Bolsonaro viajó a EEUU a sellarsu alianza con Donald Trump

La visita durará tres días. Tienen fuertes coincidencias sobre Venezuela pero disidencias comerciales sobre China.

La visita durará tres días. Tienen fuertes coincidencias sobre Venezuela pero disidencias comerciales sobre China.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, inició su primera visita oficial a Estados Unidos, que durará tres días y comenzó anoche con una cena en la embajada en Washington. En el encuentro de mañana con Trump, de quien el brasileño es un entusiasta, Brasil y EEUU buscarán sellar una alineación de valores y políticas entre los dos gobiernos. Será una «boda» política entre los presidentes de derecha populista más poderosos de América, con todo lo que esto implica para los equilibrios geopolíticos de la región. Bolsonaro encarna como nadie el cambio de status quo en América latina que dio fin a la era de gobiernos de izquierda populista.

A pesar de la proximidad ideológica y los elogios intercambiados por Twitter, especialmente en el acto de posesión del brasileño en enero, la alineación no es tan sencilla. En octubre, Trump s criticó la forma en que se trata a las empresas estadounidenses en Brasil. «Es hermoso: nos cobran lo que quieren. Si se pregunta a las empresas, dicen que Brasil está entre los países más difíciles del mundo para hacer negocios», comentó Trump. El norteamericano es conocido por su agresiva política comercial para cambiar los balances bilaterales entre Estados Unidos, tradicional comprador de bienes y materias primas, y sus contrapartes, que suelen exhibir amplios superátivs comerciales bilaterales con Washington. El caso más emblemático es China, que además es la gran adversaria estratégica de Estados Unidos. La guerra comercial que Trump le declaró el año pasado a Pekín y que aún sigue abierta ha afectado a todo el planeta, de una u otra forma.

Sin embargo, después del empeoramiento de la crisis del chavismo en Venezuela, Estados Unidos ha encontrado en Brasil un aliado poderoso y fiable para enfrentar a Nicolás Maduro, y la Casa Blanca tiene el apoyo brasileño para endurecer su polítca contra el régimen de Caracas.

Estados Unidos reconoce que ha llegado el momento de un acercamiento con Brasil, debido a las afinidades ideológicas sobre Venezuela, la perspectiva liberal en el campo ecconómico y el entusiasmo del gobierno de Bolsonaro con Trump. Los estadounidenses esperan que Brasil se mantenga en el mismo bando que Estados Unidos para ejercer presión sobre Maduro y, a largo plazo, ayudar a disminuir la influencia de China en la región. El primer objetivo es fácil de alcanzar y de hecho ya está fuera de discusión, pero sin llegar a una intervención militar, un tabú aún para Bolsonaro. El segundo es mucho más arduo. Las dos cuestiones se enfrentan a diferentes alas del gobierno brasileño. Los militares, fundamentales aliados de Bolsonaro y que pueblan de generales su gabinete, ya han señalado que hay un límite cuando el vicepresidente, el general Hamilton Mouro, dijo que Brasil no apoya ninguna acción militar, mientras que los estadounidenses enfatizan que «todas las opciones están sobre la mesa» ante Maduro.

Los asesores de Trump también saben que, a pesar de la postura crítica hacia China adoptada por Bolsonaro en la campaña electoral, China es el principal socio comercial de Brasil y su equipo económico está tratando de encontrar un equilibrio en medio de la guerra comercial desatada por Trump con China.

Los gobiernos de Brasil y Estados Unidos quieren mostrar con la reunión, sin embargo, que hay una convergencia sin precedentes no sólo entre Trump y Bolsonaro, sino entre los dos países. Durante la visita a Estados Unidos, el gobierno brasileño también tratará de aprovechar la relación de Bolsonaro con el movimiento conservador estadounidense —anoche Bolsonaro departió en la embajada con Steve Bannon, el ideólogo del trumpismo— y el diálogo con empresarios e inversionistas, encabezado por el ministro de Economía Paulo Guedes. Dependerá de él dirigir hoy una ronda de conversaciones con empresarios y hacer una exposición sobre el futuro de la economía brasileña. La cita es en la Cámara de Comercio de Brasil-Estados Unidos. Bolsonaro tendrá una cena a puertas cerradas con ejecutivos de grandes empresas.

Mañana, Bolsonaro y la delegación brasileña serán recibidos en la Casa Blanca. El presidente brasileño tendrá una reunión privada con Trump en el Despacho Oval y ambos harán una declaración conjunta a la prensa en el Jardín de las Rosas. La declaración va a mencionar la crisis de Venezuela y cómo Brasil y Estados Unidos pretenden actuar unidos en defensa de la democracia en América Latina, haciendo una crítica especial al socialismo de Maduro.

Trump y Bolsonaro también anunciarán medidas concretas, como el acuerdo de salvaguardas tecnológicas, que permite el uso comercial de la base espacial de Alcantara, y hablarán sobre las perspectivas futuras de las relaciones bilaterales. El compromiso de avanzar hacia un eventual acuerdo de libre comercio se centra en este último eje.

“Es una familia imperial plebeya”

El ex presidente Fernando Henrique Cardoso comentó en una entrevista que le preocupa el protagonismo de los hijos de Bolsonaro (Flavio, Eduardo y Carlos).en el “juego de poder” porque “lleva el sentimiento demasiado lejos”. “Creo que es peligroso. Es abusivo, polariza (…) Estamos asistiendo al renacimiento de una familia imperial de origen plebeyo. Es curioso, teneralmente, en la República, las familias no tienen ese peso”. Según él, “Bolsonaro va mal por su cuenta”. Cardoso está presentando un libro. El político y sociólogo tiene 87 años.

Fuente: La Capital