Alberto Fernández tuvo su propio «peronazo» en el departamento Rosario

El candidato del Frente de Todos le sacó casi 20 puntos de ventaja a la fómula de Macri. Lavagna, tercero, no pudo romper la polarización.

El candidato del Frente de Todos le sacó casi 20 puntos de ventaja a la fómula de Macri. Lavagna, tercero, no pudo romper la polarización.

Rosario no escapó a la ola nacional que castigó al gobierno de Mauricio Macri y depositó su esperanza en Alberto Fernández. La fórmula presidencial del Frente de Todos ganó la ciudad por casi 20 puntos al binomio oficialista, convirtiendo el resultado final en un verdadero «peronazo». Muy atrás quedó Roberto Lavagna, quien acá al igual que en el resto del país, no pudo quebrar el escenario de polarización entre las dos fuerzas que antagonizaron en estas Paso.

Con el 95,09 por ciento de las mesas escrutadas, la fórmula Fernández-Fernández se impuso en el departamento Rosario con el 47,39 por ciento (341.872 votos), seguido por el binomio de Juntos por el Cambio con el 27,79 por ciento (200.480 votos) y en tercer lugar los representantes de Consenso Federal, Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey, con el 13,86 por ciento (99.977 votos). Muy atrás quedaron las otras seis fuerzas políticas que se presentaron a la competencia.

Si bien el resultado en todo el departamento Rosario marcó una hegemonía del Frente de Todos, en algunas localidades la diferencia fue mucho más elevada que en la ciudad cabecera. Así, por ejemplo, en Villa Gobernador Gálvez la distancia del PJ con el macrismo fue de 40 puntos, y en Granadero Baigorria, de 35 puntos. Por el contrario, Funes registraba un triunfo de Macri-Pichetto por 8 por ciento de ventaja a Fernández-Fernández.

Las elecciones previas ya prefiguraban un panorama alentador para el peronismo, donde perdió la Intendencia con el Frente Progresista por escaso margen en junio pasado. Ayer, en las Paso, los porcentajes se elevaron en virtud de una conjunción de factores, pero la crisis económica y el impacto de sus políticas son el elemento gravitante en el análisis cualitativo del voto.

En una radiografía segmentada, no resultó extraño que en los barrios de Rosario se haya cimentado en categórico triunfo del peronismo. Es allí donde talla con más fuerza la crisis, los bolsillos flacos y el desempleo. En el centro, Juntos por el Cambio tuvo un buen desempeño, pero no lo suficiente para balancear la «paliza» electoral que se registró en las barriadas y en las orillas de la ciudad.

La enorme ventaja de Fernández sobre Macri era esperada, pero sorprendió hasta los propios dirigentes del PJ. Algo se «olía» el miércoles pasado, cuando una inmensa marea humana inundó el Monumento y sus alrededores en el cierre de campaña del Frente de Todos.

La misma foto, pero más chica, también se vivió el 20 de junio cuando Cristina vino a Rosario a presentar su libro «Sinceramente». Allí, al igual que en el Monumento, se conjugaron militantes, dirigentes y movimiento sindical con adherentes «comunes».

¿Habrá pesado para el rosarino en esta elección el penoso acto de Macri en el Club Ciclón, donde en medio de escolares se despachó contra los Moyanos y las mafias? Pudo ser un elemento más que se introduzca en ese combo fatal para el oficialismo, junto a la severa crisis económica que puso todos los indicadores en rojo: caída de la actividad económica, baja del consumo y desempleo creciente.

Hasta hace apenas dos años, Macri y sus candidatos locales se regodeaban en las mieles de la victoria. Ayer, los datos del escrutinio, confirmaron el derrumbe, que puede ser definitivo de cara a las generales de octubre.

La fórmula que comparte con Pichetto nunca pudo hacer pie en Rosario. Además de la situación económica que lo tira para abajo, la dirigencia local de Juntos por el Cambio (antes Cambiemos) no pudo zanjar sus diferencias internas, por la que su campaña electoral, además de las dificultades de «pago chico», quedó atada al derrumbe de la imagen presidencial.

El socialismo, en esta elección, no le fue en saga. La fórmula Lavagna-Urtubey fue avalada activamente por el gobernador Miguel Lifschitz, pero no consiguió el afecto necesario de su militancia.

Atrapado por la polarización, Consenso Federal tuvo en la ciudad un desempeño similar al resto de la provincia. Les toca en suerte ahora a los socialistas, de cara a las generales, tratar de colocar, al menos, a Enriquez Estévez en la Cámara de Diputados.

No es menor ese objetivo, entre la debacle amarilla y el «rosariazo» del PJ.

Fuente: La Capital