Berisso repitió su 17 de Octubre

La marcha fue pacífica pero no dejó de ser una pueblada. Por ese valor social, Página/12 le pidió a un dirigente político nacido y criado en Berisso que se hiciera cronista por un día. Aquí está su testimonio.

La marcha fue pacífica pero no dejó de ser una pueblada. Por ese valor social, Página/12 le pidió a un dirigente político nacido y criado en Berisso que se hiciera cronista por un día. Aquí está su testimonio.
Por Jorge Drkos

Los trabajadores del Astillero Naval Río Santiago no imaginaron que la propuesta de marchar el último miércoles 29 de agosto en Berisso terminaría gestando una movilización histórica: los mayores solo se animan a compararla con el 17 de octubre de 1945, cuando miles de personas dejaron los frigoríficos donde trabajaban y marcharon a Plaza de Mayo para reclamar la libertad de Juan Perón.

Astillero Río Santiago, uno de los más grandes y reconocidos de Latinoamérica, afronta dificultades  por la falta de inversión y financiamiento. Esto perjudica el cumplimiento de contratos laborales y pone en riego la preservación de su fuente de trabajo. Surge de una decisión del gobierno bonaerense y del nacional. El Presidente resolvió comprar en Francia e Israel buques por más de 400 millones de dólares que aquí se podrían construir por la mitad de esa suma.

Estaban todos
La represión ordenada por la gobernadora María Eugenia Vidal en La Plata, antes, fue la bisagra que aceleró la resistencia al  vaciamiento. La lucha gremial es la base necesaria para construir el instrumento político contra Mauricio Macri. Bien abajo no hay diferencias porque es allí donde el ajuste del FMI genera desempleo y no distingue colores o pertenencias en  las facturas impagables de luz y  gas, en el aumento del transporte o en la suba de los  alimentos.

El miércoles una gran bandera argentina fue escoltada durante 26 cuadras por familiares, trabajadores de distintos gremios, movimientos sociales y políticos. La marcha concluyó en las puertas del Municipio. A lo largo del recorrido los obreros recibieron el afecto espontáneo de comerciantes y vecinos preocupados por el destino de la empresa.

Cuando la columna llegó frente al Monumento a los Desaparecidos en el Centro Cívico ya no eran  –no éramos– los de siempre.  En todo pueblo chico somos pocos y nos conocemos mucho, como dice el refrán. Estaban incluso los  que creyeron en el cambio. Caminaban junto a los muchachos del asentamiento “Barrio Obrero”, los médicos del hospital y las enfermeras, los municipales, los petroleros, los docentes con los centros de estudiantes, las mujeres solas, las mujeres con sus chicos o de la mano de su compañero, muchos pero muchos chicos y chicas a pie, en bici o llevando la motito a la rastra.

El  ruso Dimitri  comentaba asombrado: “Si los viera el ministro de Educación…”.  Eduardo Finocchiaro acababa de nombrar al “troskokirchnerismo”. En Berisso hubo eso y mucho más. Hasta votantes de Cambiemos.

Las familias que miraban  el paso de los manifestantes  fueron bajando del cordón para sumarse.

Marquitos Quiñonez, de las nuevas camadas del Astillero, gritaba a la multitud: “Filmen con los celulares. La región y el país tienen que ver lo que está pasando y los canales de TV no lo están cubriendo. Filmen. Filmen y compartan”.  Compartir fue el estandarte  que amalgamó a miles ese día en una ciudad conmovida a la que le desorganizaron la vida con los despidos y las amenazas de cierre de las fábricas.

Desgaste  
Una delegación encabezada por Francisco “Pancho” Banegas, Secretario General de ATE Ensenada, le reclamó al Intendente radical de Cambiemos que se comprometiera en la defensa de la fuente laboral de 3400 operarios, de los cuales casi la mitad viven en la ciudad. También pidió la liberación de  los fondos necesarios para compra de insumos y que Río Santiago continuase siendo ciento por ciento estatal.

Hoy la fábrica está paralizada, y no por decisión de los trabajadores. El Gobierno no provee de los insumos necesarios para funcionar. Si hay oxigeno no hay gas. El día que hay gas, no hay oxígeno. Si hay clavos falta el martillo y viceversa. Es mano de obra especializada que permanece ociosa y soporta una presión económica que busca su desgaste. En los últimos meses aumentaron las enfermedades cardíacas, las consultas psicológicas y los problemas familiares.

La gente se desgasta tanto como se desgastan, paradas, las costosas maquinarias del Astillero. Hasta que un día hace una marcha de 26 cuadras y revive la historia.

Por Jorge Drkos

* Ex senador bonaerense. Dirigente del Frente Transversal.

Fuente: Página 12