A un mes de la tragedia, El Rodeo se pone de pie

07-f4-2cHoy se recuerda el día de la tragedia que enlutó a Catamarca. El Rodeo y Siján, dos pueblos que lentamente quieren recomponer su vida en medio de la tristeza y el dolor.

Difícilmente se borren de la memoria aquellas horas fatídicas del 23 de enero en las familias que viven en la villa veraniega de El Rodeo, pero la voluntad y el deseo de levantarse, los motiva a dejar de mirar atrás y empezar con la reconstrucción.

Hoy se cumple exactamente un mes del día en que el país se viera conmovido por el desastre natural sucedido en El Rodeo. Las calles, los lugares donde se erigían algunas viviendas y el mismo lecho del río demuestra la bravura de lo sucedido. Pero son los vecinos los que se alientan a seguir y tratar de reconstruir esta pintoresca villa y aprender de los errores para que no se vuelva a repetir.

Aún hay una gran cantidad de lodo y rocas que lentamente se van quitando con máquinas. La mayor parte de los comercios no abre, y de todos aquellos bares y restaurantes que movían la jornada, solo funcionan dos. Las despensas y kioscos atienden unas horas por la mañana y tarde, debido a que no hay turismo.

Pese a que los pobladores viven con pesar el dolor de ver su lugar destruído, apuestan a que la vida vuelva a la normalidad.
Los camiones van y vienen colocando postes del servicio telefónico, el único que aún no se pudo restablecer, mientras que el agua potable todavía muestra su turbiedad.

No es fácil, pero ganas hay, no de hacer oídos sordos y hacer de cuenta que nada pasó, pero sí recobrar su vida cotidiana.

Las huellas siguen marcadas, casas y comercio repletos de piedras y sumergidos en el lodo.

El camping municipal, donde muchas familias veraneaban y se encontraron con la desgracia aún se muestra con carpas tapadas por el barro, ropa, calzado y hasta los juegos de naipes que alguna familia había llevado para divertirse, y sumergen a quien pisa el lugar en la zozobra.

Por mal que pese, y más para quienes vivieron en carne propia la tragedia, hoy El Rodeo es una postal del desastre, y quienes iban a sorprenderse con sus bellos paisajes, hoy se limitan a recorrer los destrozos y tomar fotografías, sin medir el dolor de quienes perdieron todo.

Hay quienes reniegan de la lentitud de las obras y el retiro de las piedras, otros, que el trabajo es arduo pero sigue insoslayable.

Hay quienes buscan culpables, y quienes prefieren apostar a recuperar la villa.

Hoy Siján también busca ponerse de pie, en medio de los daños y las irreparables pérdidas humanas.

 

Esperanzas

La magnitud del desastre y los relatos morbosos sembraron el miedo, perjudicando a quienes viven en el lugar y que a través de microemprendimientos sostenían su vida. Si bien hay quienes trataron de retomar la normalidad prontamente, se dieron con que era más difícil de lo que parecía y desistieron a la espera del inicio de otra temporada.

Otros no bajan los brazos y se mantienen firmes con las puertas abiertas, así sea una sola persona la que se sienta a tomar un café, y es allí donde está la esperanza para reconstruir.

Fuente: La Union Digital