Bajada del Agrio, el pueblo al que le sacaron la ruta y los sueños

Se resiste a ser un paraje fantasma y reclama la atención de las políticas públicas para reflotar su esplendor cuando era una parada obligatoria. El ingreso, de ripio y poco mantenido, genera riesgo para el tráfico.

Se resiste a ser un paraje fantasma y reclama la atención de las políticas públicas para reflotar su esplendor cuando era una parada obligatoria. El ingreso, de ripio y poco mantenido, genera riesgo para el tráfico.

Las 2000 almas de esta pequeña comunidad se unieron en un reclamo de justicia. Piden por una reparación histórica que permita mitigar la tragedia social que representó el cambio de la traza de la ruta 40, tres décadas atrás.

No solo se quedaron sin ruta sino que el pueblo entró en un tobogán económico del cual nunca pudo recuperarse. Se fueron vecinos, comercios y sueños. Quedaron la soledad y un puñado de valientes que le pelea al olvido.

La ruta nacional 40 modificó su recorrido hacia Las Lajas a comienzos de los 90 y la comunidad que se ilusionaba con progresar quedó agonizando.

“El pueblo, vivió con desazón el cambio de ruta. En aquellos años atravesaba al pueblo la columna vertebral de la República Argentina como es conocida la ruta nacional 40 y ese traslado hizo retroceder y estancar al pueblo. Para mí no solo como intendente sino también como poblador de Bajada del Agrio eso fue una tragedia social, porque los pueblos se hicieron y se fundaron para poder prosperar y progresar” explicó el intendente Ricardo Esparza.

Bajada del Agrio fue fundada al lado del río y su punto fuerte era la ruta nacional 40. Por aquí pasaban los colectivos de larga distancia, entre ellos la recordada empresa La Unión del Sud. Además habían instituciones como Gendarmería, el correo, supermercados y hasta una estación de servicios estaciones de servicios. Todo aquello quedó atrás y parece una foto en blanco y negro. La realidad golpea duramente y el fantasma del olvido es habitante más del pueblo.

Restitución

“Yo llego a la localidad en el año 1998 y en ese momento la herida estaba abierta, aún se sentía el impacto social y económico, había tan solo 2 o 3 negocios muy pequeños y la gente en vez de venir se iba del pueblo. Nosotros estamos buscando no solo como gobierno sino como pueblo que haya una restitución histórica que sea reconocida a través de los gobiernos provincial y nacional y que lo reconozcan porque además sacarnos la ruta 40 hicieron un abandono casi total del mantenimiento del acceso”, agregó el jefe comunal.

“Estos pueblos si o si tienen que tener una inyección a través de las rutas y a través del turismo que es lo que estamos tratando de pretender con la inauguración del camping municipal y potenciando todos los atractivos naturales que componen al Valle del río Agrio”, expresó Esparza.

“Queremos que se nos reconozca para poder traer obras y que florezca el turismo y para eso necesitamos un equipamiento y una infraestructura, un camping adecuado, una hostería, un buen parador turístico, restaurantes, que el inversionista privado pueda venir a Bajada del Agrio y decir yo voy a invertir en una rotisería pero que no solo la ocupe nuestra población sino que venga gente de otras localidades y poder tener una economía durante todo el año y no tan solo en temporada”, advirtió

Por último el intendente se mostró esperanzado que todos los pedidos de restitución histórica lleguen a buen puerto y sean el puntal necesario para que Bajada del Agrio comience a andar nuevamente el camino del progreso que alguna vez le arrebataron”.

“Esperamos que haya gente que esté a la altura de las circunstancias y entienda lo que verdaderamente necesitamos en Bajada del Agrio y que sea reconocido y que nos devuelvan la vida que teníamos hace tres décadas”, concluyó.

En el último aniversario de la localidad el gobernador Omar Gutiérrez asumió el compromiso de reconstruir el camping por lo que le solicitó al municipio que realice el proyecto ejecutivo por 1,4 millón de pesos.

“Nos atrasamos unos 40 ó 50 años”
”Cuando se fue la ruta el pueblo atrasó 40 o 50 años”. La voz de Ulises Alvarez, jubilado de una empresa vial, es la síntesis del pensamiento de todos por acá.

Este hombre, con su 74 abriles a cuesta, supo ver la pujanza de aquel Bajada del Agrio y también vio la debacle social y económica que provocó esta “mudanza” de la ruta unos cuantos kilómetros más al norte.

“Por aquellos años toda la provincia tenía comunicación con el norte a través de nuestro pueblo. Había vida y había progreso en desarrollo”, recuerda. Ulises junto a su esposa, Juana Garabito, forman parte del historial del pueblo. Ellos eran propietarios y atendían la famosa “parada de colectivo”. Allí la gente tenía un lugar para refrescarse, descansar y reponer fuerzas con una comida que era generosamente preparada por doña Juana en “El Huaso”, tal cual se lo conocía al bar que también funcionaba en ese parador.

“Por acá pasaba mucha gente de distintas partes del país, y aquí otra tanta gente esperaba el colectivo para viajar a Buenos Aires”, recordó. Con un poco de nostalgia dijo también que “cuando cortaron la ruta, se terminó todo y quedamos a pie”. También rescató que quizás lo único bueno que dejó el traslado de la ruta fue “con lo que pasó el pueblo ganó en tranquilidad porque no pasaba nadie, pero igual fue muy triste”.

Ulises sostiene que fue muy difícil viajar a otros destinos con esta decisión. “Mucha gente para viajar a otros lados salía a la ruta para hacer dedo, desde hace un par de años una traffic comenzó a realizar viajes colectivos a Zapala”, contó.

Ese servicio al comenzar empezó a brindar el recorrido Bajada del Agrio, Mariano Moreno y Zapala, aunque hace un tiempo cambió la frecuencia y ahora hace Bajada del Agrio, Las Lajas y Zapala. Es la única posibilidad que los vecinos tienen para llegar a un lugar que brinde los pasajes de larga distancia o para cumplir trámites o realizar compras en Zapala. “Me gustaría que volviera aquella vida y que Bajada del Agrio tenga el lugar que se merece en la historia, ya ha sufrido mucho y hoy le toca tener la oportunidad de crecer y desarrollarse”, finalizó Ulises.

Tres datos

60 kilómetros de distancia es lo que se ahorra en el recorrido entre Zapala y Chos Malal pasando por Bajada del Agrio.

1939 es el año de fundación de la localidad ubicada a orillas del río Agrio.

2.000 habitantes tiene la comuna que recién el año pasado logró tener un médico generalista en su centro de salud, profesional del que carecían.

El valle tiene atractivos que esperan un despegue turístico por lo que reclaman un camping, un parador turístico y una hostería como base.

“Cuando llegué en el ‘98 la herida estaba abierta, había muy pocos negocios y la gente, en lugar de venir al pueblo a vivir, se iba. Necesitamos un reconocimiento”.

“Esperemos que haya gente que comprenda que necesitamos verdaderamente la vida que teníamos hace tres décadas”,
Ricardo Esparza, el intendente de Bajada del Agrio.

“Por acá pasaba mucha gente de distintas partes del país y la gente esperaba el colectivo para viajar. Cuando cortaron la ruta, quedamos a pie”.

“Me gustaría que volviera aquella vida y que Bajada del Agrio tenga el lugar que se merece en la historia, ya ha sufrido mucho y ahora puede desarrollarse”.
Ulises Alvarez y su esposa tenían la parada de los colectivos.

Quienes no tienen auto deben hacer dedo o tomar un servicio privado de vehículos utilitarios que realizan viajes grupales hacia Zapala.

Una agenda que ya tiene dos años

El 5 de enero de 2016 el entonces flamante gobernador Omar Gutiérrez firmó una agenda de trabajo con Bajada del Agrio.

El 14 de marzo se realizó en el Copade un listado de prioridades descriptas por el gobierno municipal.

Agua, saneamiento y edificios funcionales integran la nómina de necesidades que la comunidad pretende obtener respuestas desde el gobierno provincial.

Cultura y esparcimiento en el edificio municipal antiguo es uno de los reclamos que elevó el municipio al Copade.

Fuente: Río Negro