A dos meses de las elecciones legislativas, Colombia ya imagina un nuevo mapa político

El 13 de marzo, casi 39 millones de colombianos concurrirán a las urnas para elegir 108 senadores y 188 representantes -equivalente a diputados-. Un primer testeo para los comicios que el 29 de mayo determinarán al sucesor del presidente Iván Duque.

El 13 de marzo, casi 39 millones de colombianos concurrirán a las urnas para elegir 108 senadores y 188 representantes -equivalente a diputados-. Un primer testeo para los comicios que el 29 de mayo determinarán al sucesor del presidente Iván Duque.

Colombia está a dos meses de un primer proceso electoral que dará señales hacia los comicios presidenciales de mayo, en los que, a diferencia de otros años, el uribismo no parece llamado a tener un rol central y la violencia de la guerrilla está corrida del centro de la discusión, por lo que se perfila un debate concentrado en el modelo económico, con Gustavo Petro como el candidato más decidido a un cambio más profundo.

Como la mayor atención se la llevan, claro, las presidenciales del 29 mayo, las legislativas de marzo parecen desatendidas, aunque no solo definirán el Congreso con el que gobernará el próximo mandatario, sino que además mostrarán muy claramente cómo está parado cada partido y cada alianza para la contienda principal.

A diferencia de lo que pasó en las últimas décadas, cuando el eje era cómo resolver el conflicto armado, este punto no es central ahora -aún cuando existe un rebrote de la violencia-, sino que la mirada está puesta en lo que habitualmente se denomina «modelo».

La disyuntiva, en ese punto, se expresa en un interrogante: ¿sostener el sendero socio-político-económico que mantuvieron Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque, o dar un giro de relevancia?

Por lo pronto, hay una primera pulseada doble el 13 de marzo, una hacia afuera de los partidos y coaliciones y otra hacia adentro: se elegirán 108 senadores y 188 representantes -equivalente a diputados-, pero también se definirán las candidaturas a presidente en lo que los locales llaman «consultas interpartidistas».

Para los casi 39 millones de ciudadanos en condiciones de votar será un escenario inédito: irán a las urnas en medio de una severa crisis -hubo casi cuatro meses de paro general el año pasado- y en plena emergencia sanitaria, económica y social.

Las elecciones legislativas serán las primeras después de las de 2019, en las que las principales alcaldías del país quedaron en manos de mandatarios de izquierda, alternativos o independientes, aunque los partidos tradicionales ratificaron su fortaleza a nivel regional.

Desde aquel momento y hasta la actualidad, Colombia fue de alguna manera espectadora del avance y, el regreso al poder en algunos casos, de la izquierda y la centroizquierda en la región: México, Argentina, Bolivia, Perú, Honduras y -el más fresco- Chile fueron cronológicamente en esa dirección.

Un punto a tener en cuenta en la pulseada por el Congreso es que dos de las principales alianzas (Pacto Histórico y Coalición Centro Esperanza) se presentarán con listas unificadas, a diferencia de otras contiendas en las que acordaban fórmula para las presidenciales pero cada fuerza llevaba su lista legislativa.

En marzo se elegirán por primera vez 16 bancas para las víctimas del conflicto, según lo dispuesto en el acuerdo de paz de 2016, que convirtió a las FARC en un partido político legal

Los tres frentes que disputarán la presidencia

En cuanto a las presidenciales del 29 de mayo (con posible segunda vuelta el 19 de junio), tres coaliciones con características bien marcadas de izquierda, centroizquierda moderada y centroderecha, se posicionan con buenas chances para la disputa por el próximo mandato de Gobierno, a saber:

Pacto Histórico: La alianza de izquierda compuesta por Colombia Humana, La Fuerza de la Paz, Soy porque Somos, Polo Democrático y el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) referenciado en el excandidato presidencial Gustavo Petro, quien peleará el primer lugar de la fórmula con la líder afrodescendiente Francia Márquez, el exgobernador Camilo Romero y el pastor cristiano Alfredo Saade.

Coalición Centro Esperanza: Con perfil de centroizquierda o de centro moderado, su fortaleza parece radicar en las gestiones de sus potenciales candidatos, el exalcalde de Medellín Sergio Fajardo, los exsenadores liberales Juan Manuel Galán y Juan Fernando Cristo, el congresista ex-Polo Jorge Enrique Robledo, el exgobernador verde Carlos Amaya y el exministro de Salud Alejandro Gaviria.

Equipo por Colombia: Claramente de centroderecha, no está tan sostenida en los partidos sino en los nombres de sus prepostulantes, como los exalcaldes Alejandro Char, Federico Gutiérrez y Enrique Peñalosa, el senador conservador David Barguil, el exministro Juan Carlos Echeverry y la dirigente cristiana Aydeé Lizarazo.

En este último caso, la coalición debe resolver antes de mayo cuestiones pendientes, como el vínculo con el gobernante Centro Democrático -espacio de los exmandatarios Uribe y Duque-, que eligió al exministro Oscar Zuluaga como candidato, pero que quedó asilado y pretende sumarse a Equipo por Colombia, donde encuentra algunas resistencias.

Tampoco Cambio Radical y el Partido Liberal -partidos de buena presencia legislativa- decidieron qué harán en las presidenciales.

Como el sistema colombiano parece un sistema de «tres vueltas» -las internas de marzo, la primera vuelta en mayo y el balotaje- habrá que ver si los ganadores de las «consultas» después mantienen esas ventajas en el resto del proceso, como pasó con Petro y Duque, que llegaron delante del resto y se mantuvieron ahí hasta la segunda vuelta del 2018.

Otra cuestión en debate es ver qué pasa si, como predicen por ahora las encuestas, Petro gana las presidenciales pero sin el 50 por ciento que le permita evitar una segunda vuelta.

Aunque perdió el discurso de ciertos medios y de la derecha que lo señala como parte del «castrochavismo» mientras agita la amenaza comunista, es probable que para el balotaje se consolide una alianza en su contra, similar a la de 2018.

Pero también es posible que, a diferencia de hace cuatro años, sectores de centroizquierda, organizaciones sociales y sindicales y hasta la Coalición Centro Esperanza terminen volcándose esta vez en su favor, ante la mala gestión de Duque, y que también jueguen su parte los cambios geopolíticos del continente.

Para mayo, además, estará más claro el panorama en Brasil, donde Luiz Inácio Lula Da Silva aparece con serias chances de volver al Ejecutivo, lo que terminaría por redondear dos años de triunfos para la izquierda y la centroizquierda en la región.

A medida que pasen las semanas, Petro se erigirá cada vez más como el rival a vencer, y lo central será entonces dimensionar los riesgos o las ventajas de un gobierno de izquierda, según quien opine.

Reformas pendientes en materia política, económica, social, tributaria y judicial, cuestiones ambientales, la lucha contra el narcotráfico, aborto y otros temas de agenda se volverán claves. Quedan poco más de cuatro meses para discutirlo.

Fuente: Telam