Así se ve el imparable avance de los asentamientos en Mendoza

Recientemente se dio a conocer que en Mendoza el 44.6% de la población es pobre. No es necesario alejarse de la zona metropolitana para ver cómo el hacinamiento se expande.

Recientemente se dio a conocer que en Mendoza el 44.6% de la población es pobre. No es necesario alejarse de la zona metropolitana para ver cómo el hacinamiento se expande. Así puede verse a través de la ventanilla de un auto al circular por uno de los principales ingresos a la Ciudad.

El Corredor del Oeste, arteria fundamental para conectar los departamentos del sur del Gran Mendoza con la ciudad, es un camino por el cual miles de personas pasan con sus vehículos cada día para acudir a sus lugares de trabajo, llevar a sus hijos a la escuela, entre otras situaciones cotidianas. Durante el trayecto, a la altura del barrio La Estanzuela (Godoy Cruz) se encuentra, del lado este, el barrio Urundel, una zona que siempre se caracterizó por estar situada en gran parte sobre una colina y dejar al descubierto una serie de postales de cómo es la pobreza en la provincia. «El Urundel no ha tenido un crecimiento por fuera de lo esperado», indicaron desde la comuna. En cambio, para la Mesa Provincial de Barrios Populares existe una «falta decisión política» para tratar la problemática.

Años atrás, ese «monte» llamaba la atención por tener casas en estado precario y por ser un basural a cielo abierto. Con el paso del tiempo, las autoridades limpiaron los residuos y urbanizaron un sector. No obstante, la alarmante situación económica que atraviesa Argentina derivó en que se agraven paulatinamente las condiciones de vivienda para quienes residen en dicho territorio.

Existió un proceso de urbanización llevado a cabo por la Municipalidad de Godoy Cruz en diversos sectores de la zona. Pero no pudo concretarse en un 100% y la expansión continuó. Todavía queda una porción que no está regularizada y que tiene casas que van más allá de la precarización. Nailon, chapa, madera y algunos ladrillos: los materiales de viviendas en las que viven familias enteras.

Esas mismas casas se ven al circular por el Corredor del Oeste y su cercanía a los autos que circulan deja en evidencia las condiciones de hacinamiento que sufren familias mendocinas, donde no hace falta recorrer cientos de kilómetros para ver de cerca la pobreza en su estado más crítico. Desde la Municipalidad de Godoy Cruz aseguraron que «según el relevamiento covid hay alrededor de 67 familias. Algunas de las casas que se ven desde el corredor son familias que se han reubicado ahí. Ya estaban abajo en el reservorio».

Lo cierto es que, hace décadas, hay miles de casas similares en Mendoza. En zonas a la vista y en otras no tanto. No es una novedad, teniendo en cuenta la pobreza estructural en Argentina. La diferencia es que en este caso es un área concurrida y se deja al descubierto los estragos causados por años de políticas económicas no eficientes. En base al último informe dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de la República Argentina (Indec) en Argentina el 37,3% de la población es pobre, mientras que en Mendoza, lo es el 44.6%. Los números se vuelcan a la realidad en estas imágenes diarias.

Según la última actualización de Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), hasta diciembre de 2018 Mendoza poseía 310 asentamientos.

Consultada por MDZ, Florencia Santoni, secretaria de Desarrollo Humano de la Municipalidad de Godoy Cruz explicó: «El barrio Urundel está dividido en dos sectores. En el Urundel alto se hicieron obras con el IPV y se urbanizó. Arriba se pudo porque es de una Unión Vecinal en la que sus integrantes compraron el terreno. Se postularon para el financiamiento en la municipalidad y el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV)».

Sobre aquellas casas de lona que pueden verse en dirección a la ciudad señaló que «hay una usurpación histórica en la parte de abajo, en el reservorio. Lo que ha sucedido es que ha avanzado la urbanización y se han corrido de lugar. Hay una licitación para la relocalización y contempla la construcción de viviendas. La relocalización tiene que ser total porque están en riesgo aluvional. La licitación ya se publicó y hay una oferta».

Y agregó: «El Urundel no ha tenido un crecimiento por fuera de lo esperado. Considero una irresponsabilidad afirmar que no hubo un crecimiento, ya que las familias crecen y con ellas los lugares donde viven».

Por otro lado, argumentó que una de las explicaciones de que la basura esté volviendo a amontonarse es que muchos usan la colina de forma clandestina para arrojar residuos. «El problema resurgió cuando se cerró el pozo del vaciadero municipal del campo papa. Ahí muchas empresas particulares empezaron a infringir la normativa y a tirar», esgrimió.

Laura Martínez, miembro de la Mesa Provincial de Barrios Populares, aportó a MDZ que esta coyuntura se debe a «falta decisión política» y que «no es solo situación la económica, sino que tiene que ver con lograr una política de Estado que sea más que una política social. Es decir que se cumplan las leyes que existen. Tienen que actuar sinérgicamente los Estados nacionales, provinciales y municipales».

En tanto, sobre la realidad en Mendoza, sostuvo: «Hay barrios de la provincia donde hay hacinamiento por faltas de políticas habitacionales. Es de años y no por gobiernos. Son espacios con 2 o 3 familias en dos habitaciones. Hay que generar tierra urbana con lotes y servicios. No es fácil, pero hay que hacerlo. Es necesario que se regularicen los dominios porque hay loteos que no se pueden escriturar. Quedan adjudicaciones y la gente no se convierte en propietaria. De esta forma no hay recaudación».

Fuente: MDZ