Acampe frente a la comuna de Chabás para exigir el pago de salarios

Lo resolvieron los trabajadores al fracasar una audiencia de conciliación. Además instalaron una olla popular y cortarán la ruta.

Lo resolvieron los trabajadores al fracasar una audiencia de conciliación. Además instalaron una olla popular y cortarán la ruta.

En medio de un clima de tensión y sin viso de soluciones que ayuden a aquietar los ánimos, los trabajadores comunales de Chabás mantienen el paro de actividades que iniciaron el viernes pasado por atrasos salariales y resolvieron acampar e instalar una olla popular frente a la sede de gobierno mientras que para hoy prevén realizar un nuevo corte de ruta para exigir respuestas.

Las pocas expectativas en torno a la posibilidad de que surja un entendimiento que destrabe el conflicto terminaron por pulverizarse ayer al fracasar una audiencia de conciliación desarrollada en la delegación casildense del Ministerio de Trabajo.

Mientras el gremio esperaba una propuesta de pago apenas encontró por parte de la comuna un pedido de «flexibilización» de la medida de fuerza para recoger la basura a fin de «evitar riesgos sanitarios».

La negativa sindical fue tajante e instaron a regularizar la totalidad de los salarios de octubre para que los empleados retomen sus actividades, lo que refleja el fuerte espíritu de lucha de los huelguistas que no están dispuestos a ceder.

«La única salida posible es que aparezca la plata y paguen los salarios», advirtió ayer en diálogo con LaCapital el secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales y Comunicas Adheridas, Walter Britos, al culminar, sin éxito, el encuentro llevado adelante en el organismo laboral.

Y en esa línea sostuvo que «es el Estado comunal el que tiene la obligación de pagar los sueldos y garantizar la recolección de residuos por cuestiones de higiene y sanidad».

Si bien el jefe comunal, Lucas Lesgart, admitió tal responsabilidad justificó su solicitud de «destrabar la paralización de la recolección de los residuos domiciliarios porque ya hace casi una semana que no se brinda y creemos que la salud de la población está por encima de cualquier derecho». Así respondió al ser consultado por este medio, para luego indicar que gestionó ante la provincia «la refinanciación de unos adelantos que nos corresponden, pero son insuficientes para cubrir la totalidad de los sueldos», al tiempo que manifestó su compromiso de que «a medida que ingrese dinero, la prioridad será el pago de salarios».

De todas maneras dijo no tener definido «un panorama» que permita asegurarle a los trabajadores «una fecha» de pago, aunque recalcó que está haciendo «lo humanamente posible para salir de esta coyuntura».

Si bien en los anteriores paros por atrasos salariales también surgieron contrapuntos no hubo la virulencia que reina en esta ocasión donde surgieron episodios que fueron recalentado el ambiente y de milagro no tuvieron mayores consecuencias. Uno de las hechos que circuló a través de un video al que tuvo acceso este medio fue la polémica acción de recoger de noche los residuos domiciliarios con camiones particulares escoltados por la policía, lo que rápidamente terminó siendo abortado por los trabajadores y delegados sindicales.

Ello, sumado a otras situaciones no menos controvertidas, agitó aún más la tensión al punto que una empleada «angustiada» por el difícil momento se descompensó y debió ser atendida en un efector de salud local.

Sobre la cuestionada intención de juntar los desechos domiciliarios mientras se desarrolla el paro, Lesgart explicó que fue hecho con «gente colaboradora que puso a disposición vehículos para sacar la basura, pero no fue contra el personal comunal sino por una cuestión de sanidad». En esa dirección aclaró que no fueron afectados para ello unidades comunales ni trabajadores y que la situación «no paso a mayores», aunque admitió que los propios empleados fueron quienes impidieron que se avance con las tareas.

Desde que arrancó el paro el gobierno comunal sólo pagó un mínimo porcentaje de los salarios de octubre y no pocos trabajadores ni siquiera pudieron acceder al dinero depositado ya que terminó siendo absorbido para el pago de compras con tarjeta de crédito. La sensación de bronca e impotencia sobrevuela entre los empleados comunales chabasenses que desde hace meses vienen soportando incumplimientos salariales y ya no están dispuestos a seguir lidiando con tal problema.

«Están viviendo un momento desesperante y los ánimos están caldeados porque las horas pasan y las soluciones no aparecen, razón por la cual se resolvió profundizar la lucha con un acampe, instalar una olla popular y volver al corte de ruta», concluyó Britos.

Fuente: La Capital