinceramente no veo un estallido social como pudo haber pasado en otra época. Hay mucha contención social de parte del Estado y de los movimiento sociales. Si bien la cosa no está para nada bien, hay una contención», aseguró en declaraciones a La Ocho.

El cura consideró que ese clima de tranquilidad «tiene que ver también con la gran esperanza que hay en la gente. Un gobierno nuevo siempre despierta esperanza. Eso influye psicológicamente en el pueblo, que espera el 10 de diciembre como si mágicamente se resolvieran todos los problemas».

«Si bien veo que la situación está mal, la gente está tranquila. Creo que si no hay agitadores, tendremos un fin de año tranquilo. Esto es algo que nuestros movimientos sociales y los pobres lo saben, porque los muertos los ponen ellos», sentenció.

Cifras que duelen

En octubre de este año, el Indec reveló que el porcentaje de población pobre en el total de 31 aglomerados se elevó 8 puntos porcentuales. En Rosario, la diferencia fue de 10,6 puntos porcentuales. Esta mayor velocidad de pauperización puede obedecer a varias razones. La crisis económica golpea duro a la región por el entramado industrial que alberga. El sector fabril es uno de los más castigados por este modelo, como lo volvieron a denunciar por esos días gremios y cámaras empresariales metalúrgicas. Se suma que el mercado de trabajo padece la crisis y la falta de una estructura de empleo público que acolchone la destrucción de empleo.

El índice de pobreza aumentó más de 10 puntos en el Gran Rosario durante el último año, al ubicarse en el 35,5 por ciento al término del primer semestre de 2019. En la región se contabilizaron, a mitad de año, 466.123 personas pobres, de las cuales 74.712 son indigentes.

Evangélicos en alza

Castricone fue consultado además sobre una encuesta realizada por el Conicet que reveló que en la última década cayó diez puntos la cantidad de personas que profesan la fe católica y a la vez subió el porcentaje de quienes adhieren al culto evangélico.

«No sólo notamos un corrimiento hacia los evangélicos. También vemos un corrimiento hacia la incredulidad y el delito. Dejar de creer en algo. Esto lo atribuyo a una Iglesia que ha querido vivir de rentas. Es decir de lo que antes se sembró, y ahora dejamos de sembrar. Una iglesia muy estática, poco misionera, un catolicismo cómodo, que se quedó con sólo ir a misa, con rezar, pero con poca actitud misionera, apostólica y evangelizadora», subrayó.

Fuente: La Capital