Bolsonaro echó a un economista clave y causó dudas en los mercados

El jefe del banco de desarrollo de Brasil (BNDES) dimitió un día después de que el presidente Jair Bolsonaro amenazara con despedirlo.

El jefe del banco de desarrollo de Brasil (BNDES) dimitió un día después de que el presidente Jair Bolsonaro amenazara con despedirlo.

El jefe del banco de desarrollo de Brasil (BNDES) dimitió un día después de que el presidente Jair Bolsonaro amenazara con despedirlo. Joaquim Levy, un reconocido economista formado en la Escuela de Chicago y ministro de Finanzas de la ex presidenta Dilma Rousseff, presentó su renuncia al ministro de Economía, Paulo Guedes. Su salida evidencia la crisis del aún flamante gabinete de Bolsonaro, que inició su gestión el 1º de enero pasado.

«Agradezco al ministro su invitación a servir el país y le deseo éxito en las reformas», dijo Levy en un comunicado. Bolsonaro había amenazado el sábado con despedir a Levy a raíz del nombramiento de Marcos Barbosa Pinto, un directivo del BNDES vinculado al Partido de los Trabajadores (PT, el gran rival ideológico del presidente. «El gobierno es así, no puede tener a gente sospechosa» en cargos importantes, dijo Bolsonaro a la prensa. «Le he dicho (a Levy): «Despide a ese tipo el lunes o te echaré sin pasar por Paulo Guedes». Levy no dudó y ayer presentó su renuncia a su superior directo, el ministro Guedes. La renuncia de Levy es el último episodio de una semana agitada para el gobierno de Bolsonaro. El presidente despidió el jueves a su secretario de Gobierno, el general retirado Carlos Alberto dos Santos Cruz, que se había enfrentado a los hijos del mandatario, y destituyó al jefe del servicio de correos. Santos Cruz fue el tercer ministro en abandonar el gobierno en sus primeros seis meses.

La salida de Levy disgustó a muchos ejecutivos del mercado financiero, citados por el portal Estadão. Una fuente llamó la atención sobre el impacto que la actitud de Bolsonaro puede generar no sólo en el progreso de la agenda de recuperación de la economía sino, principalmente, en la visión de los extranjeros del país. La evaluación es que al presidente aparentemente «le importa nada el humor de los inversores extranjeros sobre Brasil». Episodios como este «dificultan la existencia de un entorno de mercado estable».

Fuente: La Capital