Asisten a 200 chicos y 60 embarazadas con desnutrición en barrios de Rosario

Son atendidos en los centros de la Fundación Camino Conin. El municipio admite que muchos niños no logran hacer tres comidas diarias.

Son atendidos en los centros de la Fundación Camino Conin. El municipio admite que muchos niños no logran hacer tres comidas diarias.

En los tres centros de prevención de la desnutrición que la Fundación Camino Conin tiene en Rosario están tratando 200 chicos y 60 embarazadas con desnutrición leve o moderada. Además, las autoridades sanitarias de la Municipalidad admiten que en los Centros de Salud atienden a familias que no llegan a alimentar a sus hijos más que una vez al día.

La desnutrición infantil es multicausal y se clasifica en leve, moderada o grave, según el peso, la talla y la edad de los niños. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció parámetros de medición, que son los que se tienen en cuenta para el diagnóstico. Así, en menores de dos años, se observan casos de desnutrición cuando el pequeño está por debajo del peso considerado normal para la edad. Para los más grandes se tiene en cuenta si la talla es menor a lo que corresponde a la edad, y también se evalúa el peso según su estatura.

La nutricionista Natalia Rabita, que atiende en uno de los centro Conin, explicó que «en los casos de desnutrición leve estos índices son bajos si se comparan con niños de la misma edad con parámetros sanos, y es moderada cuando los índices son aún más bajos». A simple vista, en ambos casos se trata de niños más bajitos que los de su edad y presentan mayor dificultad para la comprensión y adquisición de nuevos saberes.

Cuando se trata de desnutrición grave ya no aparentan la edad que tienen y presentan alopecía (falta de pelo) y otros problemas en la piel, déficit de vitaminas y minerales en su alimentación.

Mientras el secretario de Salud municipal, Leonardo Caruana, confirmó que «en los Centros de Salud la gente consulta porque tiene dificultades para sostener las comidas diarias». Por su parte, la directora de la Fundación Camino-Conin Rosario, María Eugenia Correa Uriburu, destacó que actualmente asisten allí 260 casos de desnutrición. Muchos chicos llegan derivados de los Centros de Salud municipales, con los que trabajan en forma conjunta. «Este año tuvimos más que otros», confirmó.

«Estamos viendo niños pequeños y de baja talla por desnutrición, y lamentablemente este año tuvimos más casos que otros», señaló Correa Uriburu.

«Empezamos a trabajar en 2001 y todos los años tuvimos casos de desnutrición. En este momento, en el Centro Conin de Nuevo Alberdi tenemos 114 beneficiarios; en Cabín 9 (zona oeste) 98 beneficiarios y en Stella Maris (Fisherton) 48. De los 260 casos, la mayoría son niños y 60 son embarazadas. La mayoría de los casos son desnutridos leves y moderados», detalló.

Por su parte, Marina Alegre, de la asociación civil Siembra y Cosecha, de Villa Banana, contó que allí cuentan con un comedor comunitario al que asisten 60 familias con sus hijos y tienen 30 más en lista de espera. «El comedor funciona tres veces por semana. Asistimos a 60 familias que vienen con los chicos y sabemos que comen sólo la ración que les damos», expresó con más resignación que alarma.

«Desde hace dos años y medio abrimos más días y más tiempo en todos los centros de prevención de la desnutrición, porque contamos con un Plan de Fortalecimiento de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación, lo que no está permitiendo trabajar más. Pero no alcanza. También tenemos que procurar mayor cantidad de donaciones», comentó la directora de la entidad.

En detalle

En cada centro Conin los niños reciben atención pediátrica y nutricional, además de estimulación temprana hasta los dos años, y luego atención psicopedagógica y fonoaudiológica si lo necesitan. En paralelo se trabaja con las madres para que adquieran conocimientos nutricionales y puedan alimentar bien a sus hijos recuperados de la desnutrición.

«Tenemos muchos casos de mujeres con circunstancias sanitarias de alto riesgo. Son madres solas, que comparten la casa con hermanos, padres, abuelos y tíos. Tienen el baño afuera de la casa y no poseen agua corriente, ni pensar en agua caliente», detalló Correa Uriburu.

«Para prevenir la desnutrición tenemos que trabajar con las madres y fortalecer a las mujeres. Por eso hay alfabetización y apoyo escolar. Además, contamos con un roperito de prendas usadas para las mamás. Y en Cabín 9 está funcionado un Banquito Solidario que permite que las mujeres puedan desarrollar un microemprendimiento sustentable», agregó la titular de los centros de atención de Conin.

En Villa Banana, en tanto, Siembra y Cosecha hace esfuerzos para lograr llenar los platos de las 60 familias. Pero también cuentan con dolor que tienen casos de desnutrición infantil. «Ahí los ayudamos como sea», expresó Alegre.

Fuente: La Capital