Aumentan los locales cerrados en avenidas porteñas

En el primer bimestre se observó un aumento del 13% en el número de locales inactivos en la Ciudad con respecto a un año atrás. El impacto más visible es cómo bajó el precio del alquiler en dólares.

En el primer bimestre se observó un aumento del 13% en el número de locales inactivos en la Ciudad con respecto a un año atrás. El impacto más visible es cómo bajó el precio del alquiler en dólares.

En el primer bimestre, aumentó en un 13 por ciento la cantidad de locales comerciales inactivos en la Ciudad de Buenos Aires en comparación al mismo período del año pasado. Se trata de espacios que pueden estar en venta, alquiler, clausurados o simplemente cerrados, informó este martes la Cámara Argentina de Comercio (CAC). De todos modos, agregan desde la entidad, el mercado del inmueble comercial muestra buena rotación, lo cual se manifiesta en la baja tasa de vacancia, que es el porcentaje de los locales que buscan ser alquilados en relación al total de locales. La Cámara advierte que “hay algo de más movimiento gracias a la relativa estabilidad de la macroeconomía”. En el capítulo de la locación de inmuebles comerciales, el impacto más visible de la crisis pareciera producirse en los precios de alquiler: medidos al tipo de cambio oficial, el promedio de alquiler que pide el propietario registra una caída del 30 por ciento en promedio en el segundo semestre frente al primero de 2019.

La medición de la Cámara de Comercio se realiza en los principales corredores comerciales porteños: avenidas Córdoba, Pueyrredón, Cabildo, Santa Fe, Rivadavia, Avellaneda, Corrientes y peatonal Florida. En esas zonas se detectó en el primer bimestre un total de 276 locales comerciales sin actividad, mientras que en el mismo período del año pasado ese número se ubicó en 245 y en el último bimestre del 2019, en 217 locales. Sin embargo, si la comparación se extiende hacia atrás en el tiempo, el dato del primer bimestre de este año es mejor en relación al del primer bimestre de 2017 (305 locales inactivos), de 2016 (373) y de 2015 (324).

“El mercado no está normalizado y los precios siguen siendo muy volátiles. Pero hay una macroeconomía un poco más estable y eso genera que drene la estabilidad hacia otros lados. Se espera que este año sea heterogéneo en términos de la actividad comercial”, indicó Matías Wilson, economista jefe de la Cámara. En la entidad advierten que si bien hay algo de más plata en el bolsillo de los hogares, hay todavía fuerte incertidumbre sobre qué pasará en los próximos meses en términos de salarios, inflación y tipo de cambio. En tanto, Marcelo Zuliani, de la consultora Collier, planteó que “en el mercado inmobiliario hay mayor movimiento en los últimos 60 días, cosa que no ocurría el año pasado, que fue insólito en términos de vaivenes, devaluaciones y crisis. Se están viendo más consultas, es un período un poco más normal”.

La situación de los locales comerciales no se puede resumir en un solo indicador. Por un lado, aumentó el número de locales inactivos (en venta, alquiler, clausurados o cerrados) frente al año pasado, a pesar de que no es un número alto en referencia al mismo período de 2015, 2016 y 2017. En paralelo, la Cámara mide la “tasa de vacancia” que se limita al universo de los locales que buscan ser alquilados en relación al total de locales. Esa tasa es del 1,65 por ciento en promedio, lo cual es bajo para el tamaño de la crisis económica actual. En la avenida Córdoba, la situación es más complicada, con una tasa del 5,54 por ciento, seguido por la zona de Santa Fe y Callao (4,73 por ciento).

“Hay baja tasa de vacancia, pero el efecto real de la crisis se ve en los precios de los alquileres comerciales en relación a la inversión que suponen y en la rotación de los inquilinos”, dicen en la CAC. Detallan que el precio promedio de alquiler de un local en los principales corredores comerciales es de 30,58 dólares por metro cuadrado, una baja del 30 por ciento en el segundo semestre del año pasado frente a la primera parte de 2019. Ese número se mide a partir de la oferta de alquiler y no de los contratos firmados, con lo cual la caída es en realidad más fuerte. Los contratos están nominados en pesos y se toma el tipo de cambio oficial para dolarizarlos. Si se adoptara la cotización paralela, la baja en dólares sería mucho más pronunciada.

Fuente: Página 12