Bariloche: María y Mercedes, el drama de afrontar el frío patagónico sin gas y la esperanza de la garrafa social

En la primera inscripción del Plan Calor Garrafas de Río Negro, se anotaron 8.000 beneficiarios, 200 personas menos que el año pasado. Las responsables del programa estimaron que algunos pobladores lograron conectarse a la red de gas

En la primera inscripción del Plan Calor Garrafas de Río Negro, se anotaron 8.000 beneficiarios, 200 personas menos que el año pasado. Las responsables del programa estimaron que algunos pobladores lograron conectarse a la red de gas en el último tiempo, especialmente en la Línea Sur.

María Fuentealba vive en el barrio Malvinas, al sur de Bariloche. El clima invernal se adelantó en la región cordillerana y desde hace semanas, esta mujer de 41 años se las rebusca para hacerle frente al frío.

Como tantas otras familias, no tiene gas. Tramitó la reconexión años atrás, pero le exigían el cambio de los artefactos, un costo que no podía, ni puede afrontar. Es madre soltera de cuatro hijos (de 20, 18, 15 y 13 años) y trabaja en una chocolatería.

Desde hace años, María usa garrafas, leña y un calentador eléctrico. «Los precios de las garrafas varían. Hay que buscar precios, pero podés encontrar a 25 mil pesos. Las garrafas chiquitas de 10 kilos me duran una semana si solo las uso para cocinar. Si la usas para calefaccionarte, en cambio, duran mucho menos«, confió esta mujer de 41 años.

Todos los días, se levanta más temprano que sus hijos para hacer fuego y lograr que la casa se caliente un poco más. «Uso leña que es más barata. El otro día compré dos bolsas 10 kilos y gasté 17 mil pesos. Mis hermanos, a veces, me ayudan con leña», dijo.

Advirtió que el frío se hace sentir en su barrio, tan alto: «Viene bravo. A la noche, llenamos botellas de gaseosas con agua caliente y las ponemos en la cama para calentarnos los pies. Así dormimos calentitos, por lo menos, hasta las 3. Hago eso de chiquita y le pasé esa costumbre a mis hijos».

Mercedes Farías vive en en barrio 29 de Septiembre, tambien al sur de la ciudad. «Cada 15 días viene el garrafero a traernos una garrafa de 10 kilos que sale 18 mil pesos. En los almacenes, puede salir hasta 35 mil», señaló la mujer que usa dos garrafas al mes, a las que suma tres metros cúbicos de leña. Según sus cálculos, invierte alrededor de 76 mil pesos por mes para calefaccionarse.

«A una familia, una garrafa no le dura más de una semana y, con chicos, es aún difícil. En mi caso, soy sola, pero todo depende del uso. Uso la garrafa solo para cocinar y la leña para calefaccionarme. No estoy en todo el día en mi casa. Si vienen visitas prendo la leña; si no, trato de irme a la cama. Con cuatro frazadas estoy más que bien«, afirmó.

Depender de las garrafas para cocinar y calefaccionarse
Según el censo 2022 del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), la provincia de Río Negro cuenta con una población de 750.768 habitantes. El 82,1% de la población (613.515 personas) cuenta con conexión de gas en sus casas. Pero, por otro lado, unas 105.114 (14,1%) dependen del suministro por garrafas para cocinar.

Como todos los años a partir de junio, el lunes pasado comenzaron a congregarse familias en diferentes puntos de algunos barrios de Bariloche portando carretillas o cochecitos de bebé vacíos, con la intención de acarrerar la garrafa social que les corresponde.

En la primera inscripción del Plan Calor Garrafas de Río Negro, se anotaron 8.000 beneficiarios, 200 personas menos que el año pasado. Las responsables del programa estimaron que la baja se debe a que algunas personas lograron conectarse a la red de gas en el último tiempo, especialmente en la Línea Sur.

«Es una ayuda social a quienes el salario no les alcanza. Es una carga de garrafa por hogar«, resumió Ana Joela Leuenberger, a cargo de la coordinación del Plan Calor que se puso en marcha el 2 de junio en municipios, comisiones de fomento y parajes de la Zona Andina, Región Sur y parte de la zona atlántica sur.

Más del 60% de los inscriptos corresponden a la Zona Andina (Bariloche y Dina Huapi que suman 3.000 beneficiarios). «La situación económica de muchos no es fácil. Y eso se traduce en una alta demanda», dijo.

Destacó que lainscripción inicial se amplió ya que detectaron muchos adultos mayores o matrimonios con niños, especialmente, que no lograron presentar la documentación en fecha. «Mucha gente quizás vive en una toma o un barrio no regularizado y tiene dificultades con todos los servicios, sumado a las distancias. Hay muchas realidades con las que uno se topa», dijo.

Las entregas de garrafas se realizan cada 15 días durante todo el invierno, hasta fines de septiembre y principios de octubre. Las garrafas de 10 y 15 kilos se reparten de manera gratuita durante unas 20 semanas, «en los meses más fríos del año».

El plan está destinado a hogares que no tienen acceso al servicio de gas de red natural. La prioridad es para personas con discapacidad, jubilados, pensionados, madres solteras y desocupados.

«Los beneficiarios van con su envase vacío y se les entrega uno lleno de 10 kilos. En las zonas rurales, por ejemplo, la gente se stockea con envases de 15 kilos porque sabemos que se les complica más llegar. Y de esta forma, la garrafa les dura más. El combustible les encarece mucho», indicó Leuenberger.

Fuente: Río Negro